Source Arthur sensed the end of the contract he had formed with God.
Arthur: The end of the contract...
Nearing his 90th birthday Arthur an army veteran contemplates from his window the large garden that surrounded the nursing home, every now and then his eyes turned upwards to see the beautiful blue sky that illuminated his face, bringing a little smile to his face.
Accompanied by the loneliness of family abandonment, he waited anxiously in the mid-morning for the sight of Joseph, his caregiver, it was the only time of the day he had to chat a little with someone younger than him. That way he would find out what was going on in the world.
- As my boss Arthur woke up, I brought you some coffee. It's a nice day today
- Joseph was waiting for you, I think the end of my contract is near.... today I have been remembering so many things I thought I had already forgotten, it is a prelude....
- You are speaking Arthur, your contract here at the residence is for life, which end of contract are you referring to.
- That is precisely what I am referring to, my dear young friend, to the contract of life, the one we sign at birth and celebrate it by crying at the top of our lungs. That is where our contract begins, with its obligations and its rewards, its joys and its sorrows. Everything in our life is a contract, you must do something to receive something.
- You are going to start philosophizing, tell me more,” said the young caregiver, sitting on the bed to listen attentively to his old friend.
- Look, going to school, college and university is a contract, perhaps the most important contract of our lives is marriage, besides agreeing for love we have to sign it before the law. Every contract comes to an end, at that moment we have to evaluate if we did it right, if we left good teachings, if our legacy will last in time young friend and that is what I have been doing this morning. I have been giving an account to the creator for my wonderful 90 year life contract.
- Stop talking nonsense, you have a lot to live for.....
And so the day passed, two great friends talking, the old man telling his anecdotes and the young man amazed to learn...
The next morning when Joseph started his shift and went to his friend's room, to his surprise it was empty, for Arthur the end of the contract had come.
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Arthur: El fin del contrato
Próximo a cumplir sus 90 años Arthur un veterano del ejército contempla desde su ventana el gran jardín que rodeaba la residencia de ancianos, cada cierto tiempo sus ojos se dirigían hacia arriba a ver el hermoso cielo azul que le iluminaba la cara, sacándole una pequeña sonrisa.
Acompañado con la soledad del abandono familiar, esperaba con ansiedad a media mañana la vista de Joseph, su cuidador, era el único momento del día que tenía para charlar un poco con alguien más joven que él. Así se enteraba lo que pasaba en el mundo.
-Como amaneció mi jefe Arthur, te traje un poco de café. Hoy hay un bonito día
-Joseph te estaba esperando, creo que el fin de mi contrato está cerca…. hoy he estado recordando tantas cosas que creía ya olvidadas, es un preludio….
-De hablas Arthur, tu contrato aquí en la residencia es de por vida , a cual fin de contrato te refieres.
-A eso precisamente me refiero, mi apreciado joven amigo al contrato de la vida, ese que firmamos con al nacer y lo celebramos soltando un llanto a todo pulmón. Allí comienza nuestro contrato, con sus obligaciones y sus recompensas, con sus alegrías y sus tristezas. Todo en nuestra vida es un contrato, debes hacer algo para recibir algo.
-Ya vas a comenzar a filosofar a ver dime más, expreso el joven cuidador sentando en la cama para atentamente escuchar a su anciano amigo.
-Fíjate, al ir a la escuela, al colegio y la Universidad es un contrato, quizás el contrato más importante de nuestra vidas es el matrimonio, además de ponernos de acuerdo por amor lo tenemos que firmar ante la ley. Todo contrato llega a su fni, en ese momento demos evaluar si lo hicimos bien, si dejamos buenas enseñanzas, si nuestro legado perdurara en el tiempo joven amigo y es lo que he estado haciendo en la mañana de hoy. He estado rindiendo cuentas al creador por mi maravilloso contrato de 90 años de vida.
-Deja de decir disparates, tú tienes muchas cosas por las cuales vivir…
Así transcurrió el día, dos grande amigos conversando, el anciano contando sus anécdotas y el joven maravillado de aprender…
Al otro día en la mañana cuando Joseph inicio su turno y se dirigió a la habitación de su amigo, con sorpresa estaba vacía, para Arthur había llegado el fin del contrato.