Today I returned to Jiguaní, a small town in Granma Cuba, which has deep roots in my memory, which keeps the echoes of my youth in its essence.It was founded on January 25, 1701 and its patron saint is St. Paul.So we all know her as San Pablo de Juguaní.It is one of the oldest in the Cuban East.
Every corner, every street, is impregnated with experiences that emerge with every step I take.It is a place where memories are not only remembered, they live.
When traveling its streets, the smells and sounds of everyday life envelop me.The soft breeze caresses my face while I stop at the church where I lived.Although the years have passed, I can still feel the warmth of the moments shared with my religious family.The walls, although silent, keep stories found in each crack.There on Avenida 26 de Julio its tower stands, while the Jiguaní river runs in its left rivera.With his rationalist style he is present by welcoming Gray since 1950
Today I had the opportunity to meet a friend of those years, an encounter that was loaded with laughter and nostalgia.Our paths had separated, but the love we feel for this place united us again.We talk about dreams, experiences and how Jiguaní has witnessed our lives, avatres and floods for being crossed by the river.
At a central point of the town is the altarpiece of the heroes, reminding us of the value and history of those who fought for our freedom.I stopped to observe it, to reflect on the importance of remembering our past and to value those who have made this place what it is today.I remembered the poet's verses: "When in divine silence the standing heroes rest, mute, kissed their hands."It is a place that always overwhelms me.
The Liberty Park, with its leafy trees and its serene atmosphere, was the following destination.José Martí of the such transcendental center, with his tender gaze blessed me to continue along the straight way.I watched the children play and couples walk hand.This park remains a refuge for tranquility and coexistence, a space where ties are strengthened and memories are created.
For me, Jiguaní is not just a place on the map;It is a piece of my heart.I hope that those who visit this town value it as much as me.I invite you to get lost in its streets, to know their people, and to live the magic that resides in every corner.There is more, much more to discover and of course I will bring it to you to know more. Until the next one, Jiguaní!
Thanks for going through my blog.For reading and commenting.We will see you around you where I will be writing my comment.
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ESPAÑOL
Jiguaní: Un Viaje a Mis Raíces
Hoy regresé a Jiguaní, un pequeño pueblo en Granma Cuba, que tiene hondas raices en mi memoria, que guarda en su esencia los ecos de mi juventud. Fue fundada el 25 de Enero de 1701 y su Santo Patrono es San Pablo. Por lo que todos la conocemos como San Pablo de Juguaní. Es una de las más antiguas del Oriente cubano.
Cada rincón, cada calle, está impregnado de vivencias que afloran con cada paso que doy. Es un lugar donde los recuerdos no solo se recuerdan, se viven.
Al recorrer sus calles, los olores y sonidos de la vida cotidiana me envuelven. La brisa suave acaricia mi rostro mientras me detengo en la Iglesia donde viví. Aunque los años han pasado, aún puedo sentir la calidez de los momentos compartidos con mi familia religiosa. Las paredes, aunque silenciosas, guardan historias que se encuentran en cada grieta. Allí en la avenida 26 de Julio se alza su torre, mientras en su rivera izquierda corre caudaloso el río Jiguaní. Con su estilo racionalista hace presencia acogiendo a la grey desde el año 1950
Hoy tuve la oportunidad de reencontrarme con una amiga de aquellos años, un encuentro que estuvo cargado de risas y nostalgia. Nuestros caminos se habían separado, pero el amor que sentimos por este lugar nos unió nuevamente. Hablamos de sueños, experiencias y de cómo Jiguaní ha sido testigo de nuestras vidas, de los avatres e inundaciones por ser atravesado por el río.
En un punto central del pueblo se encuentra el retablo de los héroes, recordándonos el valor y la historia de aquellos que lucharon por nuestra libertad. Me detuve a observarlo, a reflexionar sobre la importancia de recordar nuestro pasado y a valorar a quienes han hecho de este lugar lo que es hoy. Recordé los versos del poeta: " cuando en silencio divino los héroes de pie reposan, mudo, les beso las manos." Es un lugar que siempre me sobrecoge.
El Parque de la Libertad, con sus árboles frondosos y su ambiente sereno, fue el siguiente destino. El José Martí del centro tan trascendental, con su mirada tierna me bendijo para continuar por el camino más recto. Observé a los niños jugar y a las parejas caminar de la mano. Este parque sigue siendo un refugio para la tranquilidad y la convivencia, un espacio donde los lazos se fortalecen y las memorias se crean.
Para mi, Jiguaní no es solo un lugar en el mapa; es un pedazo de mi corazón. Espero que quienes visiten este pueblo lo valoren tanto como yo. Les invito a perderse en sus calles, a conocer su gente, y a vivir la magia que reside en cada rincón. Hay más, mucho más por descubrir y por supuesto se lo traeré a ustedes para que sepan más.¡Hasta la próxima, Jiguaní!
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