ENG
At the Chilean grandparents' house, there is a large plot of land with lots of plants. Lately, I have been exploring it, discovering new things every day.
One morning, while I was walking around, I came across some mushrooms. Some of them were completely open, which got me thinking, did you know that mushrooms do that? I had no idea.
I picked them up and just as I was about to take them to the kitchen and make a sautéed meal with them, I remembered something important: grandpa sprays the ground with a weird liquid to kill the little bugs that eat the plants. And of course, that same liquid falls on the mushrooms that grow there.
So, although I was tempted by those fresh mushrooms, I decided not to risk having problems later. Better safe than sorry.
After leaving the mushrooms where they were, I continued my walk around the grounds, sometimes, the simplest things are the ones that brighten up the day the most.
And although I was left wanting to try those mushrooms, at least I learned an important lesson: it is always good to be informed before taking a step. And who knows, maybe the next time I find mushrooms around here, they'll be free of any suspicious liquid or I'll risk washing them really well.
After this experience I discovered how mushrooms are born, as I had no idea what they were like before they were harvested.
ESP
En la casa de los abuelitos chilenos, hay un terreno grande donde tiene muchas plantas. Últimamente, he estado explorándolo, descubriendo cosas nuevas cada día.
Una mañana, mientras caminaba, me topé con unos champiñones. Algunos estaban completamente abiertos, cosa que me dejó pensando. ¿Sabías que los champiñones hacían eso? Yo no tenía ni idea.
Los recogí y justo cuando estaba por llevarlos a la cocina y hacer una comida salteada con ellos, recordé algo importante: el abuelito rocía el terreno con un líquido raro para matar a los bichitos que se comen las plantas. Y claro, ese mismo líquido les cae a los champiñones que crecen por ahí.
Así que, aunque me tentaban esos champiñones fresquitos, decidí no arriesgarme a tener problemas después. Mejor prevenir que lamentar.
Después de dejar los champiñones donde estaban, continué mi paseo por el terreno, a veces, las cosas más simples son las que más alegran el día.
Y aunque me quedé con las ganas de probar esos champiñones, al menos aprendí una lección importante: siempre es bueno informarse antes de dar un paso. Y quién sabe, tal vez la próxima vez que encuentre champiñones por aquí, estarán libres de cualquier líquido sospechoso o me arriesgue a lavarlos muy bien.
Después de esta experiencia descubrí cómo nacen los champiñones, ya que no tenía idea de cómo eran antes de ser cosechados.
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