La emoción me invadía desde el momento en que sonó la alarma. Era el día de mi aventura a los jacuzzis naturales de La Lucia. A las 7:30 AM, desde el terminal de Barquisimeto, emprendí mi viaje con la mochila cargada de ilusión y los sentidos alerta. Un pequeño contratiempo con el autobús no hizo más que aumentar mis ansias de llegar al punto de encuentro.
Al reunirme con el grupo de caminantes, mi alegría se multiplicó al ver a Jolu. Lo conocí en una aventura anterior y desde entonces, nuestras rutas se han cruzado en varias ocasiones. Su pasión por el senderismo y su conocimiento de la naturaleza son contagiosos.
La caminata fue una verdadera delicia para los sentidos. El sendero, con sus suaves pendientes y sus tramos más exigentes, me transportó a los lugares magicos en mi pueblo de Aguada Grande, rutas que me hacian soñar cuando niño. Recuerdo haber sentido una conexión especial con la naturaleza, similar a la que experimenté en mi infancia, explorando los bosques cercanos a mi hogar.
Al llegar al mirador, me quedé contemplando la belleza del paisaje. La hermosa vista que tenia desde ese mirador, era aliento a mi alma. Era como si el mundo se hubiera detenido para permitirme disfrutar de ese momento único.
Luego de pasar por el mirador, subimos como por alrededor de unos 2 kms, para luego descender y asi seguir el camino a traves del rio, para llegar hasta los jacuzzi de la lucia.
Finalmente, llegamos a los jacuzzis. Sumergirme en sus aguas cálidas fue una experiencia revitalizante. Cerré los ojos y dejé que el agua caliente relajara cada músculo de mi cuerpo. Era como si estuviera flotando en una nube.
El regreso fue igual de emocionante. El sendero, ahora familiar, me ofrecía nuevas perspectivas. Al igual que en aquella aventura en la que conocí a Jolu, me sentí parte de algo más grande, conectado con la naturaleza y con las personas que compartían mi pasión por el senderismo.
English Version
Excitement filled me from the moment the alarm went off. It was the day of my adventure to the natural jacuzzis of La Lucia. At 7:30 AM, from the terminal of Barquisimeto, I started my trip with my backpack full of illusion and alert senses. A small setback with the bus only made me more anxious to get to the meeting point.
As I rejoined the group of hikers, my joy was multiplied by the sight of Jolu. I had met him on a previous adventure and since then, our routes have crossed several times. His passion for hiking and his knowledge of nature are contagious.
The hike was a true delight for the senses. The trail, with its gentle slopes and more demanding sections, transported me to the magical places in my hometown of Aguada Grande, routes that made me dream as a child. I remember feeling a special connection with nature, similar to what I experienced in my childhood, exploring the forests near my home.
Arriving at the viewpoint, I stood contemplating the beauty of the landscape. The beautiful view I had from that viewpoint was breath to my soul. It was as if the world had stopped to allow me to enjoy that unique moment.
After passing by the lookout point, we climbed for about 2 kms, then descended and followed the path across the river to reach the jacuzzi of La Lucia.
Finally, we arrived at the jacuzzis. Soaking in the warm waters was a revitalizing experience. I closed my eyes and let the warm water relax every muscle in my body. It was as if I was floating on a cloud.
The return trip was just as exciting. The now familiar trail offered me new perspectives. Just like on that adventure where I met Jolu, I felt part of something bigger, connected to nature and to the people who shared my passion for hiking.
Fotos tomada desde Umidigi Bison
Fotos tomada desde el telefono de Jose Luis Sequera
Photos taken from Umidigi Bison
Photos taken from the phone of Jose Luis Sequera
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