¡Hola amigos de Hive y la comunidad de SWC! Hoy quiero compartir con ustedes un recorrido personal y algunas progresiones que me ayudaron a lograr algo que, en su momento, parecía casi imposible: la *full planche*.

Cuando comencé en la calistenia, mi objetivo principal era sacar la full planche. Sin embargo, al principio, la tarea parecía mucho más difícil de lo que había imaginado. Mi estatura, que en teoría podría ser una ventaja, en realidad jugaba en mi contra, haciendo que el equilibrio y la fuerza de mis hombros se convirtieran en un reto mayor. Sin embargo, no me dejé vencer. Como todo en la vida, el camino no fue fácil, pero la perseverancia y la constancia fueron mis aliados.

El comienzo del viaje

Al principio, comencé con el tuck planche, una progresión básica pero crucial para desarrollar la fuerza necesaria. Me costaba mucho mantener la postura al principio, y de hecho, me sentía bastante frustrado en muchos momentos. Pero sabía que cada intento, cada pequeña mejora, me acercaba a mi objetivo. Me concentré en fortalecer los músculos de la core, hombros, muñecas y espalda, que son los más comprometidos al hacer esta postura. La paciencia fue clave.

Progresión hacia el tuck avanzado

Después de semanas de trabajo constante, pasé al tuck avanzado, una versión más desafiante que requería más control y fuerza. En ese momento, sentí que había dado un gran paso, pero a su vez, las dificultades se intensificaron. Mi cuerpo aún no estaba completamente preparado para mantener la posición durante largos periodos de tiempo. Sin embargo, no me rendí. A medida que mi técnica mejoraba, comencé a incluir más ejercicios complementarios como fondos en barra, press de pino y trabajo de muñeca, que ayudaron a mejorar mi estabilidad.

El salto a la straddle planche

Un par de meses después, sentí que ya dominaba bastante bien la progresión avanzada, por lo que decidí dar el siguiente paso: la straddle planche. Esta versión de la plancha, con las piernas separadas, ayuda a mejorar el control y balance al disminuir la carga sobre los hombros y core. Pasé bastante tiempo entrenando para mantener esta postura de manera más estable, pero me di cuenta de que cada intento me acercaba más a la full planche. ¡Era un progreso increíble!

La meta final: Full Planche

Finalmente, después de meses de dedicación, constantes caídas y frustraciones, logré alcanzar la full planche. La sensación fue indescriptible. ¡Había alcanzado una de las posturas más difíciles y desafiantes en la calistenia! Pero el proceso no fue solo físico. Fue mental. Pasé por momentos en los que pensé que nunca lo lograría, pero siempre creí que si no me rendía, lo conseguiría. Y así fue.

Lecciones aprendidas

Hoy quiero compartir con ustedes lo que aprendí en este proceso. No importa cuán difícil o lejano se vea tu objetivo, lo más importante es mantener la disciplina, ser constante y nunca rendirse. Si bien la calistenia es un deporte que exige mucho esfuerzo físico, también exige una gran fortaleza mental. Todo es posible si te lo propones, no importa lo que esté en tu contra.

Si alguna vez te sientes desmotivado o piensas que no puedes lograrlo, recuerda que todo es parte del proceso. Cada pequeño progreso es un paso hacia la meta. El camino será largo y lleno de obstáculos, pero la recompensa será increíble.

A quienes están comenzando en este viaje, les digo: No se desanimen si las cosas parecen complicadas al principio. Cada error, cada intento fallido, es una lección que te acerca más a tu objetivo. Lo importante es seguir adelante. La clave está en la constancia, el trabajo duro y sobre todo, el no rendirse. Estoy seguro de que si yo pude hacerlo, ustedes también pueden alcanzar cualquier meta que se propongan en la calistenia o en cualquier otro aspecto de la vida.

Gracias por leerme y seguir mi camino. Espero que este post les haya servido de motivación para continuar su proceso. Recuerden que nada es imposible si tienen el compromiso y la dedicación para lograrlo.

Nos vemos en la próxima, ¡y sigan entrenando con fuerza y pasión!