Una tradición que tenía con mis hermanas era reunirnos en diciembre para hacer hallacas y esta foto es de diciembre del 2016, el último año que pudimos reunirnos para esta tradición. Ese día era muy especial, lleno de risas y música; llenos de recuerdos de infancia y de recuerdos de papá.

Aunque entre todas limpiamos las hojas de plátano y picamos los ingredientes, mamá cocinó el guiso mientras iba dictando instrucciones cual general; pero después cada quien tenía su papel en el proceso. Ese último año de la foto, mi hija @isauris preparó la masa, mis hermanas armaron las hallacas compitiendo por quien las hacía más bonitas y con la masa más delgada, mientras hacíamos bromas a la que era demasiado pichirre con el relleno. Mi hermana menor era la encargada de amarrarla, según ella, usando la técnica secreta de papá. Cuando papá estaba vivo era él quien las amarraba. ¿Mi trabajo en el proceso? cocinarlas y comerme en secreto las aceitunas y las pasas. Al final del día compartimos el botín y cada quien se llevó su provisión de hallacas para la cena navideña.

Las razones por las que ya nunca nos volvimos a reunir para hacer hallacas, son diversas y complicadas; pero sí nos hemos reunido para compartir ocasiones especiales. Los días en los que nos reuníamos para hacer hallacas son recuerdos valiosos, tesoros que guardo en mi corazón.

Mamá sigue haciendo sus hallacas cuando puede, cuando la economía lo permite, y siempre me guarda una para que su platillo forme parte de nuestra mesa en Navidad; pero la magia nunca ha estado en la hallaca en sí, sino en los momentos compartidos.

Esta foto y este bonito recuerdo, es mi participación para el concurso de los jueves de #TBT de @lanzjoseg, al que me uno una vez más en esta semana.

A tradition I had with my sisters was to get together in December to make hallacas and this photo is from December 2016, the last year we were able to get together for this tradition. That day was very special, full of laughter and music; full of childhood memories and memories of dad.

Although we all cleaned the banana leaves and chopped the ingredients, Mom cooked the stew while she dictated instructions like a general; but then everyone had their own role in the process. That last year in the photo, my daughter @isauris prepared the dough, my sisters put together the hallacas, competing for who made them prettiest and with the thinnest dough, while we made jokes to the one who was too naughty with the filling. My younger sister was in charge of tying her up, according to her, using dad's secret technique. When dad was alive he was the one who tied them. My work in the process? cook them and secretly eat the olives and raisins. At the end of the day we shared the loot and everyone took their supply of hallacas for Christmas dinner.

The reasons why we never met again to make hallacas are diverse and complicated; but we have met to share special occasions. The days when we met to make hallacas are valuable memories, treasures that I keep in my heart.

Mom continues to make her hallacas when she can, when the economy allows it, and she always saves one for me so that her dish can be part of our table at Christmas; but the magic has never been in the hallaca itself, but in the shared moments.

This photo and this beautiful memory is my entry for @lanzjoseg's #TBT Thursday contest, which I am joining once again this week.