(Eng-esp)
5:45 am. My footsteps wander and sink into the cold sand of dawn. It is a trajectory so alien to my daily walk that my thoughts -so accustomed to the rationality and pragmatism of everyday life- also wander, walk the sand, have their own steps and even fly, and in their flight body and mind bifurcate only to merge again under the onslaught of an unequal battle where anyone can be the winner... anyone but me.
The year has just begun and I feel as if 2025 were an old acquaintance, as if I could already glimpse its proposals and predictions, it is a kind of resilient déjà vécu.
In cases like these I am always filled with questions whose answers rarely appear at the surface, this process as introspective as it is challenging is known by the vast majority as meditation.
Meditation - in its most reflective aspect - can be an exercise as devastating as it is uplifting that prevents many people from realizing a purpose.
Meditation is a means not an end. The purpose is to find ourselves, to unravel the spirituality dormant in each of us, and to do so we must ask uncomfortable questions, the discomfort comes from intuiting the answers, and the answers will only be valid if they have their vital component, with its cornerstone ... the truth.
The proverb says "we can fool everyone but ourselves". The truth hurts and non-acceptance is what prevents many from moving forward and growing. To meditate is to come face to face with the truth, and this is what is so devastating about the process. But to recognize the truth is a revelation; to accept it is humility and to direct ourselves towards it is courage, the only path to lasting change... here is its uplifting character.
My friends, 45 minutes of deep breathing; of adopting a posture of the body; of closing the eyes etc. none of this will guarantee a state of optimal enlightenment to erase frustrations; doubts; tiredness and uncertainties. It is necessary to turn to the singular and unique source that is within each one of us, everyone knows what I am talking about.
It has taken time for those who have achieved these degrees of enlightenment to rediscover their essence, because it is not enough to recognize which are the right decisions that reconnect us with that dormant truth within us, that is only discernment, the great thing is to know how to make the right decisions and go to an exalting and enduring purpose in time ... that is maturity and courage.
It is almost 6:00 am and my steps are no longer sinking in the sand, the questions are no longer ambiguous, the route is only one and wanting to walk it is a personal decision, knowing that the guarantees of growth, freedom and self-realization will only be achievable by trusting that the answers are the path, that the paths are the path to be followed, that the path to be followed is the path to be followed, the path to be followed is the path to be followed.
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LA PREGUNTA MÁS INGENUA... LA RESPUESTA MÁS PROFUNDA
5:45 am. Mis pasos deambulan y se hunden en la fría arena del amanecer. Es una trayectoria tan ajena a mi andar cotidiano que mis pensamientos -tan acostumbrados a la racionalidad y el pragmatismo del día a día- también deambulan, recorren la arena, tienen sus propios pasos e incluso vuelan, y en su vuelo cuerpo y mente se bifurcan para solo volver a fundirse bajo los embates de una desigual batalla donde cualquiera puede ser el vencedor... cualquiera menos yo.
El año recién comienza y siento como si el 2025 fuese un viejo conocido, como si sus propuestas y vaticinios ya los pudiera vislumbrar, es una especie de déjà vécu resiliente.
En casos como estos siempre me lleno de preguntas cuyas respuestas rara vez aparecen a flor de piel, a este proceso tan introspectivo como desafiante la gran mayoría lo conoce como meditación.
La meditación -en su vertiente más reflexiva- puede ser un ejercicio tan demoledor como edificante que impide a muchas personas concretar un propósito.
La meditación es un medio no un fin. La finalidad es encontrarnos con nosotros mismos, desentrañar la espiritualidad dormida en cada uno de nosotros, y para hacerlo hay que plantear unas preguntas incómodas, la incomodidad proviene de intuir las respuestas, y las respuestas solo serán válidas si cuentan con su componente vital, con su piedra angular... la verdad.
Reza el proverbio "podemos engañar a todos, menos a nosotros mismos". La verdad duele y la no aceptación es lo que impide a muchos avanzar y crecer. Meditar es ponernos de cara con la verdad, he aquí lo demoledor del proceso. Pero reconocer la verdad es una revelación; aceptarla es humildad y dirigirnos hacia ella es coraje, único camino hacia un cambio perdurable... he aquí su carácter edificante.
Amigos míos, 45 minutos de respirar profundo; de adoptar una postura del cuerpo; de cerrar los ojos etc. nada de esto garantizará un estado de iluminación óptimo para borrar frustraciones; dudas; cansancio e incertidumbres. Hay que dirigirse a la fuente singular y única que se encuentra dentro de cada uno, todos saben de qué les hablo.
A quienes han logrado estos grados de iluminación les ha costado tiempo reencontrarse con su ecencia, porque no basta con reconocer cuáles son las decisiones acertadas que nos reconecten con esa verdad dormida en nuestro interior, eso es tan solo discernimiento, lo grandioso es saber tomar las decisiones correctas y dirigirse a un propósito enaltecedor y perdurable en el tiempo... eso es madurez y coraje.
Son casi las 6:00 am y mis pasos ya no se hunden en la arena, las interrogantes al quedar planteadas dejan de ser ambiguas, la ruta es solo una y querer recorrerla es una desición personal, sabiendo que las garantías de crecimiento, libertad y autorrealización solo serán alcanzables confiando en que las respuestas son el derrotero, que los caminos pueden ser disímiles pero el destino es solo uno... la verdad.
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