Son los altos y los bajos, los que nos demuestran el camino a seguir. A veces realizamos cambios oportunos cuando el camino nos enseña que otros van acompañados y no van con nuestro ambiente.
Seriamente preocupada por lo que van a decir, retrasamos las decisiones ante la angustiante espera de que todo mejore. Levantamos el vuelo quizás para atrapar algo que se nos escapa de las manos. Mientras la turbulencia nos acompaña sacudiendo el ambiente cercano y haciéndonos rogar por seguir latiendo nuestro corazón sufrido.
Terminamos en solitario el camino trazado, siempre con la esperanza de no perder la compostura y el estilo. Vamos a surgir a pesar de las dificultades y la soledad que nos embarga. Hemos aprendido que podemos volar en solitario.
Evaluamos esa turbulencia como experiencias que debemos sobrevolar por todo lo alto. Son días de angustia que a la final sabemos serán recuerdos que dejaran un pinchazo en el alma.
Después de dar tantas vueltas descubrimos que nunca fue nuestra intención fallarle a los demás y ser débil de espíritu. Cada vez que recurrimos a los recuerdos valiosos logramos colocar en una balance el desenlace final. El destino no parece escrito en pluma sino en carbón ligero que puede ser borrado al vuelo de un pájaro.
Cuando valoramos la turbulencia vivida descubrimos que simplemente era necesaria, una sacudida de vez en cuando recrea nuestra alma y sube nuestro ser.
A la final nunca estamos solos y nuestro destino son los pasos que debíamos seguir en nuestro infortunio, descubriendo a otros menos afortunados que van a nuestros laterales.
ENGLISH VERSION
It is the highs and the lows that show us the way to follow. Sometimes we make opportune changes when the path teaches us that others go with us and do not go with our environment.
Seriously worried about what they are going to say, we delay decisions due to the distressing wait for everything to improve. We take flight perhaps to catch something that escapes our hands. While the turbulence accompanies us, shaking the surrounding environment and making us beg for our suffering heart to continue beating.
We finished the path outlined alone, always hoping not to lose our composure and style. We are going to emerge despite the difficulties and loneliness that overwhelms us. We have learned that we can fly alone.
We evaluate this turbulence as experiences that we must fly over in style. These are days of anguish that in the end we know will be memories that will leave a sting in the soul.
After going around so many times we discovered that it was never our intention to fail others and be weak in spirit. Every time we turn to valuable memories we manage to balance the final outcome. Destiny does not seem written in a pen but in light charcoal that can be erased with the flight of a bird.
When we value the turbulence experienced we discover that it was simply necessary, a shake from time to time recreates our soul and raises our being.
In the end we are never alone and our destiny is the steps we had to follow in our misfortune, discovering others less fortunate who go to our sides.
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