El poder de las palabras: Una lección que aprendí por las malas (y que tú también puedes aprender)
Hace poco me di cuenta del poder que tienen las palabras, especialmente esas que soltamos sin pensar, sin que nadie las pida. Un comentario que creí "inofensivo" terminó hiriendo a una persona. Fue una experiencia que me hizo reflexionar sobre cómo nos comunicamos en el mundo, no solo a nivel personal, sino también en el mundo digital, y cómo podemos ser más conscientes del impacto que tienen nuestros comentarios en otras personas.
Cuando la "jerga médica" se vuelve un puñal
Un día, en medio del ajetreo del hospital, me encontraba bromeando con mis compañeros. En la jerga médica, a veces utilizamos términos internos para referirnos a ciertas situaciones o pacientes. Por ejemplo, había un pacientito que padecía de Lupus Eritematoso Sistémico, y a modo de jerga interna entre residentes le decíamos "Lupito". Evidentemente, la familia y el niño no sabían de su apodo, era algo interno entre médicos.
Cómo se hizo costumbre y popular el apodo, un día por error la madre escuchó. Aunque se echó a reír, en su cara se notaba que no le gustó el comentario. No lo hice con mala intención, pero mi comentario terminó hiriendo sus sentimientos, y por eso puso una queja en el departamento y bueno, terminamos recibiendo un sermón por ello.
Al día siguiente, recibo un mensaje de la madre. Me decía que mi comentario la había hecho sentir insegura y avergonzada, porque la enfermedad de su hijo no era motivo de burla. Me di cuenta de que nuestra "broma médica" había tenido un impacto negativo en ella. Me sentí fatal.
¿Por qué lo hice?
Después de lo sucedido, me puse a pensar por qué había hecho ese comentario. Llegué a la conclusión de que lo hice por impulso, sin pensar en las consecuencias. Simplemente, me dejé llevar por la necesidad de expresar mi opinión, sin considerar cómo se sentiría la otra persona.
En ese momento, no pensé en el impacto que mis palabras podrían tener en la madre de "Lupito". No me puse en su lugar, no entendí que lo que para mí era una broma inofensiva, para ella podía ser un recordatorio doloroso de la enfermedad de su hijo.
Una lección sobre empatía y respeto
Esta experiencia me enseñó una valiosa lección sobre la importancia de la empatía y el respeto en la comunicación. Me di cuenta de que nuestras palabras tienen un poder enorme, pueden construir o destruir, alegrar o entristecer, y en el mundo médico más influencia tiene aún.
Aprendí que es fundamental pensar antes de hablar, considerar cómo se sentirán los demás al escuchar nuestras palabras. Que no importa si nuestra intención no es mala, si lo que decimos hiere, el daño está hecho.
El mundo digital: Un campo minado de palabras
Y esta lección no solo aplica al mundo real, también al digital. En las redes sociales, en los comentarios de los blogs, en los grupos de WhatsApp, a menudo nos comunicamos de forma impulsiva, sin pensar en las consecuencias.
Olvidamos que detrás de cada pantalla hay una persona con sentimientos, con una historia, con una realidad. Y que nuestras palabras, aunque escritas en un teclado, tienen el mismo poder que las que pronunciamos en persona.
Mi experiencia con "Lupito" me dejó una profunda reflexión sobre el poder de las palabras y la importancia de la comunicación consciente. Me hizo darme cuenta de que todos podemos ser más empáticos, más respetuosos, más considerados con los demás.
Y tú, ¿qué piensas sobre esto? ¿Alguna vez te has puesto a reflexionar sobre el poder de tus palabras? Te invito a compartir tus experiencias y opiniones en los comentarios.
Nunca olvides que tus palabras tienen poder, y hay que usarlas con responsabilidad. De igual modo tener presente que la empatía es clave, siempre trata de ponerse en el lugar del otro. Y ante toda situación mantener el respeto es fundamental, así como siempre repiten las abuelas “tratar a los demás como quieres ser tratado.”
El mundo digital no es una excepción: Sé consciente de tus palabras en línea.
Juntos podemos construir un mundo donde las palabras sean herramientas de construcción, de conexión, de amor. Un mundo donde las palabras no hieran, sino que curen.
Espero que esta reflexión te sea útil. ¡Gracias por leerme! Por ahora me despido, nos vemos en la siguiente publicación
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