Normalmente hablo en mis posteos de todo lo que tenga que ver con el hecho educativo. Pero ya no más, o al menos, ya no más por ahora, porque estoy verdaderamente cansado y harto de lo que significa la educación en mi lugar de origen, y ya estoy comenzando a creer que el exceso de trabajo me está perjudicando de maneras en que no me alcanzo a explicar.
Imagen de fuente de imágenes librer Pexels
El cansancio por muchos factores
No voy a aburrirlos con demasiados detalles, pero el cansancio que siento es producto de estar día sí y día también luchando contra toda clase de inconvenientes en mi trabajo y en demasiados otros aspectos de mi vida. Es decepcionantemente agotador por mucho que tenga una gran vocación por mi labor educativa, y por supuesto que la tengo, el tipo de contrariedades a las que me enfrento con frecuencia, y no se puede describir a veces la ansiedad, el miedo y el cansancio que unido al estrés de no saber si voy a tener para pagar las cuentas a fin de mes, me agobían.
Me siento cansado de hacerme el estoíco, y de mostrarme valiente todo el tiempo, cuando a veces solo me provoca tirar la toalla y lanzarme al abandono. Y muchos dirían que estoy sufriendo de una depresión patológica de libro, y que debería consultar a un psicólogo. Pues mira, a lo mejor sí, y lo declaro con mayor convicción, muy probablemente sí, pero ¿quién podría culparme por ello?
A lo del psicólogo, por cierto, no es que me oponga a ello, pero que alguien me explique cómo podría ser cuando no tengo dinero para otras cosas incluso más básicas. Y lo más triste, es que estoy pasando necesidades a pesar de ser un trabajador abnegado y dedicado.
No soy el único caso, sino que soy tan solo uno de millones. Pero que hayan muchos otros en mi misma condición no me consuela, solo me aturde más. Creo que un cambio de vida es lo que me viene a la mente para mejorar mi estado de ánimo, pero ese tipo de cambios requiere un empuje e inyección de recursos y motivación muy grande, mismas que ahora mismo no tengo, ni siento. ¿Estoy deprimido? Sí, ¿Me rendiré? Creo que no, no puedo rendirme, porque creo que no hay opción más que seguir adelante.
Imagen de fuente de imágenes librer Pexels
Un cambio de la rutina, un cambio de vida es necesario
Un cambio de rutina y de vida es necesario a veces, y cuando no tenemos plata para ello, es un poco más difícil lograrlo, pero no es necesariamente imposible. Quizás oír más de la música que me agrada, dejar algo de tiempo para ver mis programas de tv favoritos, o prepararme una de mis comidas favoritas de vez en cuando puede ayudar a mejorar mi estado anímico.
No digo que no necesite ir a un profesional de la psicología en algún momento, pero no significa que esté loco, ni que no pueda manejar mis estados de ánimos de manera natural ni por mi cuenta, solo que este tipo de sensaciones y de desmotivación que he estado sintiendo pueden ser afrontadas mejor con la ayuda de un psicólogo o psiquiatra. No es que ellos sean la panacea tampoco, pero en estos casos hay que dejarse ayudar por otros si es posible.
Un cambio de estilo de vida y de rutina también puede pasar por tratar de reunirnos más con nuestros familiares y también con nuestros amigos de años. Creo, no sé si certeramente, que todo es cuestión de no encerrarnos y aislarnos del mundo cuando nos sentimos anímicamente mal. Verlo todo mal es muy fácil cuando nos sentimos deprimidos, y es por lo que tenemos que recordarnos que somos valiosos tanto para nosotros mismos como para otras personas. Con eso y fuerza de voluntad de nuestra parte, la tormenta depresiva pasará en algún momento y recuperaremos nuestra motivación y nuestras ganas de salir adelante se renovarán y reforzarán.
Y a ti lector, te hago esta pregunta>>> ¿Te has sentido alguna vez tan deprimido que no te provoca hacer nada? ¿Y si sí, cómo lo llegaste a superar?
Gracias por leerme. Un fuerte abrazo para todos ustedes.