Yesterday, Abel Park became our improvised refuge due to the power outage that affected the city. This spot, which has so often witnessed gatherings, laughter, and stories, once again fulfilled its role of bringing us together, allowing us to escape our daily worries for a few hours.
It all began with a conversation among friends, a chat that gradually filled with jokes, shared stories, and the inevitable sense of humor that defines us. However, as the afternoon progressed, we felt that words alone weren’t enough to pass the time. That’s when someone pulled out a deck of cards, and, almost unintentionally, we started a game that would last for hours.
Ayer, el Parque Abel se convirtió en nuestro refugio improvisado ante la falta de electricidad que afectó a la ciudad. Este rincón, que tantas veces ha sido testigo de encuentros, risas y anécdotas, volvió a cumplir su misión de reunirnos, alejándonos por unas horas de las preocupaciones cotidianas.
Todo comenzó con una conversación entre amigos, una charla que poco a poco se llenó de bromas, historias compartidas y el inevitable sentido del humor que nos caracteriza. Sin embargo, mientras la tarde avanzaba, sentimos que hacía falta algo más que palabras para llenar el tiempo. Fue entonces cuando alguien sacó una baraja de cartas, y así, casi sin planearlo, comenzamos una partida que se extendería por horas.
The game not only entertained us but also took us back to those simple, authentic moments where no screens or technology are needed to have fun. Each hand, every card played on the table, was accompanied by laughter and small remarks that reflected our camaraderie. Some moves were brilliant, others an absolute disaster, but all ended in bursts of laughter.
As the game progressed, the atmosphere began to change. I couldn't pass up the chance to add a special touch to the evening, so I decided to show off a few magic tricks. Using the same cards we were playing with, I started to amaze them. The expressions of astonishment and the curious questions of "How did you do that?" quickly followed.
El juego no solo nos entretuvo, sino que también nos devolvió a esos momentos simples y auténticos en los que no hacen falta pantallas ni tecnología para disfrutar. Cada mano, cada carta lanzada a la mesa, venía acompañada de risas y pequeños comentarios que reflejaban nuestra complicidad. Algunas jugadas fueron magistrales, otras, un desastre absoluto, pero todas terminaron en carcajadas.
A medida que la partida avanzaba, el ambiente comenzó a transformarse. No podía dejar pasar la oportunidad de añadir un toque especial a la tarde, así que saqué a relucir algunos trucos de magia. Con las mismas cartas que utilizábamos para jugar, empecé a sorprenderlos. Las expresiones de asombro y las preguntas curiosas de "¿cómolo hiciste?" no tardaron en aparecer.
A simple card trick became the spark for a series of illusions that kept everyone on the edge of their seats. The cards seemed to come to life, vanishing and reappearing in unexpected places, while the incredulous looks on my friends’ faces filled me with satisfaction. There’s no greater reward for a magician than that moment when logic is suspended, and only the magic remains.
Un simple truco de cartas se convirtió en el detonante de una serie de ilusiones que mantuvieron a todos al borde de sus asientos. Las cartas parecían cobrar vida, desapareciendo y reapareciendo en lugares inesperados, mientras las miradas incrédulas de mis amigos me llenaban de satisfacción. No hay mejor recompensa para un ilusionista que ese instante en el que la lógica queda suspendida y solo queda la magia.
The atmosphere in the park was calm, with daylight slowly fading and giving way to the night. The lack of electricity, which initially seemed like an inconvenience, became an excuse to disconnect from the world and reconnect with each other. During those hours, there were no mobile phones or social media to distract us. It was just us, the game, and the magic we created together.
El ambiente en el parque era tranquilo, con la luz del día poco a poco desvaneciéndose y dejando paso a la noche. La falta de electricidad, que inicialmente parecía un inconveniente, se convirtió en una excusa para desconectarnos del mundo y reconectarnos entre nosotros. Durante esas horas, no hubo teléfonos móviles ni redes sociales que distrajeran nuestra atención. Solo estábamos nosotros, el juego, y la magia que creamos en conjunto.
In the end, we realized that these small experiences are what truly fill the soul. An afternoon at Abel Park, a deck of cards, and the company of good friends were all we needed to turn a blackout into an unforgettable memory.
Al final, nos dimos cuenta de que esas pequeñas experiencias son las que realmente llenan el alma. Una tarde en el Parque Abel, un mazo de cartas y la compañía de buenos amigos fueron todo lo que necesitamos para convertir un apagón en un recuerdo inolvidable.
It’s curious how, in the midst of apparent simplicity, moments of pure happiness can be found. Perhaps the real trick lies in appreciating what we have around us and enjoying it with those who truly matter.
Es curioso cómo, en medio de la aparente simplicidad, se pueden encontrar momentos de pura felicidad. Quizás, el verdadero truco está en saber apreciar lo que tenemos a nuestro alrededor y en disfrutarlo con quienes realmente importan.