Tuve la oportunidad hace unos días de realizar un productivo viaje, y al regresar en la embarcación, tuve la dicha de observar el ocaso del sol en medio del mar. Fue majestuoso y pude captar desde que empezó el descenso hasta que el sol se metió por completo en el firmamento.
Éste acontecimiento me hizo escribir un breve poema que se los comparto a continuación:
El poder de un ocaso
Iba y venía
Me levantaba y salía
No podía quedarme quieta
Ante la policromía.
Qué belleza
Qué perfecta
Es un regalo de Dios
Toda la naturaleza
Es algo majestuoso
Observar el sol meterse
Todo un privilegio
Contemplar el sol ponerse.
Mil colores van y vienen
Es una fiesta de luz
Amarillo, rojo, azul
Verde, naranja y violeta
El mismo espectáculo
Todos los días
A mi alma hace vibrar
Que el sol se meta.
Todas las fotografías fueron captadas con mi teléfono Realme C3.
A ustedes, los abrazo por leerme, será hasta otra bendita oportunidad.
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