Dicen que los gatos se parecen a sus dueños y yo estoy convencida de que es cierto, porque a mi Pequeño le gusta dormir tanto como a mí.
Se está volviendo costumbre que si demoro un poco más en levantarme de la cama, él se sube y acurruca a mi lado, gesto que me llena de ternura, haciendo que me quedé enternecida, mirándolo dormir y haciéndole caricias.
¿Cómo no levantarme de buenas con tan lindos buenos días, verdad?
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