Hola Hivers de esta linda comunidad. Está eso de que siempre se aprende de quién y cuando menos lo esperas y es cierto. Poco a poco voy aprendiendo más sobre este universo de Hive que se abre ante mí lleno de gente linda que comparte experiencias maravillosas.
Hoy vengo a hablarles como bien dice el título de aprendizajes. Ya les he contado que soy maestra, específicamente de inglés, lengua extranjera, rica en cultura y que brinda infinitas posibilidades a quien la domina. Yo soy maestra. Enseño a diario, y aprendo a diario también. La escuela donde trabajo es en una comunidad rural: Santa Fe (mi amiga @Yanerkis la conoce bien). Es una escuelita pequeña, de poca matrícula y un claustro pequeño. Las relaciones interpersonales no son malas, de cierta forma todos logramos compaginar y convivir y trabajar sin muchas dificultades.
Mi trabajo es un aprendizaje constante. Llevo trabajando ahí un año y ocho meses. A pesar de que en San Luis el pueblo es pequeño y la mayor parte es campo, nunca me había detenido en los detalles que la naturaleza tiene para nosotros. En ese período en el que he estado enseñando ahí, solo me había dedicado a transitar 5kms desde mi casa hasta la escuela para ir y los mismos 5km desde la escuela hasta mi casa para regresar y siempre el regreso es más cansón que la llegada. Muchas veces hago ese tránsito a pie (no me molesta). Caminar es saludable y permite apreciar más el paisaje que te rodea y sentir la brisa tibia en el sol y fresca en la sombra.
Hace unas semanas me ví en la necesidad de buscar lugares para hacer fotos (otra de mis pasiones y de la que les conté en el post anterior). Buscaba lugares lindos, verde, azul, naturaleza... Era de mi conocimiento que no muy lejos de la escuela había un río (pocos metros hacia atrás) pero como no soy vecina del lugar, no sabía cómo llegar hasta allá; entonces pregunté. Me hablaron de dos caminos, uno más largo y otro más corto (tipo caperucita). Elegí el corto. Era hora de almuerzo y yo tenía un hambre que no veía diciéndolo en el lenguaje más popular, pero también necesitaba las fotos.
Si alguien de l@s que me leen es maestr@, entenderá que en un aula hay todo tipo de niños y cada uno de ellos con personalidades, mentalidades, ocurrencias y situaciones distintas. Si no eres docente alguna vez perteneciste a un aula en tu niñez, así que también sabes de qué hablo. Tengo niños en el aula con situaciones familiares complejas, niños que no aprenden tan rápido como los demás, niños que tardan en escribir lo de la pizarra, el que conversa, el que pelea, el del fondo del aula que todos molestan...
Quien mejor me indicó sobre el camino fue ese niño del fondo del aula. Le pedí que me acompañara y él muy dispuesto me dijo que sí (iba orgulloso de acompañar a la teacher que quería pasear). Yo siempre he vivido en el pueblo, me son ajenas muchas cosas del campo. No distingo las plantas, algún que otro pajarito, tampoco había pasado por entre dos plantaciones de tabaco casi de mi tamaño. Se apareció el niño a la hora pactada, llegó con otro amiguito más pequeño que él. Emprendimos la aventura y aquí empieza el aprendizaje.
Me llevó por unas cuantas vegas y varios trillos. En inglés no es malo, se le pegan bastante las cosas, en las otras asignaturas tampoco, pero no es quien sobresale. Sin embargo, ese niño conoce casi todo sobre las plantaciones de tabaco. Me enseñó la forma en que se riega el cultivo y como se le hace para que el agua llegue a todas las plantas. Después me enseñó un sembrado de arroz, me dijo que el color de las plantas era un verde más clarito. Después entramos a un trillo donde a los costados habían muchos agujeros. Le pregunté y me dijo que ahí en algún momento hubo ñames. Se escuchó el canto de un ave, luego el de otra y me explicó que ambos eran tomeguines, el primer canto era de un ave vieja, el segundo de un ave joven. Yo caminaba impresionada y haciendo click en todas partes. Escuchaba con fascinación todo lo que me iba contando, enseñando. Hasta que al final llegamos al río.
En verdad era hermoso el lugar, el agua clara tentaba a bañarse y el calor casi que te obligaba. Terminé las fotos y volvimos por otro camino distinto, más corto aún. Ahora quiero volver con él, pero esta vez con más tiempo, por el camino largo, para aprender más, conocer más su zona y su mundo, ser más cercana a él. Ese día fue al revés, el niño enseñó mucho a la maestra, cosas que la maestra no sabía, que ya sabe y que no olvidará. Fui su alumna, y yo feliz. Las fotos que he estado mostrando durante el post son algunas de las que hice ese día. Son tomadas con mi Redmi 9A en pleno monte, en Cuba. Espero les haya gustado y que se hayan motivado a aprender más. Todos tenemos algo que aportar a alguien y algo que aprender de alguien. Sean felices y que les vaya lindo siempre.
Cariños: @gretvictcald
💚💙