La vida sigue,
parece como si ayer hubiera llegado a casa.
su carita suplicante y sus ganas de vivir
la hacían la más bella.
Inútil era enojarse por lo traviesa que era.
Algunos cables masticados
algunas plantas maltratadas
y por supuesto todas las chanclas perdidas.
Pero luego bajaba las orejas
y me miraba con sus grandes ojos
pidiendo una caricia...
como si hubiera hecho una gracia.
Cómo negarme?
Cómo dejar de quererla?
si fue la que me motivo una vez más a sonreír,
cuando la depresión me mataba.
Cómo no quererla
si muchas veces fue la única
que me recibió en la casa.
Recuerdo que a veces se ponía necia
por salir a la calle.
Ahí iba yo por la correa
como si no tuviera trabajo pendiente.
Aún ella en esos momentos
me enseñaba algo importante.
No todo en la vida es trabajo,
pero sobre todo.
Que uno puede ser feliz
con esas pequeñas cosas,
cómo un paseo breve por la plaza
o una pequeña caricia de la nada...
Ahora camino por el parque solo
con una correa invisible
y mi Daysi seguramente del otro lado
mientras observamos los patos.
Descance en paz mi perrita,
que Dios la tenga en el cielo
de los perros buenos.
Si, ya se que fue hace años que se fue,
pero hasta ahora me cayó el veinte.
Descance en paz la más bella.
Life goes on,
it seems as if she had arrived home yesterday.
Her pleading face and her desire to live
made her the most beautiful.
It was useless to get angry at how naughty she was.
Some chewed cables
some mistreated plants
and of course all the lost flip-flops.
But then she would lower her ears
and look at me with her big eyes
asking for a caress...
as if I had made a joke.
How could I refuse?
How could I stop loving her?
if she was the one who motivated me once again to smile,
when depression was killing me.
How could I not love her
if many times she was the only one
who welcomed me into the house.
I remember that sometimes she was stubborn
about going out into the street.
There I went by the leash
as if I had no pending work.
Even she in those moments
taught me something important.
Not everything in life is work,
but above all. That one can be happy
with those little things,
like a short walk through the square
or a little caress out of nowhere...
Now I walk through the park alone
with an invisible leash
and my Daisy surely on the other side
while we watch the ducks.
May my little dog rest in peace,
may God have her in the heaven
of good dogs.
Yes, I know it was years ago that she left,
but it only now hit me.
May the most beautiful one rest in peace.
Poesía y fotografía