Los derechos de autor deben respetarse
I own the patent
The modernity of the 21st century has been crowned with the digitalization of all human activities. Information abounds causing a mental collapse to the user. The immediacy of things, the desire to be the first to post on social networks on a topic leads us to see the other side of the digital age. The appearance of posts, memes or image designs where intellectual property is not respected is becoming more and more frequent. Every invention, every genius phrase or philosophical maxim has a patent of authorship.
Modern offices with their jungle of cubicles, computers and hundreds of employees overwhelmed by routine, lack of motivation as well as adequate training are fertile territory for the appropriation of others' ideas. Many employees share themselves as true collectors. It is very common that in any meeting or meeting many are on the lookout for a phrase, an idea or a simple commentary loaded with genius so that after a few days they can read those phrases incorporated in a dossier presented by some freeloader. Before any claim they usually argue that it is for the good of the company or that their report is the product of collective work, but their name does not appear on the cover. Faced with this war scenario the best weapon is to use the phrase “I am the owner of the patent.”
As if it were a child's game, in this organizational maelstrom and in the face of the immediacy of things, it is necessary to speak with a mixture of humor and sarcasm to defend individuality against collectivism. Every product, every idea, every slogan or every marketing campaign has an author. Every time you are going to exercise your right to speak, start with the phrase “the patent is mine”, that way you will avoid abusive bosses literally stealing your brilliant business idea to take credit that does not belong to you.
While it is true that the organizational dynamic is enriched by the discussion and exchange of ideas, it is no less true that the fair recognition of the person who originally came up with the idea is a way to keep the creative spirit alive within the organization. What at the beginning can be a game and say the phrase “I own the patent” can become a great engine for the development of the company.
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En español
#Soy dueño de la patente
La modernidad del siglo XXI ha sido coronada con la digitalización de todas las actividades humanas. La información sobre abunda causando un colapso mental al usuario. La inmediatez de las cosas, el deseo de ser el primero que postee en las redes sociales sobre un tema nos lleva a ver la otra cara de la era digital. Cada vez es más frecuente la aparición de post, memes o diseños de imágenes donde no se respeta la propiedad intelectual. Cada invento, cada frase genial o una máxima filosófica tienen una patente de autoría.
Las oficinas modernas con su jungla de cubículos, ordenadores y cientos de empleados agobiados por la rutina, la falta de motivación así como la adecuada formación son un territorio fértil para la apropiación de las ideas de los demás. Muchos empleados se compartan como verdaderos recolectores. Es muy frecuente que en cualquier junta o reunión muchos estén a la caza de una frase, una idea o un simple cometario cargado de genialidad para que luego de unos días leer esas frases incorporadas en un dosier presentado por algún aprovechador. Ante cualquier reclamo suelen argumentar que es por el bien de la empresa o que su informe es el producto del trabajo colectivo pero el nombre suyo no aparece en la portada. Ante este escenario de guerra la mejor arma es usar la frase “ Soy el propietario de la patente".
Como si se tratase de un juego de niños, en esa vorágine organizacional y ante la inmediatez de las cosas se debe hablar con una mezcla de humor y de sarcasmo para defender la individualidad de ante el colectivismo. Cada producto, cada idea, cada slogan o cada campaña de marketing tienen un autor. Cada vez que vaya a ejercer su derecho de palabra comience con la frase “la patente es mía” de esa forma evitara que jefes abusivos literalmente se roben su brillante idea de negocios para atribuirse méritos que no le corresponden.
Si bien es cierto que la dinámica organizacional se enriquece con la discusión e intercambio de ideas no es menos cierto que el justo reconocimiento al que originalmente haya hecho el planteamiento es una manera de mantener vivo el espíritu creativo dentro de la organización. Lo que al comienzo puede ser un juego y decir la frase “la patente es mía” puede convertirse en un gran motor para el desarrollo de la empresa.