Llegamos al ejercicio #10 de la dinámica: ¿Quién soy ? y, con la gran pregunta: ¿Cómo veo el mundo?
Es realmente algo interesante como nuestra amiga @damarysvibra, viene manejando con mucha sabiduría e inteligencia, esta iniciativa, en la que ahora, podemos aportar nuestras opiniones sobre nuestro enfoque personal en el que vemos el mundo, que podríamos decir o mejor dicho, puedo decir: lo veo en picada y rumbo a un abismo, pero, qué estoy haciendo para que eso no suceda. Sería un aporte personal a la humanidad, lo que yo puedo aportar y que sirva para cambiar el rumbo y el sentido del mundo hacia un mundo de convivencia y paz .
We come to exercise #10 of the dynamic: Who am I? and, with the big question: How do I see the world?
It is really something interesting how our friend @damarysvibra, has been handling with much wisdom and intelligence, this initiative, in which now, we can contribute our opinions on our personal approach in which we see the world, which we could say or rather, I can say: I see it in a nosedive and heading towards an abyss, but, what am I doing so that does not happen. It would be a personal contribution to humanity, what I can contribute and that serves to change the course and the sense of the world towards a world of coexistence and peace.
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Hablar del mundo es hablar de personas. En el mundo encontramos personas muy valiosas así como también personas dañinas. Es decir, hay personas buenas y también hay personas malas. La cuestión es de qué lado estoy y qué estoy haciendo para tratar de cambiar a esas personas malas, para que podamos tener un mundo mejor.
Las personas valiosas aportan lo mejor de sí mismas, lo que les permite dejar huellas y legados que otras generaciones puedan seguir. Sin embargo, cuando las personas son dañinas, buscarán imponer su egoísmo y maldad a los más inocentes.
Personalmente veo el mundo en sus dos caras, una con personas que caminan hacia el bien y el otro lado, personas que caminan hacia el mal. Debo reconocer que en un tiempo anduve con personas malas, hice todo tipo de maldades y esto lastimó a muchas personas. Durante un tiempo percibí el mundo con un corazón malicioso, porque creía que eso era normal.
Cuando se produjo ese cambio en mi vida, donde, siguiendo el consejo de mis padres, elegí servir a Dios, las cosas cambiaron. Busqué a aquellas personas a las que alguna vez lastimé y las ayudé mucho, en lo que pude.
Caminar por la calle de la justicia, haciendo el bien y respetando a las personas, nos permite crear mejores relaciones humanas y desarrollar un mejor sentido de hermandad.
Quise cambiar y lo hice, gracias a Dios, pero eso no cambia el hecho de que todavía hay gente mala en el mundo. Debe haber un cambio de conciencia y algo que nos mueva hacia el bienestar personal y colectivo.
Respetar la vida de los demás y ayudar en lo que podamos es una forma de ver el mundo. Todos estamos aquí para ayudarnos, sin embargo, hay quienes egoístamente no se dejan ayudar, que sería su propio orgullo que los atrapa en la arrogancia.
Si todos en el mundo fuéramos del mismo pensamiento y sentimiento, creo que estaríamos en el paraíso. Sueño con ver un mundo unido, sin guerras, violencia, odio, hambruna, enfermedades. Sueño con ver un mundo unido. Sin embargo, la realidad es otra, y esto me hace ver el mundo partido en dos pedazos desiguales, donde el odio y el egoísmo tienen la mayoría.
No puedo dejarme arrastrar por esta realidad y tengo que poner en práctica los dones y talentos que Dios me ha dado, para ver el mundo de una manera, en la que, dando lo mejor de mí, pueda contribuir a un cambio.
En mi trabajo como pastor de una iglesia, enseño valores y principios espirituales, tanto a niños, jóvenes y adultos, para que podamos vivir en un espacio de unidad, donde el amor de Dios sea la base que unifique a los hombres en la tierra.
Trato de ver el mundo con amor y con una gran posibilidad de generar cambios importantes en la vida espiritual y personal de cada individuo con el que pueda interactuar.
To talk about the world is to talk about people. In the world we find very valuable people as well as harmful people. That is, there are good people and there are also bad people. The question is which side I am on and what I am doing to try to change those bad people, so that we can have a better world.
Valuable people contribute the best of themselves, which allows them to leave footprints and legacies that other generations can follow. However, when people are harmful, they will seek to impose their selfishness and evil on the most innocent.
Personally, I see the world in its two faces, one with people who walk towards good and the other side, people who walk towards evil. I must admit that at one time I walked with bad people, I did all kinds of evil things and this hurt many people. For a time I perceived the world with a malicious heart, because I believed that was normal.
When that change occurred in my life, where, following the advice of my parents, I chose to serve God, things changed. I looked for those people I once hurt and helped them a lot, as much as I could.
Walking down the street of justice, doing good and respecting people, allows us to create better human relationships and develop a better sense of brotherhood.
I wanted to change and I did, thank God, but that doesn't change the fact that there are still bad people in the world. There must be a change of consciousness and something that moves us towards personal and collective well-being.
Respecting the lives of others and helping in whatever way we can is a way of seeing the world. We are all here to help each other, however, there are those who selfishly do not allow themselves to be helped, which would be their own pride that traps them in arrogance.
If everyone in the world were of the same thought and feeling, I think we would be in paradise. I dream of seeing a united world, without wars, violence, hatred, famine, diseases. I dream of seeing a united world. However, reality is different, and this makes me see the world split into two unequal pieces, where hatred and selfishness have the majority.
I cannot let myself be dragged down by this reality and I have to put into practice the gifts and talents that God has given me, to see the world in a way, in which, giving the best of myself, I can contribute to a change.
In my work as a pastor of a church, I teach values and spiritual principles, both to children, youth and adults, so that we can live in a space of unity, where the love of God is the basis that unifies men on earth.
I try to see the world with love and with a great possibility of generating important changes in the spiritual and personal life of each individual with whom I can interact.