Sentido de una teologia pastoral

in voilk •  2 months ago

    Para que la acción que realiza una comunidad de fe tan importante como es la Iglesia tenga un sentido y una dirección, y al mismo tiempo no se pierda en simples proyectos que no tienen nada que ver con lo realizable, se hace necesaria la elaboración de una teología pastoral. Pues si bien la teología es una sola, puesto que es el hablar sobre Dios y todos sus conceptos afines, en la Revelación que Él mismo hizo de su ser, se hace necesario, por parte de la humanidad, elaborar reflexiones específicas para comprender bien este proceso o hecho de la revelación.

    ¿Qué quiere decir para nosotros? Dentro de este reflexionar, la teología pastoral lleva a la práctica la realidad que implica este revelarse del Señor, porque de hecho la teología pastoral, podemos comenzar diciendo, tiene sus bases en esta misma acción de Dios, ya que Él mismo sale de su inmanencia, de su interioridad, de su misterio para revelarse al ser humano, para decirle algo, más aún para decirse a sí mismo. La teología pastoral busca cómo aplicar a la vida personal y comunitaria este revelarse de Dios.

    En efecto, haciendo una revisión de lo que es la historia de Dios con su pueblo (estamos hablando del Dios judeocristiano), nos damos cuenta de que hay una historia llamada la historia de la salvación. ¿Por qué? Porque no es una historia ajena a la realidad divina, sino que es una historia donde descubrimos el paso salvador de Dios. Y es allí donde podemos decir que la primera pastoral es la que ha hecho Dios con su mismo pueblo. Por ejemplo, cuando Él mismo hace surgir de tierras cananeas a un hombre como Abraham, que va a tener una gran descendencia, o cuando estando el pueblo oprimido en Egipto envía un libertador, o cuando, en varias vicisitudes o circunstancias que hacían al pueblo retroceder incluso en su fe, les envía profetas, incluso también reyes que fueron muy buenos para reavivar este sentido divino en la realidad humana, como por ejemplo el rey David.

    De esta manera, pues, esta pastoral en la Iglesia tiene un gran sentido. Incluso podemos concretar más diciendo que hay una promesa en el Antiguo Testamento que dice: 'Les enviaré pastores según mi corazón, yo mismo bajaré y pastorearé mis ovejas'. Se trata de la promesa del Señor, que se iba a cumplir más adelante con Jesús de Nazaret. Él mismo es el Pastor que va a cuidar de su pueblo, esto se concreta luego por medio de la encarnación: este efectivo hacerse presente de Dios en la historia para hacer que la humanidad se abra a su mensaje sanador y liberador.

    La tarea pastoral de la Iglesia, entonces, nace de esta misma iniciativa divina y no es más que una prolongación de la misma accion de Cristo. De hecho, por eso San Pablo nos llama a la Iglesia el Cuerpo de Cristo, siendo Jesucristo la cabeza. Si Él ha pastoreado y cuidado, ¿cómo no va a hacer lo mismo su Cuerpo, que somos cada uno de nosotros? Ahora bien, esto no se hace de manera improvisada, porque no tendría efectividad, sino que se hace de una manera que tenga también sus bases científicas, sus bases en la realidad del ser humano.

    Es por ello que se hace necesaria una teología pastoral. En cierta forma, podemos decir que la teología pastoral es la auténtica teología ya que, si bien se alimenta de las otras ramas de la teología como la cristología, la trinidad, la sacramentologia, la mariología, etc., al final es la que hace el puente con lo que vive el ser humano. Es lo que hace como visagra, puente de unión entre lo sistemático y lo teórico, pasando por herramientas metodológicas y pedagógicas, para dar respuestas a ciertas problemáticas por las cuales pasa la humanidad.

    Es por ello que, por ejemplo, en la Arquidiócesis se está proyectando un plan pastoral. Es importante destacar que no es definitivo, porque al final lo que lleva a su éxito es el compromiso con cada persona. No obstante, es necesario y, por esta necesidad, debemos ir ahondando en lo que significa esta iluminación desde la teología. En conceptos concretos, pero que posteriormente nos irán ayudando a comprender el sentido y hacia dónde nos dirigimos con una planificación pastoral.

    Llevándonos a la realidad y siendo un poco más concretos, como teología pastoral, necesita plantearse algunos métodos. Ciertamente, esta preocupación de la Iglesia ha estado siempre presente, pero me quiero referir a las líneas que ha marcado la Iglesia, digamos, moderna. Antiguamente, un método tradicional era ver, juzgar y actuar. Esto correspondía a un análisis, un diagnóstico de la realidad, luego, desde la revelación de Dios, dar los juicios al respecto y de allí establecer la línea de acción. Es, de hecho, el método que llevó a cabo el Concilio Plenario de Venezuela. No obstante, esto debe complementarse, según nuestro punto de vista, por el estilo que ha impreso o que ha querido imprimir el Papa Francisco, que son los siguientes pasos metodológicos.

    Estos pasos son: escuchar, comprender y acompañar. Viene siendo lo mismo anterior pero desde otra perspectiva. ¿Por qué? Se trata de que no solo es ver como observador fuera de la realidad, sino de entrar en la realidad, escuchar, para tener una visión lo más objetiva posible. Luego se trata de no simplemente escuchar, sino también de tener empatía y comprender cada caso. Finalmente, de este ver y escuchar, nos vamos a lo que es precisamente acompañar. No se trata de una acción y listo, no nos quedamos allí, sino que debe ser algo que se dé continuamente. De esta manera, la teología pastoral está llamada a mejorarse constantemente porque es la compañía del pueblo de Dios inmerso en diversas realidades y que, además de las problemáticas que van surgiendo día a día, va exigiendo a la Iglesia dar respuestas coherentes e idóneas.

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