Buenas tardes querido lector y bienvenido una vez más a mi humilde rincón del autoconocimiento, donde comparto algunas ideas y recomendaciones basadas en mis experiencias, enriquecidas con investigación científica.
En esta oportunidad quisiera tomarme un tiempo para hablar sobre las relaciones de pareja que han avanzado hasta el punto de llegar a compartir el mismo techo. Algo que he ido probando recientemente y que no puedo negar que me ha tomado por sorpresa.
La lengua aguanta todo
De este lado del mundo tenemos un dicho:"El papel aguanta todo". Lo mismo se puede decir de las cosas que decimos. Es un hecho curioso que uno puede pensar en lo que uno quiera, hablar y escribir de lo que uno quiera. Puedes escribir sobre mundos enteros de ciencia ficción y puedes contar incluso historias sobre lo que pasa después de la muerte aunque no haya ninguna evidencia de ello, pero lo que no puedes es igualar tus acciones a la velocidad de tú pensamiento.
Lo que quiero decir con esto es que todas las cosas que dijiste que ibas a hacer, todas las cosas que incluso dices que eres o que piensas, adquieren otra forma en la realidad. Puedes engañarte a ti mismo vendiéndote como la panacea de la salud emocional y mental, como el novio más amante y pacífico. El más tolerante y abnegado. La verdad, es que eso es muy sencillo cuando no vives con una persona.
Cuando visitas a alguien un par de veces por semana puedes retenerte muchas cosas el resto de los días que quedan, trabajar en eso sin decir nada, o guardarlo en el closet. Cuando vives con esa persona todas tus mañas y trucos quedan al descubierto porque afortunadamente la realidad funciona de tal modo que no puedes sostener tus fachadas consistentemente el resto de los días. No hay prueba de fuego más grande y por eso diría que es una pésima idea casarse antes de vivir juntos: No sabes realmente con quien estás hablando hasta que lo haces. Vale, puede que nisiquiera sepas quien eres tú mismo hasta que lo haces.
Una oportunidad infinita de crecer
Por supuesto, confrontados así con la verdadera identidad del otro y también con nuestra propia identidad que con frecuencia nos toma por sorpresa al darnos cuenta lo poco tolerantes que podemos ser en realidad nos confronta con una pregunta.
¿Seguimos o abandonamos el barco?
Esta es desde luego una pregunta personal. En el proceso tendrás que descartar lo superfluo de lo realmente importante, los detalles que realmente no tienen importancia como la distintiva pelea de donde realmente van las cosas en la cocina y los realmente importantes como el uso del dinero de una forma que satisfaga a dos personas diferentes que viven en un mismo sitio.
Como resultado, también vas abandonando lo superfluo e innecesario en ti mismo. Confrontado con una pérdida de algo que te importa, o que te interesa, te ves forzado a discernir en lo que realmente es importante en la vida y la esencial naturaleza de todas las cosas. Te preguntas de qué te sirve enojarte de la manera en que lo haces y por las cosas que lo haces. ¿Contribuye eso en algo? ¿Mejora la relación? Puedes poner límites perfectamente sin necesidad de hacer una rabieta. Eso puede resultar sorprendente porque no es algo que por lo menos a mí me hayan enseñado con el ejemplo, pero lo descubrí al retarme a mí mismo a encontrar una mejor manera.
También es una oportunidad para conocerte mucho mejor. Dándote cuenta que una compenetración tan profunda y de necesariamente dependencia porque, los problemas del otro ahora también son los tuyos. Es fácil jugar al novio comprensivo cuando tu pareja tiene problemas en algún otro lugar, así que son otros quienes lidian con las consecuencias. Ahora no solo los vives de primera fila sino que también te afectan directamente.
Sus desequilibrios, desatinos, reacciones, todas ellas quedan encapsuladas en el lugar donde viven los dos. ¿Pero adivina qué? Tú también tienes lo tuyo y tu pareja también va a tener que lidiar con eso. Las pondrá en tu atención y no puedes irte a esconder en tu cuarto como pudieras haberlo hecho viviendo con tus padres: Vivir dos vidas completamente separadas, sino que hay un lazo afectivo que te lleva a compartir también lo más profundo en tu corazón.
Eso no te lo dicen en ninguna película. Probablemente, porque sería demasiado serio y tedioso de mencionar. Precísamente por eso le llaman "industria del entretenimiento". Las partes que realmente dan trabajo te las dejan para que las descubras tú.
Vivir en pareja en cualquier caso, te hará crecer bastante, funcione o no lo haga, pero tienes que prestar atención como se desenvuelve tu sistema ante todo ello para poder mudar las pieles que no te convienen, por más que pensabas que sí.
¡Te deseo un hermoso día, querido lector! Hasta la próxima.
Good afternoon dear reader and welcome once again to my humble corner of self-knowledge, where I share some ideas and recommendations based on my experiences, enriched with scientific research.
On this occasion I would like to take some time to talk about couple relationships that have advanced to the point of sharing the same roof. Something that I have been trying recently and that I cannot deny has taken me by surprise.
The tongue endures everything
On this side of the world we have a saying: "Paper endures everything." The same can be said about the things we say. It is a curious fact that one can think about what one wants, speak and write about what one wants. You can write about entire science fiction worlds and you can even tell stories about what happens after death even if there is no evidence of it, but what you can't do is match your actions to the speed of your thought.
What I mean by this is that all the things you said you were going to do, all the things you even say you are or think, take another form in reality. You can fool yourself by selling yourself as the panacea for emotional and mental health, as the most loving and peaceful boyfriend. The most tolerant and selfless. The truth is that this is very simple when you don't live with a person.
When you visit someone a couple of times a week you can hold onto a lot of things for the rest of the days left, work on it without saying anything, or put it in the closet. When you live with that person all your tricks and nicks are exposed because fortunately reality works in such a way that you cannot maintain your facades consistently the rest of the days. There is no greater litmus test and that is why I would say that it is a terrible idea to get married before living together: You don't really know who you are talking to until you do it. Okay, you might not even know who you are until you do it.
An infinite opportunity to grow
Of course, confronted in this way with the true identity of the other and also with our own identity that often takes us by surprise when we realize how intolerant we can be in reality leaves us with a question.
Should we continue or abandon ship?
This is of course a personal question. In the process you will have to discard the superfluous from the really important, the details that really don't matter like the distinct fight over where things really go in the kitchen and the really important ones like using money in a way that satisfies two diferent people living in the same house.
As a result, you also abandon what is superfluous and unnecessary in yourself. Confronted with a loss of something that matters to you, or that interests you, forces us to discern what is really important in life and the essential nature of all things. You wonder what good it is for you to get angry the way you do and about the things you do. Does that contribute anything? Does the relationship improve? You can perfectly set limits without having to throw a tantrum. That may be surprising because it's not something that at least I've been taught by example in my childhood, but I discovered it by challenging myself to find a better way.
It is also an opportunity to get to know you much better. Realizing that it is such a deep rapport and dependency because the other's problems are now also yours. It's easy to play the understanding boyfriend when your partner is having trouble somewhere else, so it's up to others to deal with the consequences. Now you not only experience them first row but they also affect you directly.
Their imbalances, blunders, reactions, all of them are encapsulated in the place where you both live. But guess that? You also have your thing and your partner is also going to have to deal with it. It will put these in your attention and you cannot go hide in your room as you could have done living with your parents: Living two completely separate lives. But there is an emotional bond that leads you to also share the deepest things in your heart.
They don't tell you that in any movie. Probably because it would be too serious and tedious to mention. That's precisely why they call it the "entertainment industry." The parts that really work are left for you to discover.
Living as a couple in any case will make you grow a lot, whether it works or not, but you have to pay attention to how your system handles all of this to be able to shed the skin that doesn't suit you, no matter how much you thought it did.
I wish you a beautiful day, dear reader! Until next time.