ESPAÑOL
¡Bienvenidos a un nuevo post!Revisando la galería de mi teléfono, me di cuenta de que no les compartí uno de los momentos más especiales que viví en el 2024.Fue tan mágico que, sinceramente, lo último que pasó por mi cabeza fue publicarlo en ese momento. Sin embargo, hoy quiero contárselos porque fue una experiencia que atesoro profundamente. Quienes aún tenemos la dicha de tener a nuestros padres con nosotros sabemos lo increíble que es celebrar su cumpleaños y verlos felices. Este fue el caso de mi papá, quien el pasado 20 de diciembre cumplió un año más de vida.
Al principio, no teníamos idea de cómo festejarlo. Como suele pasar, los planes improvisados terminan siendo los mejores. Yo estaba convencida de que debíamos hacer algo, aunque no tuviera todo planeado. Fue entonces cuando unos amigos de la familia llamaron para proponernos celebrarlo juntos, ¡y mi papá aceptó encantado! Fue una noche llena de risas, buena comida y momentos inolvidables. Ver la cara de felicidad de mi papá fue, sin duda, el mejor regalo que pude recibir. Esa expresión de alegría lo dice todo.
Esta experiencia me recordó que no se necesitan grandes planes o lujos para crear recuerdos valiosos. A veces, lo más importante es estar presente, disfrutar y rodearnos de las personas que amamos.
¿Y Ustedes? ¿Han tenido alguna celebración improvisada que resultara inolvidable? Recuerda: la felicidad está en los pequeños momentos que compartimos con quienes más queremos
¡Nos vemos en el próximo post!
ENGLISH
**I was looking through my phone gallery and realized that I didn't share with you one of the most special moments I experienced in 2024, it was so magical that, honestly, the last thing that crossed my mind was to post it at that moment. However, today I want to tell you about it because it was an experience that I deeply treasure. Those of us who still have the joy of having our parents with us know how incredible it is to celebrate their birthday and see them happy. This was the case with my dad, who last December 20th celebrated another year of life.
At first, we had no idea how to celebrate. As it usually happens, the improvised plans end up being the best ones. I was convinced that we had to do something, even if I didn't have it all planned out. That's when some family friends called to propose we celebrate together, and my dad gladly accepted! It was a night full of laughter, good food and unforgettable moments. Seeing my dad's happy face was, without a doubt, the best gift I could have received. That expression of joy said it all.
This experience reminded me that you don't need big plans or luxuries to create precious memories. Sometimes, the most important thing is to be present, enjoy and surround ourselves with the people we love.
Have you had an impromptu celebration that turned out unforgettable? Remember: happiness is in the small moments we share with the ones we love the most.
See you in the next
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