Ayer y hoy he estado haciendo encomiendas y averiguando cosas así que ayer no pude compartir el post del día, no sólo porque llegué tarde a casa sino porque también hubo un apagón eléctrico y tuve que esperar hasta que el servicio se reestableciera.
Hoy también me demoré bastante haciendo las encomiendas así que llegué tarde nuevamente. Sin embargo, quise escribir un post que, aunque no era el que había planificado para hoy ni a la hora que suelo publicar, fuese para compartir un poco sobre las experiencias estos días. Adicionalmente, que me siento irresponsable al no cumplir con las actividades que me tengo pautadas semanalmente.
He estado averiguando precios para envíos de correspondencia internacional y ha sido una experiencia un tanto agotadora.
No sólo me ha tocado caminar largas distancias para llegar a las oficinas, sino que he encontrado que en algunos locales cercanos a donde vivo me indican que debo acercarme a otras sedes para pedir información de precios.
Estos días han sido extremadamente calurosos así que desplazarme de un lugar a otro, sin contar que algunos locales están en calles bastante difíciles de encontrar a primera vista, ha hecho que termine al final del día sin energía ni ánimos de hacer nada adicional.
Hoy, mientras iba a visitar dos oficinas de encomiendas, pasé por un lugar cuyo olor me hizo recordar mi infancia. Era un olor suave y dulce. Al principio, no recordaba dónde había olido antes esa fragancia, hasta que finalmente las imágenes llegaron a mi cabeza.
Debía tener alrededor de 5 ó 6 años. Estaba en la casa de mi abuela. En esa época, la parte que luego se convirtió en la sala y la habitación de mi tía, era un patio enorme. Mi abuela solía sentarse allí en las tardes y nosotros nos quedábamos con ella hablando hasta que llegaba la hora en que se levantaba a preparar la cena.
En el patio había muchas plantas de cayenas. Eran enormes. También en esa zona había muchos árboles: de mango y de sauco.
El sauco llenaba con la fragancia toda la casa y cuando la brisa mecía las ramas, caían muchas flores diminutas que formaban un tapete en el patio. Mi hermana y yo las recolectábamos y hacíamos ramitos pequeños para ponérselos en el cabello a las muñecas.
Fue un recuerdo muy lindo. Hacía mucho tiempo que no olía esa fragancia ya que por acá no hay casi de esos árboles.
Seguí mi camino y aunque estuvo agotador llegar a los sitios que buscaba, me sentí contenta con el recuerdo que la jornada de hoy me trajo.
Tomé una de las pequeñas flores que había en la acera para guardarla de recuerdo y para compartirla con ustedes.
¡Hasta el siguiente artículo!
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Yesterday and today I have been running errands and finding out things, so yesterday I couldn't share the post of the day, not only because I arrived home late, but also because there was a power outage and I had to wait until the service was restored.
Today, I also took quite a while running errands, so I arrived late once again. However, I wanted to write a post that, although it was not the one I had planned for today or at the usual time I publish, was to share a bit about the experiences these days. Additionally, I feel irresponsible for not fulfilling the activities that I have scheduled for myself weekly.
I have been researching prices for international mail shipments, and it has been a somewhat exhausting experience.
Not only have I had to walk long distances to get to the offices, but I have found that in some locations near where I live, they tell me that I have to go to other branches to inquire about prices.
These days have been extremely hot, so moving from one place to another, not to mention that some locations are in streets quite difficult to find at first sight, has made me end up at the end of the day without energy or the desire to do anything additional.
Today, while I was visiting two courier offices, I passed by a place whose smell made me remember my childhood. It was a soft and sweet smell. At first, I didn't remember where I had smelled that fragrance before, until finally the images came to my mind.
I must have been around 5 or 6 years old. I was at my grandmother's house. At that time, the part that later became the living room and my aunt's bedroom was a huge courtyard. My grandmother used to sit there in the afternoons, and we would stay with her talking until it was time for her to get up to prepare dinner.
In the courtyard, there were many frangipani plants. They were huge. Also in that area, there were many trees: mango and elderberry.
The elderberry filled the whole house with its fragrance, and when the breeze swayed the branches, many tiny flowers fell, forming a carpet in the courtyard. My sister and I would collect them and make small bunches to put in the dolls' hair.
It was a very nice memory. It had been a long time since I had smelled that fragrance, as there are hardly any of those trees around here.
I continued on my way, and although it was exhausting to reach the places I was looking for, I felt happy with the memory that today's journey brought me.
I picked up one of the small flowers that was on the sidewalk to keep as a memento and to share it with you.
Until the next article!
*Disclaimer: *English is not my native language. Even when I have a conversational level, I can make a lot of mistakes in the structure of the sentences. Feel free to kindly correct me. It will help me in my learning process. Thanks for your understanding. **
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