Cuando hace varios años vi por primera vez reproducciones en revistas, y luego digitales, de pinturas de Remedios Varo, quedé fascinado por su obra. No sólo se trató de una mujer que se salió del montón, sino de una artista de sumo atrevimiento y de una gran lucidez en sus realizaciones. Estamos a 61 años de la muerte, ocurrida el 8 de octubre de 1963, de esta pintora de nacionalidad española (específicamente, catalán), que recorrió medio mundo para terminar residenciada hasta su final en México.
Se puede afirmar, sin lugar a dudas, que la obra fundamental de Remedios Varo es surrealista, o, en términos más generales, vanguardista. Sus contactos con esas tendencias, desde España, con García Lorca y Salvador Dalí, y en París, con André Breton, Max Ernst y Joan Miró, por ejemplo, y con el poeta Benjamin Péret, de quien fuera pareja durante varios años, da lugar a reconocer esa influencia. También destaca su relación con la británico-mexicana Leonora Carrington y Marc Chagall. Ayuda a aproximarse a su compleja pintura la confesada relación personal con el psicoanálisis, de Freud a Jung, tan propia de esos tiempos.
Reproduciré seguidamente cuatro de sus cuadros, que comentaré escuetamente.
La obra de Remedios Varo, como hemos dicho, se define por una conjunción entre la inescrutabilidad de lo inconsciente —influencia del psicoanálisis— y la osadía de la visión más allá (o por debajo) de lo real, eso que se conoce como "surrealista". Podemos observar en sus cuadros la confluencia de esa fuerza mágica (por adjetivarla de algún modo) entre lo onírico, cercano a la pesadilla, y lo gratuitamente genésico y maravilloso.
Ninguna perspectiva, por muy especializada que sea, podrá darnos una interpretación "exacta" de sus obras, pues, como todo arte, y más en el caso de un arte tan libre como el del Varo, estaremos siempre abiertos a su significación.
Referencias:
https://es.wikipedia.org/wiki/Remedios_Varo