Crimson Forest 🍁
ENGLISH VERSION (click here!)
If I told you that there was a forest of an unusual color, would you believe me or would you imagine it with me?
In a forgotten corner of the world, where the roads are lost in the fog, there was a forest turned into an eternal autumn 🍁. The leaves on the trees looked like blood and spoke of ancient stories to anyone who dared to listen to them.
A young girl named Lana was the Guardian of the Creatures that inhabited that magical place. She wore a red cloak that fluttered in the wind, as she rode on her faithful steed. She was in a hurry, for she had been sent on a very important mission, it turns out that something dark was hovering over the Crimson Forest.
The largest and lushest tree that was responsible for keeping everything alive, had begun to wither surprisingly and with it, the power of the forest was weakening at an alarming rate. Lana had to find the cause of this evil to restore the balance before it was too late.
As she rode further down the leaf-covered path, the fog grew thicker and thicker, enveloping everything around her in a blanket of death. Suddenly, his steed stopped dead in its tracks, neighing nervously. In front of them, an ethereal figure emerged from the ground. It was an old woman with shining eyes and silver hair, holding a staff adorned with ancient runes.
-Welcome! -said the old woman in a voice that echoed like the echo of a thousand voices-. I have anxiously awaited your arrival.
Lana cautiously dismounted, keeping her eyes fixed on the old woman.
-Who are you? -she asked, although deep down she thought she knew the answer.
-I am the caretaker of the most important tree that is now weakening- the old woman replied.- I have protected it for centuries, but now my strength is failing with it. The evil that threatens it is powerful and ancient, unlike anything I have seen before. That is why I need your help, you protector of all the creatures that dwell here. You alone have the strength to approach him.
The old woman held out her hand and from the mist emerged a small glass vial containing a golden liquid.
-This is the Essence of Life-he explained-. It is a fragment of the first dawn of this place, when the magic was still pure and untainted. Use it wisely, you have only one chance.
The young woman reverently took the flask and placed it in her cloak. The old woman nodded and, with a wave of her staff, the mist dissipated, revealing a hidden path leading to the heart of the forest.
-Follow this path and you will find the Tree -said the old woman-. But be careful, the evil that corrupts it will not give up easily!
Lana remounted her steed and followed the path he indicated. As she went on, the atmosphere became darker and more sinister. Finally, she came to a clearing where the majestic tree stood. Its branches, which had once been red and full of life, were now withered and black. At its feet, a dark shadow writhed, emanating an evil energy.
At that moment he knew that this was the source of the evil. She dismounted and approached the tree, taking out the Essence of Life vial. The shadow lunged at her, but Lana, with a quick movement, poured the golden liquid on the tree's roots and watched as it quickly absorbed it.
Next, a bright light burst forth and the shadow tried to escape, however, its attempts did not work and, emitting a piercing scream, it vanished completely.
The tree glowed even brighter with golden light, and its branches filled with vibrant crimson leaves. A wave of magic swept through the forest, restoring balance and bringing everything back to normal. The mission had been accomplished!
The tree twinkled twice in thanks and dropped one of its leaves as a gift to Lana. Lana rushed to take it and, incredibly, it turned into a beautiful ring with a ruby in the middle. She bowed to him, got back on her horse and rode away.
On her return, the Guardian of the Creatures was greeted with jubilation, everyone congratulating her on her bravery and determination. But she knew that her true reward was to have restored harmony in the Crimson Forest and to have learned that, even in the darkest of times, the light of hope can always shine.
Si te dijera que existe un bosque de un color inusual, ¿me creerías o lo imaginarías conmigo?
En un rincón olvidado del mundo, donde los caminos se pierden en la niebla, existía un bosque envuelto en un eterno otoño 🍁. Las hojas de los árboles parecían de sangre y hablaban de historias inmemoriales a todo aquel que se atreviera a escucharlos.
Una joven llamada Lana era la Guardiana de las Criaturas que habitaban en ese mágico lugar. Vestía una capa roja que ondeaba al viento, mientras cabalgaba sobre su fiel corcel. Iba apurada porque había sido enviada a una misión muy importante, resulta que algo oscuro se cernía sobre el Bosque Carmesí.
El árbol más grande y frondoso que se encargaba de mantenerlo todo con vida, había comenzado a marchitarse sorpresivamente y con él, el poder del bosque se debilitaba a un ritmo alarmante. Lana debía encontrar la causa de este mal para restaurar el equilibrio antes de que fuera demasiado tarde.
Conforme se adentraba por el camino cubierto de hojas, la niebla se hacía cada vez más densa, arropando todo a su alrededor en un manto de muerte. De repente, su corcel se detuvo en seco relinchando nerviosamente. Frente a ellos, una figura etérea emergió del suelo. Era una anciana de ojos brillantes y cabello de plata, la cual sostenía un bastón adornado con runas antiguas.
-¡Bienvenida! —dijo la anciana con una voz que resonaba como el eco de mil voces—. He esperado ansiosamente tu llegada.
Lana desmontó con cautela, manteniendo la mirada fija en la anciana.
—¿Quién eres? —preguntó, aunque en el fondo creía saber la respuesta.
—Soy quien cuida al árbol más importante y que ahora se encuentra debilitándose —respondió la anciana—. Lo he protegido durante siglos, pero ahora mis fuerzas flaquean junto a él. El mal que lo amenaza es poderoso y no es parecido a nada que haya visto antes. Por eso necesito de tu ayuda, tú, protectora de todas las criaturas que aquí habitan. Solo tú tienes la fuerza para acercarte a él.
La anciana extendió su mano y de la niebla surgió un pequeño frasco de cristal que contenía un líquido dorado.
—Esta es la Esencia de la Vida —explicó—. Es un fragmento del primer amanecer de este lugar, cuando la magia aún era pura y sin mancha. Úsala sabiamente, sólo tienes una oportunidad.
La joven tomó el frasco con reverencia y lo guardó en su capa. La anciana asintió y, con un gesto de su bastón, la niebla se disipó revelando un sendero oculto que conducía al corazón del bosque.
—Sigue este camino y encontrarás el árbol —dijo la anciana—. Pero ten cuidado, ¡el mal que lo corrompe no se rendirá fácilmente!
Lana montó de nuevo a su corcel y siguió el sendero que le indicó. A medida que avanzaba, el ambiente se volvía más oscuro y siniestro. Finalmente, llegó a un claro donde se erguía el majestuoso árbol. Sus ramas, que una vez habían sido rojas y llenas de vida, ahora estaban marchitas y negras. A sus pies, una sombra oscura se retorcía, emanando una energía maligna.
En ese momento supo que ése era el origen del mal. Desmontó y se acercó al árbol, sacando el frasco de Esencia de la Vida. La sombra se abalanzó sobre ella, pero Lana, con un movimiento rápido, vertió el líquido dorado sobre las raíces del árbol y observó como éste lo absorbía rápidamente.
A continuación, una luz brillante estalló y la sombra intentó escapar, sin embargo, no funcionó y, emitiendo un grito desgarrador, se desvaneció por completo.
El brillo del árbol se hizo todavía más fuerte con una luz dorada, y sus ramas se llenaron de hojas carmesí vibrantes. Una oleada de magia recorrió el bosque, restaurando el equilibrio y devolviendo todo a la normalidad. ¡La misión había sido cumplida!
El árbol centelleó dos veces en agradecimiento y dejó caer una de sus hojas como regalo hacia Lana. Ésta se apresuró a tomarla e, increíblemente, se convirtió en un anillo hermosísimo con un rubí en el medio. Ella le hizo una reverencia, montó de nuevo en su caballo y se fue.
De regreso, la Guardiana de las Criaturas fue recibida con júbilo, todos la felicitaron por su valentía y determinación. Pero ella sabía que su verdadera recompensa era haber restaurado la armonía en el Bosque Carmesí y haber aprendido que, incluso en los momentos más oscuros, la luz de la esperanza siempre puede brillar 💥.
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