Bajo el suelo hay muchas cosas que se ocultan, todo aquello con vida que siente poco agrado por la luz natural puede huir de ella ocultándose bajo la materia que integra las primeras capas del medio edáfico de su preferencia. Por ello, existe una gran variedad de formas de vida que son fotosensibles o que simplemente no están diseñadas en términos evolutivos para estar por mucho tiempo a la intemperie, optando así por vivir en cuevas, piedras o bajo el mismo suelo por el que regularmente se desplazan. Aquí se podrían nombrar muchos ejemplos, pero el objetivo de la publicación tiene como base a unos diminutos seres nombrados dentro de la ciencia como esquizómidos, estos no son muy comunes y tampoco son insectos, pero si están emparentados con las arañas y semejantes, por tanto los esquizómidos comparten rasgos que permiten ubicarlos en la misma clase, es decir, la Arachnida u arácnidos como suelen ser popularmente conocidos, compartiendo este lugar junto con escorpiones, amblipigios, opiliones, solífugos, pseudoescorpiones y las populares arañas, por citar ejemplos. Todos los grupos nombrados y remarcados en negrita son arácnidos, por lo que ninguno de ellos son insectos.
Aquellos arácnidos de menor tamaño y poco simpatizantes de la luz natural llegan a ser realmente muy desconocidos dentro de nuestras sociedades, el motivo es que puede resultar muy difícil encontrarlos y la mayoría de los encuentros se dan por coincidencias, pues, muy pocas personas se aventuran a adentrarse en cuevas o lugares inhóspitos, tampoco somos muy amantes de curiosear bajo rocas o zonas de difícil acceso, siempre pueden haber ciertos riesgos en estas prácticas aventureras. Estos curiosos organismos de 8 patas los cuales son llamados esquizómidos, son de los que se adaptaron para vivir en estos lugares mencionados de los que prácticamente no se separan, así que no podremos verlos ingresando a nuestros hogares en mitad de la noche o sobre las plantas durante el día, esta dificultad en los encuentros es una de las cosas que los hace desconocidos, incluso el salir como investigador a buscarlos puede no darnos los resultados que esperamos, ya que es posible que no se tenga la suerte para encontrar a alguna de sus especies.
Lo que se oculta bajo tierra | Explorando el mundo de los esquizómidos (Schizomida)
Mientras se removía materia orgánica en el estado Lara (Venezuela) para ser incorporada a un agroecosistema, pude visualizar diferentes variedades de artrópodos que interactuaban en la oscuridad que suministraban las distintas capas orgánicas de las que estaba constituida dicha materia, todos se encontraban alterados por el estrés al que fueron sometidos tras la remoción de sus escondrijos, presentando mucha movilidad lo que facilitaba el que pudieran ser vistos pese a sus minúsculos tamaños. Al ver tantos organismos se procedió a realizar colectas in situ de los menos habituales, entre ellos se colectaron 3 especímenes de lo que parecían ser alguno de los tantos organismos anexados a una de las clases más comunes y repudiadas que existe en el mundo (arácnidos), estos tenían una longitud estimada de unos 5 a 6 milímetros con colores como el pardo que les facilitaban el camuflaje una vez que dejaban de moverse en el suelo.
A su vez, estos ejemplares fueron trasladados a un mejor lugar para observarlos con más detalle y así poder saber bien de que tipo de organismos se trataban, en estas fotos iniciales se muestra parte de las primeras tomas fotográficas que realicé, observándose superficialmente cierto parentesco con algunos de los grupos más conocidos de dicha clase, por lo que inicialmente se creyó que eran alguna variedad de solífugos.
Con ayuda de lupas y otros implementos se pudieron observar mejor los detalles superficiales, destacándose que estos ejemplares pertenecían a uno de los ordenes menos conocidos que hay en cuestiones inherentes a arácnidos, siendo estos miembros de un grupo que tan solo cuenta con un estimado de 218 especies registradas en el mundo, la mayoría son propias de regiones con climas tropicales, dicho grupo o taxón recibe el nombre científico de Schizomida. En Venezuela no hay muchos avistamientos registrados de estos curiosos esquizómidos, pero los que hay fueron colectados en regiones o estados no muy lejanos del lugar de colecta de los que se presentan en esta publicación, lo cierto del caso es que todas las que hay registradas para el país pertenecen a la familia más estudiada de las 2 existentes en este orden, esta recibe el nombre de Hubbardiidae, así que es más que probable que estos ejemplares pertenezcan también a este grupo, ahora lo complicado sería saber si es una de las especies validadas o si se trata de alguna no registrada hasta el momento.
Explorando sus características, ¿Qué los hace especiales?
Para abrir esta sección dedicada a la descripción de sus cuerpos es necesario dar inicio hablando de los colores de estos ejemplares, pues, la mayoría de estos pequeños esquizómidos desde una perspectiva más general tienen tonalidades oscuras o poco llamativas, claramente para un diminuto componente que sobrevive en lugares oscuros ser lo menos vistoso posible es una buena estrategia para ocultar mejor su presencia, así que poseen colores con los que pueden mezclarse sin mucha dificultad con su hábitat, de ahí el que los haya encontrado bajo la materia orgánica.
Ahora, lo interesante viene cuando analizamos las estructuras presentes y las que están ausentes en estos esquizómidos, ya que en ninguno de los 3 ejemplares colectados pude encontrar una presencia de ojos, es decir, carecen de dichas piezas visuales y se rigen de otras estructuras para guiarse y sobrevivir, ¿Cómo lo hacen? para esto hay que enfocarse en otros aspectos, si vemos la imagen estos organismos cuentan con 2 tipos de patas, las comunes son los 3 pares posteriores, mismas que tienen sus típicas uñas tarsales para facilitar el desplazamiento. Sin embargo, el primer par de patas tiene otra forma, estas lucen más alargadas y si nos acercamos a una de ellas veremos que no tienen uñas y que la forma de estas patas indican que cumplen otra función, lo que quiere decir que sus tareas están más enfocadas a lo sensorial, para esto están cubiertas de una pubescencia especializada que facilita dicha tarea (tricobotrios). Todos estos detalles pueden ser vistos en las imágenes resaltadas con círculos rojos, estas patas son catalogadas como anteniformes.
Por otro lado, muy cerca de lo que viene siendo su "abertura bucal" encontramos otras 2 extremidades más cortas, estas las mantienen dobladas mientras no las usen (ver imagen superior izquierda), dichas estructuras son empleadas para sujetar el alimento mientras que poco a poco lo van despedazando para alimentarse, este par recibe el nombre de pedipalpos y son muy importantes para realizar la labor expuesta anteriormente, en apariencia son similares a unas patas pero mucho más cortas. Así mismo, en la imagen del fondo se muestra una toma cercana al dorso de uno de los 3 ejemplares, la rigidez o resistencia de cada uno de los segmentos visualizados en la imagen está integrada principalmente por quitina, este cuerpo esta conformado por 2 segmentos principales (prosoma y opistosoma) que se dividen posteriormente en otros, todos constituidos por coloraciones opacas o poco vistosas para fundirse con el entorno en el que suelen habitar, tal y como lo han podido apreciar a lo largo de lo mostrado en esta publicación.
Encontrar machos de estos pequeños esquizómidos es una tarea más difícil, pero diferenciarlos puede resultar más sencillo, ya que una de las formas de hacerlo es observando esa pequeña "cola" que se aprecia al final del abdomen, en las hembras tiene ese aspecto que se muestra y señala en la imagen, es decir, una forma de un pequeño segmento alargado que sobresale, mientras que en los machos la forma es más similar a un bulbo. En vista de esto, los 3 ejemplares colectados son hembras en diferentes fases de desarrollo, puesto que algunas eran más pequeñas y con colores menos marcados que otras, la que se muestra en esta fotografía era la más grande de las 3 colectadas, a su vez, esta pequeña "cola" recibe el nombre de flagelo y también como se puede apreciar está cubierta de pelos sensoriales, así que de alguna manera les puede servir para captar cambios en medio de la oscuridad de los sitios que habitan.
Con lo que se ha mostrado en esta publicación por ahora no tengo mucha idea sobre la especie a la que pertenecen estos 3 ejemplares, tomando como referencia los datos que se comparten en el país (Venezuela), estos pequeños pueden pertenecer a Hubbardiidae (familia) y quizás se ubiquen en géneros como el Hansenochrus o el Stenoschizomus, pero no tengo una idea clara y es necesario hacer una evaluación más profunda de estos ejemplares colectados. Por último, se destaca que estos pequeños son depredadores, se presume que son generalistas en cuanto a la elección de presas, no se sabe con precisión cuales son las presas predilectas o las más comunes.
Todas las imágenes compartidas pertenecen al autor @abneagro. Las fotos fueron editadas con la aplicación Canva.
Algunas referencias:
