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We left early in the morning at 4:00 am from Pinar del Rio to Havana, Yune, Yasey, my wife and I in a cab, there we would transfer to a Transtur bus (a company that provides transportation services to tourism) bound for Holguin to participate in the first edition of the oral narration festival "Mundo de Palabras" (World of Words). It is a 12 hours trip approximately, taking into account the stops to eat and other necessities, if there are no inconveniences. Usually in this type of events there are always inconveniences, organizational issues, communication or any other that involves delays. The transfer was fast, although more people joined us, at 7:00 am we were already leaving Havana on our way to Holguin.
Everything seemed to indicate that it would be a normal trip, adjusted to the planned schedules, it was a very comfortable bus and it looked in optimal conditions to fulfill the planned itinerary. Thus almost 7 quiet hours passed, lunch was scheduled at a place called the Oasis, at the exit of the province of Ciego de Avila. From this province we were leaving at 2:00 pm:00 pm, the passengers were already counting the minutes to get to the Oasis, because the hunger for cauldron food (as they say here) was attacking us, the driver had just said that we were very close to the place, about 11 kilometers away and it was right there, at that precise moment..., the truth is that it didn't sound like an explosion, it sounded like the rubbing of iron with iron mixed with something else, the bus was stopping, we thought that something metallic had been broken, the oasis of our cauldron food desert was moving away from minutes to hours. As we got off the bus we saw it, one of the left rear tires had exploded.
It was a road with a lot of traffic, but no houses, on both sides we could see many banana and sweet potato plants, but nothing that could be eaten at the moment.
The wait would be long, especially knowing that the nearest base to send a crane or a support bus to transfer the passengers was 140 kilometers away and this rescue operation ussually takes some time to locate and prepare for either of the 2 options.
Inside the bus the heat was unbearable, so we opted to be outside, luckily there were some trees to provide shade and we made a sort of camp. Yune is the mother of Malcom, a 7 month old baby who came on the trip, he didn't know anything and didn't mind the stop, the sun or the heat, he just wanted to eat, as his biological clock was already telling him to do so, and there in the mini camp he ate everything that was at hand.
In spite of the unexpected, no one was upset. We took advantage of the moment to talk, get to know each other, laugh, make anecdotes and predictions about how long we would be there, longing to put an end to our famished desert in the oasis.
We were stranded in that place for about 4 hours and when we got to the point the only topic of conversation was roling around food, the 2 options appeared at the same time, the tow truck and the substitute bus.
In a short time, we had all the luggage and were marching towards the oasis, where in addition to incorporating to the body the food it was crying out for, we were able to enjoy beautiful views that fed the spirit of a very pleasant peaceful feeling, adding also for the closing of the lunch turned into an early dinner, a good coffee that straightened the perspective and put us back on the road.
I'm writing the last words of this post on the bus with 5 hours still to go, the stop for me was not very traumatic, I had never come this way before, my curiosity for the place, taking pictures and exploring it kept me entertained besides the chats with my companions. As an old man from my hometown used to say, "unforeseen events are not foreseen" so the way you look at it and face it depends on whether the waiting time is a punishment or a small adventure. A strong greeting to all, from somewhere on the road between Camagüey and Las Tunas. Soon we will read each other again.
This post was written yesterday being my today to be published today of your and mine, -for connection issues-,that's the tomorrow of my yesterday but still our today.Just clarifying the tense of the storie told.😁
Images an the post are my own, taken with my Samsung A315G and Yune's Motorola S5.
Translation support to english: DeepL App.
Todo iba bien hasta que explotó...!(Traducción al Español. Las imagenes no se repiten, solo se muestra el contenido.)
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Arrancamos esta madrugada a las 4:00 am desde Pinar del Río hacia la Habana, Yune, Yasey, mi esposa y yo en un taxi, allí haríamos trasbordo a un Ómnibus de Transtur(* Empresa que presta servicios de transporte al turismo) con destino a Holguín a participar en la primera edición del festival de narración oral "Mundo de Palabras". Es un viaje de alrededor de 12 horas, teniendo en cuenta las paradas que se hacen para comer y otras necesidades, eso si no hay ningún inconveniente. Por lo general en este tipo de eventos siempre los hay, cuestiones de organización, comunicación o cualquier otro que implique retrasos. El trasbordo fue rápido, aunque allí se sumaron más personas, a las 8:00 am ya íbamos camino a Holguín. Todo parecía indicar que sería un viaje normal, ajustado a los horarios planificados, era un ómnibus muy cómodo y se veía en óptimas condiciones para cumplir el itinerario previsto. Así pasaron casi 7 tranquilas horas, el almuerzo estaba previsto en un lugar llamado el Oasis, en la salida de la provincia de Ciego de Avila. De esta provincia estábamos saliendo justo a las 2:00 pm, los pasajeros ya contábamos los minutos para llegar al Oasis, pues ya el hambre de comida de caldero (como se dice aqui*)nos atacaba, el conductor acababa de decir que estábamos muy cerca del lugar, a unos 11 kilómetros y fue justo ahí, en ese preciso momento, en el que se sintió el estruendo, la verdad es que no sonó a explosión, sonó como el roce de hierro con hierro mezclado con algo más, el ómnibus fue deteniéndose, pensamos que algo metálico se había destrozado, el oasis de nuestro desierto alimenticio de caldero se alejaba de minutos a horas. Al bajar del ómnibus lo vimos, había explotado uno de los neumáticos izquierdos traseros.
Era una carretera con bastante tráfico, pero sin casas, en ambos lados se veía muchas matas de plátano y boniato sembrado, pero nada que se pudiera comer en el momento, la espera sería larga, sobre todo al saber que la base más cercana para enviar una una grúa o un omnibus de apoyo para trasbordo de los pasajeros estaba a 140 kilómetros y esta operación de rescate tomaba cierto tiempo de localización y preparación de cualquiera de las 2 opciones. Dentro del ómnibus el calor era insoportable, así que optamos por estar afuera, por suerte había algunos árboles que nos brindaban sombra e hicimos una especie de acampada. Yune es mamá de Malcom, un bebé de 7 meses que vino en el viaje, no se enteró de nada y no le molestaba la parada, el sol o el calor, él solo quería comer, pues su reloj biológico ya se lo indicaba y allí en la mini acampada comió todo lo que había a mano.
A pesar del imprevisto, nadie estaba molesto. Se aprovechó el momento para conversar, conocernos, reírnos, hacer anécdotas y predicciones sobre cuanto tiempo estaríamos allí, anhelando poner fin en el oasis a nuestro desierto famélico.
Aproximadamente 4 horas estuvimos varados en aquel lugar y cuando ya los temas de conversación solo giraban alrededor de la comida aparecieron las 2 opciones al mismo tiempo, la grúa y el omnibus suplente. En poco tiempo habíamos traspasado todo el equipaje y marchabamos hacia el oasis, donde además de incorporarle al cuerpo los alimentos que ya pedía a gritos, pudimos disfrutar de vistas bonitas que alimentaban el espíritu de una sensación pacífica muy agradable, añadiendo además para el cierre del almuerzo convertido en cena temprana, un buen café que enderezó la perspectiva y nos puso de vuelta en la carretera. Las últimas palabras de este post las escribo sobre el ómnibus faltando aún 5 horas de camino, la parada para mi no fue muy traumática, nunca había venido por estos rumbos, mi curiosidad por el lugar, hacerle fotos y explorarlo me mantuvieron entretenido además de las charlas con los compañeros. Como dijera un anciano de mi pueblo natal, "Los imprevistos no están previstos" así que de la manera en que lo mires y enfrentes depende que el tiempo de espera sea un castigo o una pequeña aventura. Un saludo fuerte a todos, desde algún lugar de la carretera entre Camagüey y Las Tunas. Pronto nos leemos otra vez.