Algo que he aprendido a consecuencia de la crisis de mi país, es la valoración de cosas simples, que forman parte de la cotidianidad. Y una de esas cosas son los caramelos, golosinas que siempre estuvieron presentes en mi vida, desde mi infancia y que luego desaparecieron precisamente por la crisis estructural en Venezuela.
I remember with nostalgia and affection, sweets such as Tabaquitos, Vaca Vieja, Chocomenta, Papaúpa, California, among others, which were always present for years in my life. Of those childhood treats, there are some that still exist, like the very long-lived Toronto, about which I made a post, which you can read here, Cocosette, Cricri, Bolero, PingPong, and a few others; it's a shame that at that time Hive did not exist, to be able to document each of these wonderful candies and have them more present in our memories.
Recuerdo con nostalgia y cariño, golosinas como los Tabaquitos, Vaca Vieja, Chocomenta, Papaúpa, California, entre otros, que estuvieron siempre presentes por años en mi vida. De esas golosinas de la infancia, existen algunos que aún subsisten, como el muy longevo Toronto, del cual hice un post, que pueden leer aquí, el Cocosette, Cricri, Bolero, PingPong, y algunos otros más; lástima que en ese tiempo no existía Hive, para poder documentar cada una de estos estupendos caramelos y tenerlos más presentes en el recuerdo.
Y para que esto que me pasó con las golosinas de mi infancia, no me vuelva a ocurrir, hoy quiero compartir con ustedes mi caramelo favorito en la actualidad, y este es el delicioso LOKIÑO. El Lokiño es un caramelo blando, que viene en diferentes sabores frutales, tales como durazno, cereza, uva, fresa, naranja, limón, entre otros. No es una golosina venezolana, creo que lo fabrican en Colombia. Y sé bien que no es muy saludable, por los saborizantes y colorantes artificiales, pero es un placer que de vez en vez se puede disfrutar sin problemas.
Las razones de por qué me gusta tanto este caramelo son varias. En primer lugar, por el sabor y la textura, me encantan los caramelos blandos, que pueda morder y masticar sin temer que se me parta una muela. El olor es otro factor que me gusta, huelen delicioso. Y creo que también hay un aspecto emotivo, y es que estos caramelos me recuerdan a mi padre. Hace años, cuando me mudé para acá, vendía dulces, tortas y golosinas en casa, y yo solía ir con papá a comprar los dulces, por lo que estos caramelos me recuerdan a él. Es una forma sencilla y bonita de recordarlo.
Puedo comer muchos de estos caramelos, de hecho, en una ocasión me comí una bolsa entera en un día, y esa bolsa traía 100 unidades!!!! Así que ya no los compro, si no muy rara vez, pero siempre los disfruto mucho, realmente me encantan.
Aquí termino mi post de hoy, en el que les he compartido mi caramelo favorito de la actualidad, el delicioso LOKIÑO. Me despido de ustedes, deseándoles mucha salud y bienestar y recuerden: No todos los días son iguales y más importante aún: Todo lo que das, todo lo que haces, inexorablemente volverá a ti. ¡Abrazos!
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