Saludos. La amiga @lilianajimenez en su columna para la comunidad @beentrepreneur nos deja la invitación a preguntarnos si en nuestros emprendimientos hemos hecho como el chiguire, que arranca con brío y rapidez y al final se desinfla. Les comento…
La metáfora propuesta por nuestra amiga, tomando como referencia ese animalito tan preciado en nuestros llanos, me conectó inmediatamente con situaciones que he conocido.
Tal como dice Liliana, uno de los problemas más serios que se pueden presentar a la hora de emprender es la falta de constancia. La mayoría de las veces los negocios necesitan paciencia, no se cuajan de una vez. Claro, hay casos en que algún proyecto resulta muy exitoso y sus resultados se ven de inmediato, pero eso puede ser excepcional.
Lo más frecuente es que al comenzar nuestro negocio las cosas vayan con cierta lentitud; además, siempre habrá problemas por resolver, y será luego de algún tiempo cuando comencemos a ver resultados razonables.
Si nuestra expectativa es muy alta, por habernos formado una ilusión sin los pies puestos en la tierra, es probable que desistamos al toparnos con algunos inconvenientes.
Hace unos años atrás hice una sociedad con un muchacho que arreglaba celulares. Mi contacto con él lo tuve a través de una amiga. Un día se me presentó un problema con mi cell y mi amiga me habló del muchacho, me dijo que era responsable y que arreglaba los teléfonos en su casa, en el mismo sector donde yo vivo. Me puse en contacto con él y resolvió mi problema.
Mi primera impresión era que el muchacho conocía su oficio. Hablando con él me comentó que le gustaría montar un negocio, fue muy sincero y en la conversación me dejó saber que tenía algunos problemas para organizarse y que le faltaba capital para adquirir unos equipos.
Le propuse que hiciéramos una prueba, yo le prestaría para comprar los primeros equipos y le cedería un espacio en el estacionamiento de mi casa para que arrancara el negocio, no le cobraría nada por el alquiler del espacio y él me pagaría en cómodas cuotas el monto del préstamo. El local que le ofrecí tenía la ventaja de que estaba en la vía principal donde pasa mucha gente, había posibilidades de aumentar la clientela.
Mi intención era ver si el muchacho en realidad era lo suficientemente responsable como para asumir el compromiso de tratar con una clientela más numerosa. Si la prueba funcionaba le propondría que buscáramos otro local más grande, donde no solo se hiciera lo relacionado con el servicio técnico de reparación de celulares sino que se incorporara la venta de accesorios.
Durante el primer mes el muchacho actuó con mucha responsabilidad. Llegaba puntual y atendía a los clientes con esmero. Al comienzo del segundo mes comenzó a faltar algunos días, su explicación era que debía ir al centro de la ciudad para comprar algunos repuestos para las reparaciones. A veces algún cliente me preguntaba por él y yo le decía que vendría un poco más tarde, lógicamente que eso no agradaba al cliente, a nadie le gusta perder el tiempo.
Le sugerí al muchacho que pusiera un día fijo para hacer las compras de los repuestos, de ese modo los clientes sabrían que ese día no debían pasar por el negocio. Su respuesta fue que así no funcionaba el asunto, que él debía hacer las compras a medida que se presentaba la necesidad.
Con el paso del tiempo las ausencias se hicieron más frecuentes y la clientela comenzó a buscar otras alternativas. De todos modos el muchacho se mantuvo durante cinco meses, en ese tiempo me canceló un poco más de la mitad del préstamo.
Un día me preguntó si todavía tenía en mente la idea de buscar un local para ampliar las actividades. Le dije que por el momento ese proyecto estaba congelado, que se me habían presentado algunos imprevistos. No le quise decir que su actitud me había desanimado a emprender una actividad de mayor envergadura con él.
Al final pasó lo que era previsible, se fue quedando sin clientela. Entre los usuarios se fue corriendo la voz de que el muchacho era incumplido, que a veces costaba ubicarlo para devolver un equipo reparado. Sin clientes el negocio murió.
Esa experiencia me sirvió para entender la importancia de la constancia y la organización para llevar adelante cualquier emprendimiento, por fortuna pude darme cuenta a tiempo de que a mi socio todavía le faltaba madurar en ese aspecto. A veces hay que aceptar que no todos están en condiciones de adquirir grandes compromisos.
Gracias por tu tiempo.
Greetings. The friend @lilianajimenez in her column for the @beentrepreneur community leaves us the invitation to ask ourselves if in our ventures we have done like the chigger, which starts with verve and speed and eventually deflates. Let me tell you...
The metaphor proposed by our friend taking as a reference that little animal so precious in our plains immediately connected me with situations I have known.
As Liliana says, one of the most serious problems that can arise when starting a business is the lack of constancy. Most of the time, businesses need patience, they don't come together all at once. Of course, there are cases in which a project turns out to be very successful and its results are seen immediately, but that can be exceptional.
Most often, when we start our business, things go rather slowly; besides, there will always be problems to be solved, and it will be after some time when we start to see reasonable results.
If our expectations are too high, because we have formed an illusion without our feet on the ground, it is likely that we will give up when we run into some inconveniences.
A few years ago I made a partnership with a guy who fixed cell phones. My contact with him was through a friend. One day I had a problem with my cell phone and my friend told me about the guy, that he was responsible and that he fixed phones at his house, in the same area where I live. I contacted him and he solved my problem.
My first impression was that the boy knew his job. Talking to him he told me that he would like to start a business, he was very sincere and in the conversation he let me know that he had some problems to organize himself and that he lacked capital to acquire some equipment.
I proposed that we did a test, I would lend to buy the first equipment and would give him a space in the parking lot of my house to start the business, I would not charge anything for the rental of space and he would pay me in easy installments the amount of the loan. The place I offered him had the advantage that it was on the main road where many people pass by, there were possibilities of increasing the clientele.
My intention was to see if the boy was really responsible enough to take on the commitment of dealing with a larger clientele. If the test worked, I would propose that we look for another larger store where we would not only do cell phone repair service but also incorporate the sale of accessories.
During the first month the boy acted very responsibly. He arrived on time and attended to customers with great care. At the beginning of the second month he started to miss some days, his explanation was that he had to go downtown to buy some spare parts for repairs. Sometimes a customer would ask me for him and I would tell him that he would come a little later, of course that did not please the customer, nobody likes to waste time.
I suggested to the boy that he should set a fixed day to buy spare parts, that way the customers would know that they should not come to the store on that day. His response was that this was not the way it worked, that he should make the purchases as the need arose.
As time went by, the absences became more frequent and the clientele began to look for other alternatives. Anyway, the guy stayed on for five months, during which time he paid me off a little more than half of the loan.
One day he asked me if I still had in mind the idea of looking for a place to expand the activities. I told him that for the moment that project was frozen, that I had some unforeseen circumstances. I did not want to tell him that his attitude had discouraged me from undertaking a larger activity with him.
In the end, what was foreseeable happened: he was running out of clients. Among users was spreading the word that the boy was unfulfilled, that sometimes it was difficult to locate him to return a repaired equipment. Without customers the business died.
That experience helped me to understand the importance of perseverance and organization to carry out any undertaking, fortunately I could realize in time that my partner still lacked maturity in that part. Sometimes you have to accept that not everyone is in a position to make big commitments.
Thank you for your time.
Translated with DeepL.com (free version).
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