Happy New Year 2025 full of health and abundant blessings to all!
Emigrating is one of those life-changing decisions. It is not only changing country, it is doing things different from what we were used to and learning to live with the nostalgia of what we left behind. Sometimes I think that my heart is divided: one part beats here, in this new place that I am building day by day, and another part keeps beating there, in my homeland, where I have my roots.
With the distance, I learned that love knows no borders. We have adapted to this new way of celebrating. Birthdays are with cakes that cross cameras, toasts are made with glasses raised in front of a cell phone and conversations, although sometimes interrupted by a weak signal, are filled with the love of family.
¡Feliz Año Nuevo 2025 pleno de salud y abundantes bendiciones para todos!
Emigrar es una de esas decisiones que nos cambia la vida. No es solo cambiar de país, es hacer cosas diferentes a las que estábamos acostumbrados y aprender a vivir con la nostalgia de lo que dejamos atrás. A veces pienso que mi corazón está dividido: una parte late aquí, en este nuevo lugar que estoy construyendo día a día, y otra sigue latiendo allá, en mi tierra, donde tengo mis raíces.
Con la distancia, aprendí que el amor no conoce fronteras. Nos hemos adaptado a esta nueva forma de celebrar. Los cumpleaños son con pasteles que cruzan cámaras, los brindis se hacen con copas levantadas frente a un celular y las conversaciones, aunque a veces interrumpidas por una señal débil, están llenas del amor de familia.
Emigrating has taught me that no matter where we are, we always find ways to embrace each other with our hearts. And even though our celebrations may be different, the love we share remains the same, strong and unwavering.
Sometimes, I close my eyes and smile, imagining the day when we can truly embrace again. In the meantime, I celebrate every moment we share, because distance will never be greater than our desire to be together.
On December 31, we once again took advantage of technology to close the year with our loved ones. From Bogota, we connected through cell phones with relatives in Venezuela and Peru, celebrating together the arrival of 2025, overcoming the distance with love and joy.
I share with much affection some photos of our New Year's Eve celebration, a special moment that, despite the distance, allowed us to feel closer than ever.
Emigrar me ha enseñado que no importa dónde estemos, siempre encontramos maneras de abrazarnos con el corazón. Y aunque nuestras celebraciones sean distintas, el amor que compartimos sigue siendo el mismo, fuerte e inquebrantable.
A veces, cierro los ojos y sonrío, imaginando el día en que podamos volver a abrazarnos de verdad. Mientras tanto, celebro cada momento que compartimos, porque la distancia nunca será más grande que nuestras ganas de estar juntos.
El 31 de diciembre aprovechamos nuevamente la tecnología para cerrar el año junto a nuestros seres queridos. Desde Bogotá, nos conectamos a través de los celulares con familiares en Venezuela y Perú, celebrando juntos la llegada del 2025, superando la distancia con amor y alegría.
Les comparto con mucho cariño algunas fotos de nuestra celebración de fin de año, un momento especial que, a pesar de la distancia, nos permitió sentirnos más cerca que nunca.
Las fotos que ilustran esta publicación son de mi archivo personal y se pueden encontrar en mis redes sociales.. El banner y el separador son mis diseños en Canva.
The photos that illustrate this publication are from my personal archive and can be found on my social networks. The banner and the divider are my designs in Canva.