Ya no es lo mismo.
Los avances en la tecnología evidentemente han traido diversas mejoras en todos los ámbitos de nuestra existencia, no se discute. Como contrapartida, han provocado que, en el caso de la F1, se perdiera una buena parte de la tradición y el romanticismo de pequeños detalles que hacian al sentimiento y la idiosincracia de la más importante categoría del deporte motor.
Leyendo una nota publicada por un medio especializado en deportes de nuestro país, llamó mi atención el título: Diego Armando Maradona a punto estuvo de subirse a un Williams invitado por la propia escudería. Eso solo es motivo suficiente para escribir aquí, sin embargo, en ocasiones puede más en mi mente y en mi corazón, un pequeño detalle comparado con una noticia impactante como puede ser esta.
El genial jugador argentino en el año 1987 estaba en el pico máximo de su fama y su juego, campeón del mundo en 1986 y campeón con el Nápoli, hasta esos años gloriosos, un club de los denominados "chicos" de Italia con aspiraciones modestas como la de mantenerse en la liga principal. Sin embargo en 1984, on algunos apremios económicos apostó fuerte con la contratación del capitán de la selección argentina y no pudo resultar mejor.
Volviendo al tema, en ese año de 1987 el equipo creado y comandado por Frank Williams venía de conquistar el campeonato de constructores del año anterior con un equipo de pilotos conformados por Nigell Mansel y Nelson Piquet que resultaron 2do. y 3er. en el campeonato de pilotos del mismo año. Por alguna razón no del todo establecida, el equipo invitó a Maradona a probar uno de sus FW11, un modelo por demás exitoso. Sin embargo esa prueba nunca llegó a concretarse pese a que Maradona ya era reconocido por su pasión por los automóviles.
Cuando le consultaron al diez del Nápoli que había ocurrido, solo mencionó que en ese momento estaba muy concentrado con la participación del Nápoli en la Copa de Italia, ese año el equipo de Nápoles ganó los 13 partidos disputados obteniendo el título frente al Atalanta a quién le ganó 3 a 0 en la ida 1 a 0 en la vuelta.
¿Y que pasa con la Ferrari pensará el estimado lector?
No se apresure, ya viene.
Ocho años después de ocurrida esa anécdota con Williams, Diego Maradona concurrió a Mónaco a presenciar la mítica carrera y allí se cruzó y fotografió con Niki Lauda, por entonces asesor de la casa de Maranello, con Michael Schumacher que había comenzado su exitosa carrera 4 años antes y visitó el box de Ferrari. Su pasión por los "fierros" y su predilección por la escudería del caballino rampante eran conocidas por todos, a tal punto que la firma italiana le diseño una Ferrari Testarossa de color negro a pedido suyo, honor solo compartido hasta ese momento por solo dos personalidades: Michael Jordan y Silvester Stallone.
Una vez en las gradas y dispuesto a presenciar la carrera, un periodista se le acercó para marcar un detalle, le comentó que la gente vivaba y gritaba ante el paso de cada auto de carrera, pero hacían silencio cuando se acercaba una Ferrari, el motivo: todos querían escuchar el sonido que producía su motor V12.
Ese sonido característico del motor de 12 cilindros en V dejó de utilizarse en 1995 debido a las nuevas normas impuestas, la cilindrada máxima sería a partir del año siguiente de 3 litros, un paso previo al de los motores turboalimentados. Fue un durísimo golpe al corazón palpitante de la Ferrari en la máxima categoría.
Hoy en día los motores de la F1 suenan todos muy parecidos.
Por suerte, Ferrari continúa fabricando autos de turismo, el primer vehículo de la casa fue impulsado por un motor V12 y hoy en día con el revolucionario Purasangue continúa la tradición, más de 75 años después.
Silence as a Ferrari passes
It's not the same anymore.
Advances in technology have brought about various improvements in all areas of our existence, there's no arguing about it. On the other hand, they have caused, in the case of F1, a good part of the tradition and romanticism of small details that made the feeling and idiosyncrasy of the most important category of motorsport to be lost.
Reading an article published by a sports media outlet in our country, the title caught my attention: Diego Armando Maradona was about to get into a Williams car invited by the team itself. That alone is reason enough to write here, however, sometimes a small detail can be stronger in my mind and in my heart compared to shocking news like this one.
The brilliant Argentine player in 1987 was at the peak of his fame and his game, world champion in 1986 and champion with Napoli, until those glorious years, a club of the so-called "little" Italian teams with modest aspirations such as staying in the main league. However, in 1984, with some economic constraints, he bet heavily by hiring the captain of the Argentine national team and it could not have turned out better.
Returning to the subject, in that year 1987 the team created and commanded by Frank Williams had just won the constructors' championship the previous year with a team of drivers made up of Nigel Mansel and Nelson Piquet who finished 2nd and 3rd in the drivers' championship of the same year. For some reason not entirely established, the team invited Maradona to test one of its FW11, a very successful model. However, that test never came to fruition, even though Maradona was already known for his passion for cars.
When Napoli number ten was asked what had happened, he only mentioned that at that time he was very focused on Napoli's participation in the Italian Cup. That year, the Napoli team won the 13 matches played, winning the title against Atalanta, whom they beat 3-0 in the first leg and 1-0 in the return leg.
And what about Ferrari, the esteemed reader will think?
Don't rush, it's coming.
Eight years after that anecdote with Williams, Diego Maradona went to Monaco to watch the legendary race and there he crossed paths and took a photo with Niki Lauda, then advisor to the Maranello house, with Michael Schumacher who had begun his successful career 4 years earlier and visited the Ferrari box. His passion for "metal" and his predilection for the team with the prancing horse were known to everyone, to such an extent that the Italian firm designed a black Ferrari Testarossa for him at his request, an honor only shared until then by two personalities: Michael Jordan and Silvester Stallone.
Once in the stands and ready to watch the race, a journalist approached him to point out a detail, he told him that the people cheered and shouted as each racing car passed by, but fell silent when a Ferrari approached, the reason: everyone wanted to hear the sound produced by its V12 engine.
That characteristic sound of the 12-cylinder V engine stopped being used in 1995 due to the new regulations imposed. From the following year, the maximum displacement would be 3 liters, a step prior to turbocharged engines. It was a very hard blow to Ferrari's beating heart in the top category.
Today, F1 engines all sound very similar.
Fortunately, Ferrari continues to make touring cars. A V12 engine powered the company's first car, and today, with the revolutionary Purosangue, the tradition continues more than 75 years later.
Héctor Gugliermo
@hosgug