¡Hola Hivers!
A lo largo de mi trayectoria en la biblioteca municipal Antonio Maceo del municipio de Bauta, he llegado a comprender profundamente el valor inestimable que estas instituciones representan en nuestras vidas, más allá de la vorágine de avances tecnológicos que nos rodean. En un mundo donde la inmediatez y lo digital parecen haber acaparado todos los espacios, las bibliotecas se alzan como refugios de conocimiento, cultura y comunidad, y su papel no solo debe ser reconocido, sino también celebrado.
Cada día, al abrir las puertas de la biblioteca, me siento emocionada ante la posibilidad de conectar a las personas con un universo de historias y saberes. Aunque las pantallas y los dispositivos móviles son parte integral de nuestra rutina, nada reemplaza ese momento mágico de hojear un libro, de dejarse llevar por la narrativa de un autor o de descubrir la poesía que reside en las páginas amarillentas de un volumen antiguo. Las bibliotecas son mucho más que depósitos de libros; son espacios donde lo físico y lo intelectual se entrelazan, donde el aroma a papel y tinta se convierte en un puente hacia la imaginación.
He visto a estudiantes buscar inspiración en un rincón tranquilo, abrumados por las exigencias de sus estudios, encontrar no solo información, sino también consuelo y motivación en las lecturas que eligen. He observado a familias enteras visitar la biblioteca en busca de momentos compartidos, donde la curiosidad se despierta a través de la exploración de libros ilustrados y cuentos por descubrir. Cada rostro que se asoma por nuestra puerta lleva consigo una historia, una pregunta, una necesidad de conexión que la biblioteca puede satisfacer.
Es cierto que la tecnología ha cambiado la forma en que consumimos información, pero en mi experiencia, también ha abierto nuevas oportunidades para que las bibliotecas se adapten y evolucionen. Hoy en día, somos un puente entre el mundo digital y el mundo físico.
La lucha por mantener viva la esencia de la biblioteca es, en última instancia, una lucha por la diversidad del pensamiento y la inclusión social. Es un espacio de libre expresión, un lugar donde se fomenta el diálogo y se nutren las ideas. Cada libro prestado, cada charla organizada, cada rincón dedicado al arte y la cultura es un paso hacia adelante en la construcción de una sociedad más informada y crítica.
Así que, a pesar de los retos que enfrentamos, he aprendido que la pasión por el conocimiento y el deseo de conectar a las personas con la literatura son fuerzas poderosas. Las bibliotecas, como la Antonio Maceo, siguen siendo faros en la niebla de la tecnología, lugares donde cada visitante puede encontrar su voz, su pasión y, sobre todo, su lugar en el mundo...
traducido con deepl
Las imágenes son de mi propiedad tomadas con mi celular Samsung Galaxy A12 para la página de facebook de la Biblioteca Municipal Antonio Maceo
English version
Hello Hivers!
Throughout my career at the Antonio Maceo municipal library in the municipality of Bauta, I have come to deeply understand the inestimable value that these institutions represent in our lives, beyond the maelstrom of technological advances that surround us.
In a world where immediacy and digital seem to have monopolized all spaces, libraries stand as refuges of knowledge, culture and community, and their role should not only be recognized, but also celebrated.
Every day, when I open the library doors, I am excited by the possibility of connecting people with a universe of stories and knowledge.
Although screens and mobile devices are an integral part of our routine, nothing replaces that magical moment of leafing through a book, of letting yourself be carried away by an author's narrative or of discovering the poetry that resides in the yellowed pages of an old volume.
Libraries are much more than repositories of books;
They are spaces where the physical and the intellectual intertwine, where the aroma of paper and ink becomes a bridge to the imagination.
I have seen students seek inspiration in a quiet corner, overwhelmed by the demands of their studies, find not only information but also solace and motivation in the readings they choose.
I have observed entire families visit the library in search of shared moments, where curiosity is awakened through the exploration of illustrated books and stories to discover.
Every face that appears through our door carries with it a story, a question, a need for connection that the library can satisfy.
It's true that technology has changed the way we consume information, but in my experience, it has also opened up new opportunities for libraries to adapt and evolve.
Today, we are a bridge between the digital world and the physical world.
The fight to keep the essence of the library alive is ultimately a fight for diversity of thought and social inclusion.
It is a space for free expression, a place where dialogue is encouraged and ideas are nurtured.
Every book borrowed, every talk organized, every corner dedicated to art and culture is a step forward in the construction of a more informed and critical society.
So, despite the challenges we face, I have learned that a passion for knowledge and the desire to connect people with literature are powerful forces.
Libraries, like Antonio Maceo, continue to be lighthouses in the fog of technology, places where each visitor can find their voice, their passion and, above all, their place in the world...
translated with deepl
The images are my property taken with my Samsung Galaxy A12 cell phone for the official page of the Antonio Maceo Municipal Library