Clara y Esteban se conocieron en la universidad, para él fue amor a primera vista, pero ella tardo un poco más en aceptar que también le gustaba.
Tras varios intentos de Esteban por acercarse con bromas a Clara, no lograba que ella le sonriera. Solamente logro ese efecto, ese clip especial cuando la espero muy temprano en la mañana con su taza de café favorito fuera del edificio.
Parecían ser el uno para el otro, el noviazgo iba avanzando casi también como los estudios universitarios. Hacían planes entre clase y clase. Ya se habían presentado a sus padres y la aceptación era total. Se sentían a gusto uno con el otro.
Iban a ser profesionales y serian felices, era el panorama que les esperaba en su futuro. Pero como puede la vida volverse tan complicada. Un simple viaje de Esteban y un accidente casi fatal detuvo la vida maravillosa que les esperaba.
Después del impacto primario, todos los parientes en la sala de emergencia, las horas angustiosas en el hospital esperando que despertara Esteban, los médicos no daban esperanzas de que eso ocurriera.
Pasado el primer mes se escucho un planteamiento que separaba a los padres de Esteban, uno quería desconectarlo y su madre no. Clara no podía soportar aquella discusión que comenzaba afectarle emocionalmente, estaba embarazada y no se atrevía a decirlo.
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Cuando supo que la decisión final de los padres sería desconectarlo, no lo soporto más, le dio un beso en la frente y salio del hospital con paso seguro para no regresar más.
Ello no lo supo, Esteban fue desconectado pero se negó a morir, se aferro a ese sueño eterno por muchos años. La vida le tenía un destino distinto.
El paso del tiempo para Clara se lleno con dos pequeños compañeros Esteban Junior y la pequeña Clarita. Alejada de aquella ciudad, nunca supo el destino de su amado.
De esos milagros que la gente no se espera Esteban despertó un día de largo sueño y pregunto por sus pequeños. Sus padres no entendían de que estaba hablando. Le explicaron desde el accidente hasta el alejamiento de Clarita. Como padres ellos entendían porque ese alejamiento.
El había soñado con dos pequeños a su alrededor, escuchaba sus voces y sus risas.
Le tomo su tiempo a Esteban volverse a levantar de esa cama, necesito muchos meses de terapia para volver a caminar.
Un día Esteban fue a visitar a su hermana en otra ciudad y ella le pidió acompañarla a buscar a los niños a la escuela.
Solo le basto mirar al niño para verse en el espejo de las viejas fotografías de su infancia y al seguirlo, allí estaba ella; llamando por su nombre al pequeño Esteban Junior, como cosas del destino al verlo casi se desmaya del impacto. Ella lo creía muerto.
Lo demás es historia que cuentan nuestros padres ¿verdad Clarita? Siempre la vida te da una segunda oportunidad.
