La vida en Cuba: Entre la improvisación y la resiliencia frente a la falta de electricidad

in voilk •  4 months ago

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    La electricidad en Cuba es como un visitante caprichoso, a veces está y a veces no. Pero nosotros, los cubanos, hemos aprendido a vivir con ella, o sin ella, como parte de nuestra cotidianidad. Cuando la electricidad decide tomar un descanso prolongado, lo cual ocurre más a menudo de lo deseado, no nos queda más opción que adaptarnos y encontrar formas creativas de pasar el tiempo.

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    En primer lugar, está el icónico juego de dominó. Cuando la electricidad se va y el calor aprieta, no hay mejor lugar para refugiarse que en la sombra de un árbol con una mesa de dominó. Las fichas golpean la mesa con un sonido familiar y reconfortante mientras los jugadores intercambian risas y chismes. La falta de electricidad no es más que una excusa para reunirse y compartir momentos de camaradería.

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    Es curioso cómo los cubanos, lejos de lamentarse por la falta de electricidad, encuentran humor en la situación. Se burlan de la inconstancia del servicio eléctrico y se cuentan anécdotas sobre las veces que la luz decidió jugar al escondite en el peor momento posible. La risa se convierte en un poderoso antídoto contra la frustración, y nos ayuda a mantener la calma en medio de la adversidad.

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    Pero no todo es diversión y juegos. La falta de electricidad también puede resultar en incomodidades, especialmente durante los días de intenso calor. Para refrescarse un poco, muchos optan por dar largas caminatas bajo el sol del día, aprovechando para desconectar de la rutina y disfrutar del paisaje urbano. Es una oportunidad para reflexionar, para desconectar del ajetreo diario y simplemente dejarse llevar por el ritmo tranquilo de la vida.

    Y entonces, están aquellos que deciden tomar cartas en el asunto y hacer oír su voz en las redes sociales. Las plataformas digitales se convierten en un espacio de protesta y denuncia, donde los cubanos comparten sus quejas sobre la falta de servicios básicos como la electricidad. Aunque sabemos que una publicación en Facebook o un tweet no resolverá el problema, al menos nos brinda un canal para expresar nuestra frustración y buscar solidaridad entre nuestros compatriotas.

    Pero si hay algo que los cubanos saben hacer bien, es encontrar alegría en las pequeñas cosas y valorar el tiempo en familia. Cuando la electricidad se va, muchos aprovechan para salir a jugar con sus hijos o hijas, llevándolos al parque o simplemente pasando tiempo juntos en casa. Es una oportunidad para reconectar con los seres queridos, para compartir risas y crear recuerdos que perdurarán mucho más allá de cualquier apagón.
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    Además, la falta de electricidad puede ser el momento perfecto para dedicarse a actividades más creativas. Algunos sacan sus pinceles y se ponen a pintar, dejando volar su imaginación sobre lienzos en blanco. Otros prefieren pasar tiempo con sus mascotas, jugando y mimándolas como una forma de distracción y compañía en medio de la oscuridad.

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    En resumen, la falta de electricidad en Cuba es más que una simple interrupción en el suministro de energía. Es un recordatorio de nuestra capacidad para adaptarnos y encontrar alegría incluso en las situaciones más difíciles. Ya sea jugando dominó bajo la sombra de un árbol, dando largas caminatas bajo el sol o simplemente disfrutando del tiempo en familia, los cubanos sabemos cómo hacer frente a la adversidad con humor, resiliencia y creatividad. La luz puede irse, pero la chispa de nuestra determinación y espíritu nunca se apaga.

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