Relato: El emperador en busca de su agenda

in voilk •  3 months ago

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    Fuente de la imagen: Pexels

    El emperador Cosme II de Saturno estaba preocupado. Había perdido su agenda de Hello Kitty, en donde tenía apuntadas todas las citas de visitas diplomáticas oficiales. Había preguntado a sus tres asistentes si la tenían en mano, pero ellos le respondieron que no; después lo fue a buscar en casa de una de sus tantas suegras, a quien fue a visitar en Urano, y tampoco lo encontró. Después se le ocurrió preguntarle a Galatius Hern, uno de sus generales y aventureros, quien se encontraba en la Tierra haciendo un mandado de su esposa, la terrícola Natalia Domínguez, pero el general le respondió que no lo había visto.

    Ahora se estaba dirigiendo a la tiendita de la esquina, regentada por doña Chachita, a quien siempre le compraba unos chicles BubblePop, una importación terrícola que le había fascinado.

    "¡Ah, emperador Cosme!", saludó doña Chachita. "¿Qué le trae por aquí?"

    "Mi estimada doña Chachita, tengo una pregunta qué hacerle".

    "Usted dirá".

    "Bueno... Sucede que se me perdió una agenda de Hello Kitty; ahí tengo apuntadas fechas oficiales muy importantes. ¿De casualidad no la vio por aquí?"

    "¡Oh! ¿Era de usted esa libreta?"

    "Sí..."

    "Espéreme un momentito. Ahorita se lo doy", dijo la ancianita mientras abría su cajón y sacaba una libreta rosa de Hello Kitty.

    El emperador la tomó y la revisó con cuidado. "¡Sí, es esta!", exclamó triunfalmente. "Muchísimas gracias, doña Chachita. Me ha salvado la vida. Imagínese usted qué desastre hubiera ocurrido si no tengo a mi lado mi agenda".

    "No se preocupe, Su Majestad. Todos cometemos errores. Solo una sugerencia, si me lo permite".

    "Claro".

    "¿No ha pensado usted que sus asistentes tuvieran una copia de su agenda? Mi hija trabaja en un despacho de abogados, y ella se asegura de tener en regla la agenda de su jefe; sus compañeras también tienen copia de la agenda de su jefe".

    El emperador reflexionó un momento. Desde hacía tiempo que estaba considerando una cosa similar, de modo que si su agenda se perdía, al menos su asistente y sus secretarias tendrían copias guardadas para coordinar horarios y visitas de forma más eficaz. "¿Sabe qué? Tiene razón. Convocaré a una junta con mis asistentes para implementarlo. Muchas gracias, doña Chachita. ¡Que tenga un bonito día!"

    La anciana se despidió del emperador con una sonrisa antes de volver a sus quehaceres en la tiendita, mientras que el emperador se subía a su carruaje volador para irse directo al palacio imperial.

    Mientras tanto, en un barrio cerca de los montes Bala, el general Galatius Hern le entregaba a su esposa la compra. "No vas a creer quién me llamó hoy en medio del mandado", comentó mientras se ponía una camiseta del Manchester United.

    "¿Quién, cariño?", preguntó Natalia mientras colocaba la compra en la mesa.

    "El emperador".

    "¿En serio?, ¿por qué?, ¿ocurrió algo?", cuestionó Natalia, sorprendida.

    "Sí. Se le perdió su agenda de Hello Kitty".

    "¿Cuál de las dos?, ¿la rosada o la negra?"

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