I had high expectations of attending this fair. I had always heard about it and I am familiar with Colombia's rich publishing tradition, as my grandfather was a bookseller and my family has been directly or indirectly involved in the publishing industry.
I must say that all my expectations have been exceeded, as the venue and the fair itself have seemed monumental to me, both in size and the number of people attending, not to mention the extensive and diverse range of publications.
There are spacious pavilions divided by themes and types of publishers. It's truly overwhelming.
Coincidentally, I am covering the participation of the Venezuelan delegation in the fair, and I am delighted with the quality of the people I am surrounded by and the stimulating cultural atmosphere.
On this occasion, Brazil is the guest country, and they have a large pavilion that I haven't been able to visit yet, but I hope to do so in the coming days. The experience of immersing myself in Brazilian literature and culture promises to be fascinating.
The last International Book Fair in Venezuela had Colombia as the guest country, where I had the opportunity to explore contemporary Colombian literature. Therefore, this experience at FilBo is, for me, a continuation of that cultural exchange and recognition of what unites us culturally at a Latin American level.
In addition to the national pavilions, there is also a wide variety of independent exhibitors, small publishers, and local bookstores, offering a unique opportunity to discover new voices and literary works.
The diversity of genres and themes represented is astonishing, ranging from science fiction and fiction to poetry, essays, and children's and young adult literature.
The atmosphere at the fair is truly magical, with cultural activities, book presentations, talks, and encounters with authors. It's a place where literature lovers can immerse themselves with heart and soul.
Español
Feria Internacional Libro de Bogotá. Primeras impresiones.
Tenía muchas expectativas de conocer esta feria, siempre había escuchado hablar de ella y conozco la amplia tradición editorial que tiene Colombia, ya que mi abuelo fue librero y mi familia ha estado vinculada directa o indirectamente a la producción editorial.
Debo decir que todas mis expectativas han sido superadas, puesto que el espacio y la feria como tal me han parecido monumentales, tanto en extensión como en afluencia de personas, además de la extensa y diversa oferta editorial.
Amplios pabellones divididos por temáticas y tipos de editoriales. Es realmente abrumador.
Casualmente, me encuentro cubriendo la participación de la delegación venezolana en la feria, y estoy muy complacido por la calidad de las personas de las que estoy rodeado y el ambiente cultural tan estimulante.
En esta ocasión, el país invitado es Brasil, que cuenta con un amplio pabellón que, por cierto, aún no he podido visitar, pero espero hacerlo en los próximos días. La experiencia de sumergirse en la literatura y cultura brasileñas promete ser fascinante.
La última Feria Internacional del Libro de Venezuela tuvo como país invitado a Colombia, donde pude conocer parte de la literatura colombiana contemporánea. Por lo tanto, esta experiencia en la FilBo es para mí, una continuación de ese intercambio cultural y reconocimiento de lo que nos une culturalmente a nivel latinoamericano.
Además de los pabellones nacionales, también hay una gran variedad de expositores independientes, pequeñas editoriales y librerías locales, lo que brinda una oportunidad única para descubrir nuevas voces y obras literarias.
La diversidad de géneros y temáticas representadas es asombrosa, desde ciencia ficción y narrativa, pasando por la poesía, el ensayo y la literatura infantil y juvenil.
El ambiente en la feria es verdaderamente mágico, con actividades culturales, presentaciones de libros, charlas y encuentros con autores. Un lugar donde los amantes de las letras pueden sumergirse en cuerpo y alma.