¿De qué somos el reflejo? ¿De lo que hay? ¿De lo que hubo?
De lo que pudo ser, me respondo a mi misma.
Es lo que es, porque fue lo mejor que pudo haber sido. Y con esta poca frase, pocas palabras, doy comienzo y rienda suelta a lo que vengo a contarles hoy. Bienvenidos a este post donde les contaré cómo voy desentramando mi mente y mis descubrimientos, avanzar es un arte que no se puede evaluar sino con distancia. Hoy, 3 años después de aquel día donde me diagnosticaron con un nombre, para ese entonces, catastrófico en mi salud mental, y cómo me voy viendo a mi misma, los cambios que pude realizar y cómo va esto funcionando día a día en mi.
Después de muchas conversaciones y años de terapia y mucho análisis, mucho pensamiento, y acciones medidas. Después de confusiones, después de volver, de querer hacer todo despacio y mejor. Después de entender que los logros hacen menos ruido que las destrucciones, que mejor es que todo pase en un volumen bajito, y entender que debo usar mi calma cuando las emociones me explotan, y no el “resto del tiempo”
Es fácil pensar en controlar las emociones fuertes cuando se está en paz, la cuestión es mejorarlas y controlarlas cuando nos van a llevar al mismo camino de siempre. Cuando nos van a meter bajo la tormenta conocida y nos van a arrojar hechos despojos de lo que sabemos y es conocido. Lo he aprendido hasta de la música, aquello que es un infierno, una vez que se vuelve conocido, es lo que elegimos instintivamente para habitar. Palpamos eso, caminamos hacia allí, por más que lo neguemos, que no lo queramos, que nos dañe. Es un daño conocido, sabemos que no nos mata, solo nos hiere fuertemente.
Así me siento cuando mis viejos vicios de malas actitudes acuden a mi. Me urge exponerme, me urge una sensación de poder perdido. Se siente imperiosa la necesidad de que el otro acuda a mi demanda. Que me escuche, que me responda, que entienda mi idea, y en general, a los diez minutos, noto como el silencio que es más bien cobarde, me enseña de calma. De no entrar en ese caos cíclico, que siempre me hace guerrear por una razón descontrolada. Que necesita mi ego, o mi parte más dolida para sentir que “algo está saliendo bien”. Las cosas pueden salir bien, aún cuando yo no tenga razón. Pueden salir bien bajo la demanda de otro, y no la mía. Y pueden salir bien de la mano del silencio y la paz y no siempre el habla y la discusión que trae una disculpa y quizás llanto también.
He comenzado psicoanálisis y es toda una experiencia nueva. Quizás entendiendo que estos problemas, caos, diferencias, enojos, estas emociones más descontroladas que me nacen, pueden ser puestas en palabras en el espacio analítico. Que es más importante considerar este espacio como una herramienta para combatir lo demás, sin acudir a la profesional para solucionar lo que ya rompí en el pasado. Incluso mi propia construcción, mi idea de mí misma, de quién soy, o todo lo que hice mal y me castigo por ello.
También aprendí de mí, que me he vuelto una persona más solitaria que ansiosa de compañía. Que evalúo el nivel de conexión con la gente, una vez que me encuentro a gusto puede decirse que me “transformo” pero mientras tanto, solo soy una persona que viene a hacer tal o cual cosa. A desarrollar una tarea, y no a hacer amistades. En el pasado todo esto estaba confundido y mezclado.
El psicoanálisis me ayuda de alguna manera a entender mi parte responsable (aunque ya la venía indagando) y mi lado de toma de decisiones. Comprender que los límites no están ahí para el resto, sino para mí. Para marcarme a mi misma, por dónde sí quiero ir, con quien sí quiero ir, qué merece mi esfuerzo y hacia dónde miro en el horizonte. La vista hacia arriba, cuando no es presa de pensamientos ansiosos o malvados, nos ubica en un panorama delicioso “esto que me está preocupando, me acerca a la meta donde quiero verme a mi misma?” en general me respondo que no, y desisto. Resistirse a veces es no aceptar que la vida irá, voluntariamente, hacia donde yo haga el camino, aunque no lo quiera. Es decir que si peleo porque es importante hablar, puede que me despida de mi interlocutor, aunque yo quiera que sigamos conversando. Es más fácil verlo en la distancia, pero aprender de ella, para tomar consciencia cuando el momento sea más difícil, cuando el caos me quiera sumergir y en mis intentos de bocanada, de respiro, entender que la paz es más aliada si dentro mío puedo ordenar los pensamientos y no solamente mis palabras para ganar discursivamente una conversación.
Tantas cosas descubriré de la mano del psicoanálisis que seguro hoy no lo veo, pero en un tiempo, a la distancia, podré entender cosas que hoy son pura incógnita o hasta desconocidas. ¿Y tú? ¿Escoges algún tipo de terapia o acción para conocerte, indagar y aprender sobre tus maneras de ser? Te leo en comentarios :) Gracias por haberme leído.
ENGLISH VERSION (click here!)
What are we the reflection of, of what there is, of what there was, of what could be, I answer myself.
Of what could have been, I answer myself.
It is what it is, because it was the best it could have been. And with this few words, few words, I begin and unleash what I am going to tell you today. Welcome to this post where I will tell you how I am unraveling my mind and my discoveries, moving forward is an art that can only be evaluated with distance. Today, 3 years after that day where I was diagnosed with a name, for that time, catastrophic in my mental health, and how I am seeing myself, the changes I was able to make and how this is working day by day in me.
After many conversations and years of therapy and much analysis, much thought, and measured actions. After confusions, after going back, after wanting to do everything slowly and better. After understanding that achievements make less noise than destructions, that it is better that everything happens in a low volume, and to understand that I must use my calm when emotions explode, and not the "rest of the time".
It is easy to think about controlling strong emotions when we are at peace, the question is to improve and control them when they will lead us to the same path as always. When they are going to bring us under the known storm and they are going to throw us made spoils of what we know and is known. I have learned it even from music, that which is hell, once it becomes known, is what we instinctively choose to inhabit. We feel it, we walk towards it, no matter how much we deny it, no matter how much we don't want it, no matter how much it hurts us. It is a known harm, we know it does not kill us, it only hurts us strongly.
This is how I feel when my old vices of bad attitudes come to me. It urges me to expose myself, it urges me to feel a sense of lost power. I feel the imperious need for the other to come to my demand. That he listens to me, that he answers me, that he understands my idea, and in general, after ten minutes, I notice how the silence, which is rather cowardly, teaches me calm. Not to enter into that cyclical chaos, which always makes me fight for an uncontrolled reason. That needs my ego, or my most hurt part to feel that "something is going well". Things can go right, even when I am not right. They can go well under someone else's demand, and not mine. And they can go well hand in hand with silence and peace and not always the talking and arguing that brings an apology and maybe crying too.
I have started psychoanalysis and it is a whole new experience. Perhaps understanding that these problems, chaos, differences, anger, these more uncontrolled emotions that are born to me, can be put into words in the analytical space. That it is more important to consider this space as a tool to fight the rest, without going to the professional to solve what I already broke in the past. Even my own construction, my idea of myself, of who I am, or everything I did wrong and I punish myself for it.
I also learned about myself, that I have become more of a loner than a person eager for company. That I evaluate the level of connection with people, once I am at ease it can be said that I "transform" but in the meantime, I am just a person who comes to do this or that. To develop a task, and not to make friends. In the past all this was confused and mixed up.
Psychoanalysis helps me somehow to understand my responsible side (although I was already exploring it) and my decision-making side.
To understand that the limits are not there for the rest, but for me.To mark myself, where I do want to go, with whom I do want to go, what deserves my effort and where I look at the horizon.The upward view, when it is not prey to anxious or evil thoughts, places us in a delicious panorama "this that is worrying me, brings me closer to the goal where I want to see myself?" in general I say no, and I give up. To resist sometimes is not to accept that life will go, voluntarily, to where I make the path, even if I do not want it. That is to say that if I fight because it is important to talk, I may say goodbye to my interlocutor, even if I want us to continue talking. It is easier to see it from a distance, but to learn from it, to become aware when the moment is more difficult, when chaos wants to submerge me and in my attempts to breathe, to take a breath, to understand that peace is more allied if within me I can order my thoughts and not only my words to win a conversation discursively.
I will discover so many things through psychoanalysis that I will surely not see today, but in time, at a distance, I will be able to understand things that today are pure unknown or even unknown. What about you? Do you choose some kind of therapy or action to know yourself, investigate and learn about your ways of being?
I'll read you in the comments :) Thanks for reading me.
Thanks for reading me, Kiki✨
Gracias por leerme, Kiki ✨
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