En los años 90 existió el fenómeno musical a través del cual las fiestas y cualquier tipo de evento era amenizado con minitecas, mientras más grandes y con más equipos eran más llamativas y famosas para las contrataciones.
Para mí fue una época bien divertida, mi hermano trabajo y formo una miniteca, con sus cajones para los bajos, twisters y medios, también andamios para las luces laser y su respectiva cámara de humo y hasta de burbujas. Como ya mencione mientras más accesorios tenían eran más llamativas, así que los dueños trataban de tener buenos equipos y Djs.
Para el trabajo de Dj contrato a un joven que ya tenía amplia experiencia, ya que ejercía en una discoteca, en otro estado del país, es decir cada vez que había un evento, él tenía que viajar un aproximado de 3 horas para llegar al lugar.
La logística se conformaba por familiares y amigos que con tal de ir a las fiestas, no les importaba cargar cajones, cables, discos y luces, teníamos nuestro uniforme que nos identificaba para entrar a la fiesta y contábamos con un camión de mi papá para el transporte.
En cuanto a los eventos eran de todo tipo; cumpleaños, bautizos, nacimientos, bodas, inauguración de locales, celebración del día de la madre o cualquiera que ameritaba ser amenizada con un ambiente musical.
Fueron incontables los eventos a los que asistimos y la cantidad de personas con que nos rodeamos en ese tiempo, sin contar que igual disfrutábamos la fiesta bailando, aún cuando estábamos allí por trabajo, eso sí sin tomar alcohol porque la responsabilidad estaba siempre antes que la diversión.
Entre tantos eventos hubo uno que dejo huella en mi corazón, fue una colaboración a un colegio de monjas para hacer una celebración del día del niño, junto a jóvenes de una Universidad local, que llevaron juegos, comida, dulces, cotillones y piñatas a los niños de esa institución, en esa actividad se llevo el sonido para dar el ambiente musical, para los bailes y diversión de todos.
Ver a esos niños reír y disfrutar no tiene precio, sin duda fue nuestra mayor recompensa.
Para cerrar les cuento que ya no se pudo seguir con los eventos porque terminaban muy tarde, a eso de las 3 o 4 de la mañana y hubo algunos conocidos de otras minitecas que delincuentes los llegaron a perseguir para robarlos y en vista de no andar por allí arriesgando la vida, se cerró ese capítulo.
El nombre la miniteca era “Queen Discplay” y el slogan “La mega rumba”.
English version
In the 90s there was a musical phenomenon through which parties and any type of event were enlivened with miniteca, while larger ones and with more teams were more striking and famous for hiring.
For me it was a very fun time, my brother worked and formed a miniteca, with its drawers for the basses, twisters and middles, also scaffolding for the laser lights and its respective smoke chamber and even bubbles. As I already mentioned, the more accessories they had, they were more striking, so the owners tried to have good equipment and DJs.
For the DJ job, I hired a young man who already had extensive experience, since he worked in a nightclub, in another state of the country, that is, every time there was an event, he had to travel approximately 3 hours to get to the place.
The logistics consisted of family and friends who, in order to go to the parties, did not mind carrying drawers, cables, records and lights, we had our uniform that identified us to enter the party and we had a truck from my father for him transport.
As for the events, they were of all kinds; birthdays, baptisms, births, weddings, opening of premises, celebration of Mother's Day or any that deserved to be enlivened with a musical atmosphere.
There were countless events we attended and the number of people we surrounded ourselves with at that time, not to mention that we still enjoyed the party dancing, even when we were there for work, but without drinking alcohol because responsibility was always before responsibility. deviation.
Among so many events there was one that left a mark on my heart, it was a collaboration with a school of nuns to celebrate a children's day, together with young people from a local university, who brought games, food, sweets, party favors and piñatas to the Children of that institution, in that activity the sound was brought to give the musical environment, for the dances and fun of all.
Seeing those children laugh and enjoy is priceless, it was undoubtedly our greatest reward.
To close I tell you that the events could no longer be continued because they ended very late, around 3 or 4 in the morning and some acquaintances from other minitecas that criminals came to chase them to steal them and in view of not being there risking his life, that chapter was closed.
The name of the miniteca was “Queen Discplay” and the motto “La mega rumba”.