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☀️ The Thief's Friend.
The sun was far from peeking through the slits in the blinds when the metallic sound of a lock pick broke the early morning silence. Darua, who had just awakened, felt a shiver run down his spine as the dim light of a flashlight crept stealthily into his room. His heart began to pound, as if a hustle and bustle of drums were echoing in his chest. The thief, a dark figure, barely visible in the gloom, moved with feline precision, searching for valuables.
Suddenly, the flashlight appeared in the doorway and shone directly into Darua's face. Paralyzed with fear, she could not help a small whimper, as she rebuked the unknown figure.
"Who is there?"
The thief, a man with his face covered by a hood, but with a defiant look, stopped at the edge facing the girl, still in bed. His eyes glittered with a mixture of greed and determination.
"I won't hurt you if you stay quiet, I just want the money", he said in a deep voice, evidently trying to sound different.
In an act of instinctive bravery, Darua jumped off the bed and lunged at the man, grappling with him to try to break through and get out of the room. The struggle, though uneven, was offset by the flow of adrenaline that gave him strength. In an unexpected twist, she managed to break free from the thief and, almost kneeling, grabbed him by the legs and pulled him with great momentum in the direction of the window. The man lost his balance, shifted all his weight in that direction, and fell through the open window into the void while emitting a choked scream.
Darua, trembling, but with a feeling of victory, slowly leaned out of the window. One floor below, the thief lay sprawled on the floor, motionless. A wave of nausea ran through her stomach at the thought of what might have happened. Quickly, she descended the stairs and approached the man cautiously. He noticed that he was still breathing, but he was unconscious. She carefully lifted the hood and as she saw a small trickle of blood on his forehead, a feeling of compassion came over her. Instead of calling the police, she decided to give him some help with his wounds and let him go.
The next day, Darua received an unexpected visitor. The man, his face still scarred from the fall, was at her door. He plucked up his courage and, very cautiously, peeked in without releasing the deadbolt. In a firm but gentle voice, he said to her:
"What are you doing here?".
The man looked into her eyes, lowered his gaze to what was in his hands and as he raised his face again, tears accompanied a weak and sincere "I'm so sorry ".
In a small package wrapped in wrapping paper, he was returning the watch he had stolen from her, along with a letter expressing his deep regret and gratitude for her act of kindness.
Darua was touched by the man's sincerity. As he was walking away, he opened the door and after shouting "Wait!", offered him a cup of coffee.
They sat at the table and talked for hours. He discovered that the thief, whose name was Wesley, was a young boy, a victim of poverty who had succumbed to despair because he had no understanding, no help, and no means to meet his needs. Darua realized that the real theft was not only the loss of his material possessions but also the loss of his hope and dignity.
As a result of this incident, Darua and Wesley struck up a peculiar friendship. She helped him not only to find a job and overcome his limitations but also to prepare himself through study and training. He, in return, became a sort of personal protector and helper for the tasks usually associated with men in Darua's household.
The couple's experience of the robbery showed them that sometimes second chances can emerge in situations they never expected. After a while, Wesley emigrated to another country and, through his story and his friendship with the girl who helped him become a better person, became an example of how kindness, even in the most difficult moments, can be the best weapon against darkness and heartbreak.
Again, being part of The Ink Well Fiction Prompt of the @theinkwell community with an interesting message to create cool fiction stories. I invite the same to @jetta.amaya and @verdesmeralda.
Source of the Images:
VERSIÓN EN ESPAÑOL
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☀️ La Amiga del Ladrón.
El sol distaba mucho por asomarse a las rendijas de las persianas cuando, el sonido metálico de una ganzúa rompió el silencio de la madrugada. Darua, que acababa de despertar, sintió cómo un escalofrío recorrió su espalda mientras la luz tenue de una linterna se movía sigilosamente hacia su habitación. Su corazón comenzó a latir con fuerza, como si un ajetreo de tambores estuviesen resonando en su pecho. El ladrón, una figura oscura, apenas visible en la penumbra, se movía con precisión felina, buscando objetos de valor.
De repente, la linterna apareció en la puerta y dirigió directamente su resplandor al rostro de Darua. Paralizada por el miedo, no pudo evitar un pequeño gemido, mientras increpaba a la figura desconocida.
—¿Quién está allí?
El ladrón, un hombre con el rostro cubierto por una capucha, pero con mirada desafiante, se detuvo al borde enfrentando a la chica, aun en la cama. Sus ojos brillaban con una mezcla de codicia y determinación.
—No te haré daño, si te quedas tranquila, solo quiero el dinero, —dijo con voz grave, evidentemente tratando de sonar diferente.
En un acto de valentía instintiva, Darua saltó de la cama y se abalanzó sobre el hombre, forcejeando con él para tratar de abrirse paso y salir de la habitación. La lucha, aunque desigual, se compensaba con el flujo de adrenalina que le daba fuerzas. En un giro inesperado, logró zafarse del ladrón y, casi arrodillada, lo tomó de las piernas y lo haló con gran ímpetu en dirección hacia la ventana. El hombre perdió el equilibrio, desplazó todo su peso hacia esa dirección y cayó al vacío a través de la ventana que se encontraba abierta, mientras emitía un grito ahogado.
Darua, temblando, pero con un sentimiento de victoria, se asomó lentamente por la ventana. Un piso más abajo, el ladrón yacía tendido en el suelo, inmóvil. Una ola de náuseas recorrió su estómago al pensar en lo que pudo haber sucedido. Rápidamente, bajó las escaleras y se acercó al hombre con cautela. Notó que aún respiraba, pero estaba inconsciente. Levantó con cuidado la capucha y al ver un pequeño hilo de sangre sobre su frente, un sentimiento de compasión la invadió. En lugar de llamar a la policía, decidió brindarle algo de ayuda con sus heridas y dejarlo ir.
Al día siguiente, Darua recibió una inesperada visita. El hombre, con el rostro aún marcado por la caída, se encontraba en su puerta. Se armó de valor y, con mucha precaución, se asomó sin liberar el pestillo de seguridad. Con voz firme, pero a la vez dulce, le dijo:
—¿Qué haces aquí?
El hombre la miró a los ojos, bajo su mirada a lo que tenía en las manos y al levantar de nuevo el rostro, las lágrimas acompañaron a un débil y sincero: —Lo siento mucho.
En un pequeño paquete envuelto en papel de regalo, le estaba devolviendo el reloj que le había robado, junto a una carta donde expresaba su profundo arrepentimiento y agradecimiento por su acto de bondad.
Darua se conmovió por la sinceridad del hombre. Cuando este ya se alejaba, abrió la puerta y después de gritarle: —¡Espera!, —le ofreció una taza de café.
Se sentaron a la mesa y conversaron por horas. Descubrió que el ladrón, quien se llamaba Wesley, era un chico joven, víctima de la pobreza y que había sucumbido a la desesperación al no contar con la comprensión, ni ayuda, ni medios para cubrir sus necesidades. Darua comprendió que el verdadero robo no era solo la pérdida de sus bienes materiales, sino también el de la esperanza y la dignidad de aquel hombre.
A raíz de este incidente, Darua y Wesley entablaron una peculiar amistad. Ella lo ayudó no solo a encontrar un trabajo y a superar sus limitaciones, sino también a prepararse a través del estudio y la formación. Él, a cambio, se convirtió en una especie de protector personal y ayudante de las tareas generalmente asociadas a los hombres en el hogar de Darua.
La experiencia del robo vivida por la pareja les mostró que, en ocasiones, las segundas oportunidades pueden emerger en situaciones nunca esperadas. Después de un tiempo, Wesley emigró a otro país y, mediante su historia y su amistad con la chica que le ayudó a convertirse en una mejor persona, se convirtió en un ejemplo de cómo la bondad, incluso en los momentos más difíciles, puede ser la mejor arma contra la oscuridad y el desconsuelo.
De nuevo, siendo parte del The Ink Well Fiction PromptThe de la comunidad @theinkwell con un interesante mensaje para crear historias de ficción geniales. Invito a la misma a @charjaim y @luzmilabracho.
Fuente de las Imagenes:
Este post es de mi autoría y expreso en él, mis experiencias y aprendizajes cada día en este Blockchain. Todas las imágenes son editadas por mí y corresponden a capturas realizadas en mi PC y las fuentes están indicadas en cada caso. Si te gusta, puedes dejar un comentario u opinión y tu voto favorable.
This post is of my authorship and I express in it, my experiences and learnings every day in this Blockchain. All images are edited by me and correspond to captures made on my PC and the sources are indicated in each case. If you like it, you can leave a comment or opinion and your favorable vote.
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