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Llegamos a este mundo solos y desnudos, y nos vamos de la misma manera. Esta afirmación, que no es del todo mía, resalta un punto fundamental: somos individuos.
Que al nacer se nos asigne una familia es un hecho, pero al partir, esa conexión se disuelve.
Al leer el título de la iniciativa, que plantea una pregunta, mi respuesta inmediata fue: la confianza.
Sin embargo, las relaciones no están siendo destruidas en este momento; siempre han enfrentado desafíos desde el inicio de la humanidad.
Como mencioné, las relaciones han sido objeto de ataques constantes. En mi opinión, las rupturas son más visibles hoy en día, no solo por el aumento de la población, sino también por la proliferación de los medios de comunicación. Pero las separaciones siempre han estado presentes.
De niño, fui testigo de matrimonios que se rompían sin separarse físicamente. Las parejas continuaban bajo el mismo techo, pero en habitaciones diferentes. Hoy en día, esto se repite, aunque a menudo uno de los miembros de la pareja decide irse de casa.
Regresando a la confianza: al brindársela a otro, ya sea en un matrimonio, con hermanos, padres, amigos o compañeros de trabajo, abrimos las puertas de nuestro interior. Sin embargo, esto puede llevar a un conflicto con nuestro individualismo.
En un momento de mi vida, viví el ciclo del matrimonio y el divorcio. Me casaba y me divorciaba. Un día, reflexioné y pensé: algo no está bien en mí. Pero al notar que mis exesposas también se divorciaban, comprendí que no era solo yo.
Desde mis años de noviazgo, he mencionado que en mi círculo de amistades predominan las mujeres. Me llevo muy bien con ellas, y eso me gusta. Lo he repetido muchas veces para evitar malentendidos. Sin embargo, al llegar al matrimonio o a la convivencia, las cosas cambiaban. A partir de ese momento, las amigas se volvían un obstáculo. Las redes sociales se convertían en motivo de discusiones acaloradas, y, como consecuencia, en divorcios. ¿Por qué la gente cambia? No lo comprendo. ¡Otoño vale! Si fui sincero y expuse mis cartas sobre la mesa antes de formalizar la relación, ¿por qué intentar cambiar mi vida si yo respeto la tuya? Te doy confianza, y tú comienzas a desconfiar.
Lo mismo ocurre en otras relaciones. Al otorgar confianza, parece que se da licencia para actuar a su antojo. Eso no debería ser así.
En mi opinión, no son los dispositivos electrónicos, ni las redes sociales, ni el trabajo los culpables. Es la confianza: su exceso o la desconfianza que puede surgir de ella.
Por lo tanto, he decidido que lo mejor es estar solo. Aquí rige la ley de la vida: somos individuos. Cada quien en su casa, y a nadie se le otorga plena confianza. Esta decisión me ha funcionado bien, incluso en lo económico. Se acabaron las fiestas matrimoniales, los pagos a abogados por divorcios, y el riesgo de perder mis activos adquiridos con esfuerzo.
Así que, cada quien en su casa, sin confianza extrema. Nos reunimos para conversar, intercambiar ideas, divertirnos, llorar, disfrutar de momentos agradables, hacer cositas ricas, y hasta ahí. Con amigos y familiares, aplico el mismo enfoque. A mí me funciona y soy feliz. No sé cómo les va a los demás.
¡Eso es todo, amigos!
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Contenido original, escrito para:
Échame el Cuento// ¿Qué está matando las relaciones hoy dia? por @brujita18.
Extiendo una invitación para que @vezo, @felixmarranz y @liseth.zamora participen.
Todas las imágenes fueron editadas usando CANVA.
Caracas, 22 de enero del 2025