Uno de los aspectos que más capta mi atención y que tiene como base a los insectos es la conformación de las figuras o patrones que se suelen crear sobre sus cuerpos gracias a distintos juegos con los colores, algunos hasta parecieran ser esbozos de arte del pasado como jeroglíficos minimalistas que se dibujan sobre sus cuerpos, aunque por lo general, estos patrones siempre tienen un punto indispensable para la vida de una especie, por ejemplo, para mimetizarse, intimidar o disuadir el peligro, pero también puede ser una herramienta para el reconocimiento entre individuos del mismo grupo y aquí también entraría en tema de la selección reproductiva.
En el ámbito investigativo y como ejemplo, estos patrones minimalistas generados por distintos colores entre claros y oscuros como los vistos en el coleóptero de la portada pueden ser muy útiles para el reconocimiento de la especie por nuestra parte, de ahí podemos diferenciarlas de otros semejantes, esto a veces es muy útil y otras veces no tanto, pero siempre es algo que debemos tener en cuenta. Dicho esto, para esta publicación quiero compartir algunas fotografías e información sobre un ejemplar que tuve la oportunidad de observar, se trata de un coleóptero o escarabajo cuyo cuerpo ostenta un juego de colores que me hace asociarlo con un esculpido de madera antiguo, todo esto podrán verlo de mejor forma en el transcurso de la siguiente publicación.
¿Un escarabajo con originalidad?
Un fuerte aleteo, un golpe en mi cabeza y un complicado aterrizaje sobre una planta de limón, esta secuencia de hechos fue lo que me hizo encontrarme con este espécimen que ven en las imágenes, pues, en medio de su trayectoria de vuelo atravesé mi cabeza y este se estrelló para aterrizar sobre la planta que me encontraba podando, probablemente fue una simple casualidad, pero no podía desperdiciar el factor de agregar una especie más a mis registros y al blog. Este ejemplar no es tan desconocido en el ámbito agrícola porque tiene su relevancia negativa, pero tampoco es un escarabajo tan popular por el hecho de que suele ser más ocasional que puntual sobre algunas plantas, la más común y en donde se han visto realizar considerables daños es en la yuca (Manihot esculenta), pero más allá de esto no tiene otro punto por el cual deba ser repudiado.
Lo que puedo asegurar en este inicio y con mucha firmeza es que es una especie endémica de américa, su rango abarca distintos países de América de sur, Centroamérica y en menor presencia el norte de dicho continente, además por las alargadas e inconfundibles antenas junto a la estructuración general de su cuerpo se evidencia que se trata de una pieza más de los llamados "longicornios" que ya son cada vez más populares en mi blog por la frecuencia con la que me encuentro especies de este grupo tan extenso en temas numéricos, hay más de 20.000 especímenes dentro de esta familia (Cerambycidae).
En cuestiones relacionadas al tamaño he de añadir que no es muy grande, su longitud oscila entre los 1.5 a 2 centímetros más o menos, al ver su "rostro" desde una perspectiva frontal puede verse intimidante, pero es un ejemplar que no representa peligro para el humano al no tener ningún medio o estructura para producir e inocular veneno, pero para ciertas plantas si puede resultar nocivo por estar provisto de mandíbulas con la que puede perforar o raspar tallos, su dieta se basa en el consumo de materia vegetal. De igual manera, al desglosar sus características más superficiales para intentar obtener datos taxonómicos que nos lleven a su especie tenemos que, este ejemplar de las fotografías forma parte de una tribu compuesta por más de 1.000 especies que recibe el nombre de Acanthocinini, la misma es uno de los elementos anclados a una de las subfamilias más populares del grupo, en este caso sería la Lamiinae de la cual ya he traído a varios de sus miembros a la plataforma.
En las fotos se logra apreciar un poco lo que es el tamaño de los ojos en esta variedad, en la imagen que corresponde a la vista frontal del rostro del cerambícido notamos que estos ojos no son muy grandes en comparación con la cabeza y tienen una coloración rojiza oscura, además el punto atractivo de este grupo casi siempre terminan por ser las largas antenas, ya que más que colores las personas se fijan más es en el largo de estas estructuras, viniendo de aquí, probablemente, el temor o pánico que les tienen algunos agregando también el factor tamaño de sus cuerpos.
Patrones o figuras sobre el dorso de su cuerpo
Anteriormente, mencioné que el punto que más suelen observar las personas son las antenas por lo largas que tienden a ser en estos ejemplares o cerambícidos, pero en mi caso yo soy más de centrar mi atención en los colores sea la especie que sea y aquí no sería la excepción, por ello hice esta fotografía cercana a su dorso con el propósito de enfatizar en los patrones que forman los colores marrón claro y oscuro en los élitros. Ahora, lo curioso es que desde mi perspectiva este escarabajo de la familia Cerambycidae se asemeja a un esculpido de madera que al observarse detenidamente da la impresión de tener un "rostro plasmado" en el dorso, el mismo incluiría las 2 manchas más oscuras en cada lateral como los ojos, 2 manchas más pequeñas al centro como orificios nasales y la boca sonriente en la parte baja o final de los élitros, una pieza para Halloween. Esta parte es solo un juego de mi imaginación (pareidolia), estos patrones son ligeramente variables dentro de la misma especie, aquí ya puedo añadir que por estos patrones junto a las características comentadas en párrafos anteriores el ejemplar pertenece a un género llamado Lagocheirus, en este caso estos patrones serán hasta muy útiles para llegar a la especie.
Por otro lado, en el pie de las 2 fotos de esta sección podemos ver el nombre de la especie, de manera que, dentro de las aproximadamente 20 especies que comprenden al género conocido como Lagocheirus solo una posee un juego de colores o patrones como la que ven en las imágenes y otras características que no son visibles tan superficialmente, el problema salta a la luz cuando nos encontramos con subespecies y la Lagocheirus araneiformis tiene unas 8 subespecies, así que el asunto está en saber cual de las 8 es la de este post. Por lo general, siempre que me he encontrado con uno de estos ejemplares lo catalogo directamente como L. araneiformis; sin embargo, cuando toca ser más preciso es necesario evaluar otros factores inherentes a las características y a la distribución geográfica para dar con exactitud con la subespecie, en este caso me fui más por el tema geográfico y en Venezuela las más común es la Lagocheirus araneiformis fulvescens.
Probablemente, la palabra "araneiformis" que lleva su nombre cause cierta curiosidad porque no estamos en presencia de una araña, en este caso intuyo que cuando se le dió el nombre a la especie se basaron en la forma que da la unión de la placa dorsal del tórax con los élitros, pues, el abultamiento de esta placa junto con los tonos más oscuros presentes en los élitros se asemejan al cuerpo de una araña sin patas, incluso no se distingue bien la cabeza del resto del cuerpo en este escarabajo desde el dorso, de ahí es probable que se le diera el nombre al escarabajo, L. "araneiformis" (forma de araña).
La especie Lagocheirus araneiformis
Desde una perspectiva general estos ejemplares son conocidos por su accionar como posibles plagas en algunos países, con esto hago énfasis en que hay regiones en donde son mucho más reconocidas por sus daños y presencias constantes, el daño de estos ejemplares puede darse durante cualquier estadio de desarrollo, es decir, las larvas por falta de movilidad se alimentaran de los tallos de la yuca de forma continua hasta que alcancen su máximo desarrollo, a partir de aquí siendo adultos los L. araneiformis pueden abandonar el sitio para alimentarse de madera en descomposición o pueden continuar afectando la plantación en la que se desarrollaron, realizando más perforaciones o raspados en los tallos. A su vez, mi encuentro con este ejemplar de L. araneiformis fue algo muy casual, ya que no son muy comunes de encontrar en zonas urbanas y más que todo por la poca presencia de plantas que les sirvan de alimento, en campo si he tenido la oportunidad de verlas en varias ocasiones, más allá de lo malo, las variedades de Lagocheirus contribuyen en la degradación de material vegetal lo que facilita la incorporación de esta materia al medio en el que se encuentre para su reutilización por otros organismos.
Todas las fotografías pertenecen al autor @abneagro. Las imágenes fueron editadas empleando la aplicación Canva.
Algunas referencias e información de interés:
Taxonomia y datos sobre Lagocheirus araneiformis
.png)