Hola comunidad de Literatos, les comparto esta historia original hecha por mi, espero les guste, pronto subire una segunda parte.
William Monstre, ese es mi nombre y esta es mi historia.
Hace mucho tiempo en la cuna de una familia aristócrata de europa nací bajo el nombre de Sir William Todd, mi padre el barón Todd obsesionado con los cargos, nombres pero en especial con el ascenso de la casa Todd me educó estrictamente bajo instructores de esgrima, estrategia militar, lenguas extranjeras, matemática, literatura, entre muchas otras disciplinas, artes y Ciencias.
Al cumplir 15 años se me fue enlistado en el ejercito imperial bajo la orden directa del Rey Ricardo tercero, pase 3 años de duro entrenamiento militar, antes de poder pisar mi primer campo de batalla.
Los días se hacían más y más cotidianos, desconectadome de las emociones que de más niño sentía tan vibrantes en mi pecho, aun puedo recordar un poco el amor que mi madre la baronesa, me llegaba a dar en los días soleados, sus cálidos abrazos me reconfortaban en las noches de tormenta, aun en la oscuridad encontraba el gentil rostro de mi madre buscandome con una vela encendida en los pasillos de la mansion, esos cálidos recuerdos eran lo que me mantenía un poco más pensativo en las noches de vigilia, cuando la luz de la luna llena iluminaba el campo donde anteriormente se había librado una batalla sangrienta y desvastadora, dejando una noche donde solo se podían escuchar los lamentos de los heridos, salía a caminar en busca de sobrevivientes que necesitaran ayuda, aunque de ves en cuando también encontraba algunos enemigos aún respirando entre los destrozos del campo de batalla, para estos casos tomaba pedazos de madera con forma de lanza para atravesarlos y dejarlos empalados en medio del campo de batalla.
Aunque esta práctica únicamente la usaba para causar terror en el corazón del enemigo, siempre pensé que los soldados no le tienen miedo a las armas pero si a los monstruos.
Caminaba entre los destrozos empatando a cuánto desafortunado aún siguiera vivo, cuando la luz de la Luna llena me hizo ver una visión, una joven se encontraba danzando entre las trincheras, pensé que la cordura por fin me había traiciónado, me talle los ojos pensando que era una alucinancion pero al volverlos a abrir ahí estaba bailando, una danza hipnótica, su tes pálida tenía un cierto brillo que contrastaba con la luz de la Luna y su vestido negro que parecía hecho del mismo humo que emanaba del campo de batalla, camine un poco más hasta quedar a unos pocos metros de distancia.
De los cuerpos de los soldados se levantaban las sombras de los mismos como apariciones, el campo de batalla se llenaba de sombras de los soldados caídos recién asesinados en combate.
Tan sólo unos pasos nos separaban, cuando aquella bailarina de la noche se detuvo realizando un arabesque ( paso de ballet usando la punta del pie y extendiendo el cuerpo en el mismo punto) para después caer al suelo del rodillas, mi cuerpo se sentía tan ligero como si flotara directo a esta dama de negro cuando estuve detrás suyo se levantó para después voltear bruscamente hacia mi, su mirada esa mirada era como contemplar la muerte misma, una mirada vacia con dos puntos rojos que me cortaban el alma como navaja recién afilada, empezó a abrir su boca mostrando, deformando aún más esa tan horrible imagen, se escuchaba el romper y crujir de huesos al mismo tiempo que su boca se deformaba más y más y mas, hasta que una voz sono fuerte mente en mi cabeza diciendo.
Eres tú el que heredará mi voluntad y mi sed como mi sangre serán tu penitencia.
Del Interior de aquella mujer empezaron a brotar una especie de tentáculos negros los cuales me tomaron por el rostro metiéndose por mi boca, una sensación fría y ácida llegó a mi como si de tomar acido se tratará, no podia correr, no podía gritar mi cuerpo paralizado no respondía a mis ordenes, pensé que sería mi fin y la muerte se sentía cercana, hasta que una luz llegó a mi el recuerdo de mi madre invadió mi mente y pensé: No, no puedo morir aquí.
Tome mi arma y sin pensarlo pegue el cañon a la mandíbula de esa cosa disparando rápidamente, aquella bestia emitió un ruido agonizante, un sonido gutural que me término de sacar del trance, tome mi bayoneta listo para empezar el combate, esa cosa volteo a verme lista para arrebatarme la vida gritando.
``` TE MATARE ```
Tome mi arma rápido y lance dos fuertes estocadas directo al torso de aquella mujer, clavando mi bayoneta lo más fuerte que pude, un frío desgarrador me elevaba la sangre, aquella mujer deformo uno de sus brazos el cual creció de tamaño envuelto en una sustancia obscura y carmesí, para después mandarme a volar con un fuerte golpe de aquel brazo.
Aterrice en una pila de escombros y cadáveres a unos metros de distancia, aquella criatura dio un salto volando varios metros en el aire para empezar a caer en picada sobre mi lastimado cuerpo.
Todd : No, no puedo morir aquí, no debo morir aquí.
Desarmado y malherido tome un trozo de polin afilado y antes de que la criatura pudiera caer sobre mi clave aquella madera en su pecho, con las pocas fuerzas que me quedaron levante su cuerpo con aquella madera, para después clavarla con todas mis fuerzas en una pila de estacas afiladas en los límites del campo de batalla, aquella criatura volvió a lanzar un sonido gutural, para después petrificarse en aquellas estacas, un humo negro y espeso empezó a salir de su cuerpo y una mirada salió de aquella cortina de humo se veían varios ojos penetrantes rojos como la sangre me observaron un momento, en mi cabeza resonó una voz turbia.
``` NOS VOLVEREMOS A VER ```
Gane esta batalla por mi vida, pero cuando el humo se disperso en el viento me sentí mareado, y caí de espaldas, lo último que vi fue la luz de la Luna y escuche la voz de mis compañeros gritando mi nombre antes de desmayarme.