source John from his window demanded peace
What I observe: A residential building, with all the apartments illuminated, even though it is late at night. In each part there are people with different realities, each one feels the passing of the hours.
What I feel. Some years ago I lived in a building, seeing the photo reminded me how difficult it is to get along with many people in a small space. Respect for the rules and good manners is not always the behavior of all neighbors. Owning or renting an apartment does not give you the right to disrespect others.
The neighborhood of our city was very peaceful, almost boring for the youngest, it was an aged residential area, not because of the years of its buildings and avenues but because the population was mostly elderly.
One day the mayor proposed to the city council that, given the risk that the city would disappear due to the death of its inhabitants, that those abandoned or unoccupied buildings should be opened to receive migrants. - We are going to attract investments, people to reside here generating jobs, wealth, blah blah ... argued the veteran politician, support my proposal and you will see that everything will change.
John, about 70 years old, lived alone in his apartment on the fourth floor of his building, the old building had belonged to his family since its construction back in the 70s of the twentieth century, there were only two other residents occupying the old building ... that night he had returned from the city, with the sentences he heard from his old friend the mayor
- I think it will be a good idea, I am going to rent the apartments, besides generating money for myself, I help many needy families that are arriving to the country.
After several months, what at first sounded like a good economic and social idea began to be a nightmare... every time the weekend approached, Jonh began to tremble with fear, anguish and above all, embarrassment with his original neighbors...
The neighbors on floor two and floor three on Friday night began their ritual, salsa, cumbia and merengue merged into a single piece of music, no one in the world, the person with the best musical ear could separately identify which rhythm dominated the scene. The high volume, the noise of the bass and the din of those dancing inside made it impossible to distinguish which musical genre dominated.
From the street every weekend John could be observed as if he were a ghost, standing at his window, imploring his new neighbors to turn off the noisy music, the party had to stop. His other neighbors, also victims of excess, can be seen in their apartments while the party is in full swing.....
John while waiting for the sunrise mutters: I should not have rented, because I listened to the mayor...
Que observo: Un edificio residencial, con todos los apartamentos iluminados, a pesar de ser muy avanzada la noche. En cada partamente hay personas con distintas realidades, cada quien siente el transcurrir de las horas.
Que siento. Hace algunos años viví en un edificio, ver la foto me recordó lo difícil que es congeniar con muchas personas en un espacio reducido. El respeto hacia las normas y las buenas costumbres de urbanidad no siempre es la conducta de todos los vecinos. Ser propietario o inquilino de un apartamento no te da derecho de irrespetar a los demás.
El barrio de nuestra ciudad era muy apacible, casi aburrido para los más jóvenes, era una zona residencial envejecida, no por los años de sus edificación y avenidas sino que la población mayoritariamente era de la tercera edad.
Un buen día el alcalde propuso en el concejo municipal que ante el riesgo que la ciudad desapareciera por la muerte de sus habitantes, que aquellos edificios abandonados o desocupados se abrieran a recibir migrantes. – Vamos atraer inversiones, gente que se residencie aquí generando empleos, riqueza, bla bla … argumentaba el veterano político, apoyen mi propuesta y verán que todo va a cambiar.
John de unos 70 años de edad, vivía solitario en su apartamento del cuarto piso de su edificio, El viejo edificio había pertenecido a su familia desde su construcción por allá en la década de los 70 del siglo XX, solo quedaban dos residentes más ocupando la vieja construcción… esa noche había regresado de la ciudad, con las frases que escucho de su viejo amigo el alcalde
-Creo que será buena idea, voy a alquilar los apartamentos además de generarme un dinero ayudo a muchas familias necesitadas que están llegando al país.
Luego de varios meses, lo que al principio sonó como una buena idea económica y social comenzó a ser una pesadilla… cada vez que se acercaba el fin de semana john comenzaba a temblar del miedo, de angustia y sobre todo de vergüenza con sus vecinos originales…
Los vecinos del piso dos y del piso tres al llegar el viernes en la noche comenzaban con su ritual, la salsa, la cumbia y el merengue se fusionaban en una sola pieza musical, nadie en el mundo, la persona con el mejor oído musical podría identificar por separado cual ritmo dominaba la escena. El volumen elevado, el ruido de los bajos y la algarabía de los que adentro bailaban hacía imposible distinguir a un género musical que dominase.
Desde la calle todos los fines de semana se podía observar a John como si fuera un fantasma, parado en su ventana, implorando a gritos a sus nuevos vecinos que apagaran la ruidosa música, la fiesta debía terminar.. Sus otros vecinos también victimas del exceso, desvelados se les puede ver en sus apartamentos mientras la fiesta está en su apogeo….
- John mientras espera por el amanecer murmulla: No debí alquilar, porque le hice caso al alcalde..