Justo ayer le comentaba a alguien que estar vivo es estar en constante cambio, hoy no pensamos igual que ayer y tampoco seremos la misma persona que mañana, pero a veces se dificulta tanto el observar el cambio que parece que cada día todo siga igual.
Este es el primer ThrowBack Thursday que hago, y eso que esta moda ya era popular por allá por 2010, y es que no me gusta tanto recordar momentos puntuales del pasado; Sin embargo, es una oportunidad bastante útil para recordar quien fui en aquel momento, como pensaba, en que creía, que me preocupaba y que valoraba. Puedo decir de antemano que hoy en día y sin criticar a quien fui, no soy nada parecido a ese Joseph de la fotografía, no tengo más aquellos ideales, no lucho por los mismos intereses, no mantengo la misma actitud y principalmente ya no siento que sea quien puede cambiar al mundo.
Esta foto que acompaña al post, fue tomada mi último día en la Universidad Central de Venezuela como estudiante, pues aunque tuve la oportunidad de visitarla un par de veces más, nunca más me sentí parte de «La casa que vence a las sombras»; Ese día la facultad estaba vacía, aún no publicaban los horarios, aún no se sabía la fecha de reinicio de actividades y yo iba a consultar acerca del proceso para congelar mis estudios, más sabia bien que nunca más iba a entrar a un Aula a estudiar Sociología; Ese fue el día en que deje de ver a mucha gente, incluyendo profesores y compañeros que aún admiro, las amenazas que había recibido me preocupaban más que perder mis años de estudio y mi cupo en la Universidad Central de Venezuela, algo por lo que me esforcé mucho en su momento.
Aquí comenzó mi caída, el momento donde comencé a ver el mundo diferente, el momento en que aprendí a escuchar más los consejos de mi padre que mis creencias personales, a cuestionarme todo, a no creer en políticos, líderes y visionarios, le cogí amor al dinero y en ese momento comencé a desenamorarme de Venezuela; En 2016 dos años después, conseguí ingresar a otra universidad, me enamore nuevamente de aprender, de la gente, nuevamente creí que podía hacer un cambio y no fue hasta junio 2017 que volví a caer en cuenta, que no soy el Joseph de ayer y no sé como será el mañana.
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