En ocasiones, el abuso que nos autoinfligimos refleja un tipo de trato que hemos recibido de parte de otra persona. Quizás de parte de un papá o de una mamá, o incluso de nuestra última pareja. Es un maltrato que parece sutil, pero que va mermando nuestra autoestima y confianza. Escuchar con frecuencia frases como "tú haces de todo un drama" "Date cuenta de que siempre estamos mal por tu culpa" "Qué difícil es soportable, qué difícil es quererte". Son frases comunes en las relaciones donde está presente el abuso hacia una persona. Digo que es un maltrato aparentemente sutil o imperceptible porque puede ir acompañando de un tono de voz suave o jocoso, porque son dichas en un momento agradable o porque son suavizadas, posteriormente, con algun gesto o comentario que busca expresar cariño o ternura. Sin embargo, lo segundo no opaca completamente lo primero, y en la mente de esa persona van quedando esas palabras, que se traducen posteriormente en sentimientos: culpa, tristeza, ira, rencor...
Cuando este tipo de maltrato verbal viene de parte de los padres, causa un daño profundo, pues aparece justo en el momento en el que la persona está formando su propia identidad. Cuando viene de parte de una pareja, o de diferentes parejas, la confunsión y el dolor que este tipo de situaciones puede generar también es inconmensurable. De alguna forma, la víctima considera que su valor es inferior, que es una mala persona, que nunca tiene la razón o que sus emociones y sentimientos están desbordados. Permanecer en un tipo de relación así, a la larga, causa mucho daño. La persona puede llegar a creerse lo que le han dicho, por lo que su diálogo interno es negativo, recriminante u ofensivo. De pronto, el peor enemigo se vuelve uno mismo y el autosaboteo es constante. Este tipo de situaciones llegan a ser traumáticas y dolorosas. Con un trabajo interno adecuado y acompañamiento profesional la víctima de abuso psicológico puede reconectar nuevamente con ella misma, conocerse, apreciarse, valorarse y, por sobre todas las cosas, puede llegar a ser compasiva consigo misma.
Una vez esta persona ha sanado y a recuperado su relación más importante, la relación de amor propio que se vio tan afectada anteriormente, lo siguiente es que pueda aprender a identificar estos antiguos patrones que anteriormente eran cercanos o frecuentes para él o ella. Esos patrones que son banderas rojas, que en su momento fueron normalizados pero que en la actualidad son reconocidos desde otra perspectiva: modelos que no se quieren repetir, que hacen daño, que lastiman y en los que no vale la pena involucrarse nuevamente.
Sometimes, the abuse we self-inflict reflects a type of treatment we have received from someone else. Perhaps from a dad or mom, or even from our last partner. It's abuse that seems subtle, but it erodes our self-esteem and confidence. We often hear phrases like “you make everything a drama” “Realize that we are always bad because of you” “How hard it is to bear, how hard it is to love you”. These are common phrases in relationships where abuse towards a person is present. I say that it is an apparently subtle or imperceptible abuse because it can be accompanied by a soft or jocular tone of voice, because they are said in a pleasant moment or because they are softened, later, with some gesture or comment that seeks to express affection or tenderness. However, the latter does not completely overshadow the former, and these words remain in the person's mind, which are later translated into feelings: guilt, sadness, anger, resentment...
When this type of verbal abuse comes from parents, it causes deep damage, because it appears just at the moment when the person is forming his or her own identity. When it comes from a partner, or from different partners, the confusion and pain that this type of situation can generate is also immeasurable. Somehow, the victim believes that his or her value is inferior, that he or she is a bad person, that he or she is never right, or that his or her emotions and feelings are overflowing. Staying in such a type of relationship, in the long run, causes a lot of damage. The person may come to believe what they have been told, so their internal dialogue is negative, recriminating or offensive. Suddenly, the worst enemy becomes oneself and self-sabotage is constant. This type of situation becomes traumatic and painful. With proper inner work and professional accompaniment, the victim of psychological abuse can reconnect with herself, get to know herself, appreciate herself, value herself and, above all, become compassionate with herself.
Once this person has healed and regained his or her most important relationship, the self-love relationship that was so affected before, the next thing is that he or she can learn to identify these old patterns that were previously close or frequent for him or her. Those patterns that are red flags, that at the time were normalized but are now recognized from another perspective: patterns that do not want to be repeated, that hurt, that hurt and that are not worth getting involved in again.
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