"No te puedes quedar aquí" era una frase que me repetía frecuentemente mi papá, cuando tenía entre 10 a 12 años de edad. "Aquí" era nuestra pequeña y bonita ciudad, Cumaná. Escribiendo estas líneas me parece muy curioso que nuestro apellido compartido sea Aqui-no...
Después de una situación familiar que dejaba bastante que desear, cuando él veía alguna injusticia, algún retroceso, una acción llevada a cabo por la ambición, la avaricia, la impulsividad, la falta de decencia y valores, en esas ocasiones era cuando mi papá me decía "No te puedes quedar aquí". Sé que esa exhortación poco tenía que ver con un desagrado por nuestra tierra, era más bien su presunción de que para yo poder "flotar" en ese mar, debía permanecer anclada al muelle, y eso no es lo que quería para mí, ni lo que quiere.
"No te puedes quedar aquí" fue mi primera referencia, desde muy niña, para salirme del molde, para hacer algo diferente a lo que hacían las personas a mi alrededor. No porque las cosas que sucedían a mi alrededor fuesen buenas o malas, sino por el deseo de mi papá de que las cosas para mi fuesen diferentes. Ahora lo veo y pienso que fue arriesgado de parte de mis padres enviarme a Caracas a los 16 años, con los recursos económicos más que limitados, para que trazara mi rumbo diferente. Eso pudo haber salido tan bien como tan mal, pero creo que esa es la apuesta que uno hace cuando se sale del molde. Es la apuesta a confiar.
Ese "No te puedes quedar aquí" ya no tuvo más cabida física. Realmente "Aquí" nunca fue Cumaná. "Aquí" es cualquier lugar, situación o persona que limita el crecimiento, donde no hay honestidad y autenticidad, donde los miedos predominan y la inacción es la acción de cada día. Donde hay conformismo, ocio y vicio. Donde la mano del otro, lejos de levantar, hunde.
He tenido que irme de "aquí" en diferentes circunstancias de mi vida. Y como "Aquí" no es un lugar sino una estructura principalmente mental, y un funcionamiento social, me pregunto constantemente si no estoy regresando a lugares a los que no quiero ir.
El romper patrones no es tarea sencilla. Ser diferente pasa factura y la principal es la exclusión, que viene dada por uno mismo o por los demás. Luego está el hecho de que hay que estar defendiendo constantemente su postura, sino con los otros, al menos con uno mismo, pues siempre será tentador volver al status quo, donde no hay dudas. Estoy segura de que también en esa inercia hay algo de felicidad.
La necesidad de compartirles esta anécdota viene dada por la iniciativa planteada por @damarysvibra quien nos invita a reflexionar sobre esos moldes, patrones o paradigmas que han regido nuestra vida, cuáles hemos transformado o cambiado y cuáles nuevos paradigmas hemos adoptado. Te invito a leer su interesante publicación en este enlace, y, por supuesto, a que participes con tus opiniones y experiencias sobre este tema.
"You can't stay here" was a phrase frequently repeated to me by my dad, when I was between 10 to 12 years old. "Aquí" was our small and beautiful city, Cumana. Writing these lines I find it very curious that our shared last name is Aqui-no....
After a family situation that left much to be desired, when he saw some injustice, some setback, an action carried out by ambition, greed, impulsiveness, lack of decency and values, on those occasions was when my dad would tell me "You can't stay here". I know that exhortation had little to do with a dislike for our land, it was more his presumption that in order for me to "float" in that sea, I had to stay anchored to the dock, and that is not what he wanted for me, nor what he wants.
"You can't stay here" was my first reference, from a very young age, to break out of the mold, to do something different than what the people around me were doing. Not because the things happening around me were good or bad, but because of my dad's desire for things for me to be different. I look at it now and think it was risky of my parents to send me to Caracas at 16, with more than limited economic resources, to chart my different course. That could have gone as well as badly, but I think that's the bet you make when you break out of the mold. It's the bet to trust.
That "You can't stay here" had no physical place anymore. Here" was never really Cumana. "Here" is any place, situation or person that limits growth, where there is no honesty and authenticity, where fears predominate and inaction is the everyday action. Where there is conformism, idleness and vice. Where the hand of the other, far from lifting, sinks.
I have had to leave "here" in different circumstances of my life. And since "here" is not a place but a structure, mainly mental, and a social functioning, I constantly ask myself if I am not returning to places where I do not want to go.
Breaking patterns is no easy task. Being different takes its toll and the main one is exclusion, which is given by oneself or by others. Then there is the fact that you have to be constantly defending your position, if not with others, at least with yourself, because it will always be tempting to return to the status quo, where there are no doubts. I am sure that there is also some happiness in this inertia.
The need to share this anecdote comes from the initiative proposed by @damarysvibra who invites us to reflect on those molds, patterns or paradigms that have governed our lives, which ones we have transformed or changed and which new paradigms we have adopted. I invite you to read her interesting publication in this link, and, of course, to participate with your opinions and experiences on this topic.