Una de las palabras qué más recuerdo de cuando iba a la universidad,
precisamente en la Facultad de filosofía, era la palabra disparador. Cualquiera pensaría que se tratara de un arma o de un algo qué es lanzado, pero a lo que se refería el maestro era de algún sonido alguna imagen que provocara una respuesta creativa o en este caso una historia.
La semana pasada cuando salí de trabajar me dieron ganas de una pizza, lo que lo que me habían dado de comer en el trabajo era demasiado poco o poco satisfactorio, así es como para las 5 de la tarde que tenía bastante hambre. Por eso decidí bajarme del transporte personal antes de llegar a casa para llegar a comprar algo de comer. Quizás una deliciosa Pizza del centro comercial estaría bien. Y ahí fue donde precisamente vi el disparador. Se trataba de un anuncio solicitando personal Precisamente en la pizzería. Pedían una serie de requisitos y ofrecían una serie de prestaciones entre las cuales la que más llamó mi atención fue la de atención psicológica.
Al principio me dio un poco de risa, pero luego dije de qué, se trata esto. Llegando a casa me puse a investigar en internet descubrí que hace años en México se promulgó una norma que habla precisamente de esto. Si bien recuerdo se trata de que ahora las empresas tienen responsabilidad sobre la salud psicológica de los trabajadores en lo relativo aquellos cosas en el trabajo que los puedan afectar. Hasta donde entendí están obligados a aplicar encuestas para descubrir en qué grado de afectación se encuentran sus trabajadores y de ser necesario contratar un psicólogo para que atienda esos áreas de oportunidad por llamarlo de alguna manera. De cualquier manera yo no he visto que esta norma se aplique en ninguna parte, al contrario todo parece indicar que en muchas partes no les importa o de plano esa norma no es exigible, quién sabe, no soy un experto en la materia. Pero si me pongo analizarlo detenidamente durante muchos años he observado que las empresas solamente se preocupan por las ganancias y los beneficios sin importarles ni el medio ambiente ni sus trabajadores. Apenas sí últimamente se están aplicando algunas normas del medio ambiente, Pero bueno basta de quejarse esto solamente lo que yo he observado. Quiero pensar que me ha tocado mala suerte.
Por otro lado he oído historias de terror. Hace como dos años uno de mis mejores amigos fue despedido después de haber trabajado durante 20 años para no empresa. Después de veinte años de estrés su personalidad cambió bastante al grado que se fue aislando y y cuando sus problemas empezaron a afectar a la empresa, lo que decidieron fue despedirlo en lugar de atenderlo, lo que me contaba todo afligido es que donde trabajaba no había oportunidades, por más que se esforzaba siempre las oportunidades eran para personas externas a la empresa que contrataban con mayor salario. Ya tenía varios años que no le autorizaban vacaciones y constantemente le pedían realizar actividades para las que no fue contratado. Hasta que un mal día le ofrecieron un peor trato. Un convenio por el cual él renunciaba por la mitad de lo que le hubiera tocado si lo hubieran despedido. Por supuesto que él estaba más que apto para aceptarlo, pues lo habían estado preparando durante muchos años para que lo aceptara. No sé a ustedes pero a mí esto me parece algo verdaderamente diabólico. Seguramente los de recursos humanos que planearon todo esto se han ganado un buen lugar en infierno.
No sé si alguno de los lectores haya tenido la desagradable oportunidad de ver una historia como esta en su entorno cercano, espero que no, Pero algo me dice que la historia de mi amigo no es la única por ahí.
Bueno amigos Esta es la historia que se me ocurrió al ver el cartel en la pizzería. Lamentablemente inspirada también en un hecho real. Espero en próximas entregas tener historias un poco más bonitas.
Gracias por leer