Suena una música suave en el fondo de mi vida
desde que no estás,
pero tengo los discos alegres en la despensa
por si regresas.
Hay una lluvia constante mojando mi conciencia
desde que no estás,
pero todo los días hablo con el sol para que brille
cuando vuelvas.
Me aferro a tu amor como un niño su inocencia,
fantaseo con enmendar mi error muy pronto
y perdones todas mis faltas de elocuencia.
Compré ayer unas flores que ya se marchitaron
por tu ausencia,
y riego todas las mañanas el jardín para que se engalane
con tu presencia.
Hay un montón de recuerdos desordenados que no se irán
si no regresas,
los persigo para guardarlos todos los días pero
están en desobediencia.
Cada tarde espero en la ventana mirando el camino,
imagino que corro a tu encuentro cogiendo tu maleta
y cae la noche con la decepción de que no regresas.
Tengo la corbata que más te gusta colgada
tras la puerta,
para usarla cuando llegues a iluminarlo todo
con tu presencia,
he intentado usarla, pero la culpa me ahoga
y me desespera,
tengo tanto amor guardado en el pecho
y creo que respirar no pudiera,
el aire abunda en la casa, pero no es mío
también a ti te espera.
Los pájaros de la mañana hace tiempo que no cantan
tampoco se acercan,
la brisa suave desvió su rumbo, como si persiguiéndote
se fuera.
No me quedan más que lágrimas que me mienten
en soledad,
y me regalan fraudulentas esperanzas para que mañana
te vuelva a esperar...