The memory exercise we have in this week fourteen has been a little confusing for me, in the sense of how to approach the answer, because the least I want to feel is that I am in that group of people who consider that "all times past were better", since I am convinced that all times are good for many and not so good for many others, the issue is how we live them.
On the other hand, I feel that I cannot completely rely on my memories because, in general, time helps us to add color to what could have been gray. So at the risk of getting lost in very personal memories, I am going to take that look back to the past to rescue what is different today.
My grandmother used to tell us whenever she could: study so you can be someone in life and she used to be an example not to follow, telling us that since she came from Clarines, her hometown, located in the State of Anzóategui-Venezuela, to Caracas, the capital of the country. There she worked for many years in a mattress factory gluing buttons, which was how they were made at that time, as a worker she felt exploited and at that time in history, the sixties, the study was considered the best way to rise in the social ladder.
Today in my country, study and meritocracy are not values that allow you to move from one social stratum to another, since the minimum wage, as of May 1, 2024, was set at 130 dollars per month, with a food basket of 554 dollars for the month of March of this year. These data give us an idea of the possibilities that young people have, for example, to raise a family, acquire and equip housing, among many other aspects of what we could call a quality life.
As a reference point in this sense I can say: My paternal and maternal grandparents in the fifties acquired their own homes, my mother with five children, the sale of an apartment and her work built our house, my husband and I with our jobs as teachers in the late eighties and we had our own home, today some achieve these goals that are raised, but not most.
Entering more friendly spaces I remember with nostalgia the games in the streets. We children and teenagers felt that the streets were ours, diagonal to the house where we lived when I was about ten years old, there was a small square, a volleyball and basketball court and a chapel, three spaces that in the afternoons gathered a whole bunch of kids to play and to perform various activities in open spaces.
Today it is difficult to see boys playing in the street, if you see one, he will be sitting somewhere playing alone on his phone, places like squares are visited by "older people", the preference is in the malls. The reasons for these changes can be found in the lack of security in the streets and the excessive use of technology as a source of entertainment.
And speaking of technology, how easy it is to communicate nowadays, it is even easier to communicate with the one who is far away and you don't know than with the people you have next to you, paradoxes of life.
I remember accompanying an aunt, several afternoons a week, to a telephone communications center, they were centers for long distance calls and she was going to communicate with her boyfriend who lived in another city for study reasons. Thinking about this brings a smile to my face remembering the telegrams, a task that required a lot of attention to say with few words what you really wanted to communicate, hahahaha, it was really nice.
Much has changed the means to communicate, the coin telephone practically does not exist, telegraphs and mail are part of an old era. Undoubtedly that of today, the era of the cell phone has made our lives more comfortable and what can we say about the internet, it has changed our lives, with its pros and cons, but it is still a wonderful human creation.
This is my participation to @ericvancewalton's fourteenth submission, Memoir Monday #14 (6/10 -6/16) where week by week we dive into the sea of our memories to let what we have lived come to the surface.
En Español
El ejercicio de memoria que tenemos en esta semana catorce me ha resultado un poco confusa, en el sentido de cómo enfocar la respuesta, pues lo menos que quiero sentir es que estoy en ese grupo de personas que considera que “todo tiempo pasado fue mejor”, ya que estoy convencida que todos los tiempos son buenos para muchos y no tan buenos para otros tantos, el asunto es cómo los vivimos.
Por otro lado, siento que no puedo fiarme completamente de mis recuerdos pues, por lo general, el tiempo nos ayuda a agregarle color a lo que pudo haber sido gris. Así que a riesgo de perderme en los recuerdos muy personales, voy a echarle esa mirada al pasado para rescatar aquello que hoy es diferente.
Mi abuela cada vez que podía nos decía: estudien para que sean alguien en la vida y se ponía de ejemplo a no seguir, contando que desde que se vino de Clarines, su pueblo natal, ubicado en el Estado Anzóategui-Venezuela, a Caracas, la capital del país. Allí trabajó muchos años en una colchonería pegando botones, que eran como se hacían en aquella época, como obrera se sentía explotada y en ese momento histórico, los años sesenta, el estudio era considerado la mejor vía para elevarse en la escala social.
Hoy en día en mi país el estudio y la meritocracia no son valores que te permitan salir de un estrato social a otro, pues el sueldo mínimo, a partir del primero de mayo de 2024 se ubicó en 130 dólares mensuales, con una canasta alimentaria ubicada en 554 dólares para el mes de marzo del año en curso. Estos datos nos dan una idea de las posibilidades que tienen, por ejemplos, los jóvenes de formar familia, adquirir y equipar vivienda, entre tantos otros aspecto que tiene lo que pudiéramos llamar una vida de calidad.
Como punto referencial en este sentido puedo decir: Mis abuelos tanto paternos como maternos en la década de los años cincuenta adquirieron sus casas propias, mi mamá con cinco hijos, la venta de un apartamento y su trabajo construyó nuestra casa, mi esposo y yo con nuestros trabajos como docentes a finales de los ochenta ya teníamos nuestra vivienda propia, hoy en día algunos logran estas metas que se plantean, pero no la mayoría.
Entrando a espacios más amables recuerdo con añoranza los juegos en las calles. Los niños y adolescentes sentíamos que las calles eran nuestras, diagonal a la casa donde vivíamos cuando tenía como diez años, estaba una pequeña plaza, una cancha de voleibol y básquetbol y una capilla, tres espacios que en las tardes reunían a todo un muchachero a jugar y a realizar diversas actividades en espacios abiertos.
Hoy es difícil ver muchachos jugando en la calle, si acaso observas alguno, este estará sentado en algún lugar jugando solo en su teléfono, los lugares como las plazas son visitadas por “gente mayor”, la preferencia está en los centros comerciales. Las razones de estos cambios se pueden encontrar en la falta de seguridad en las calles y en el uso excesivo de la tecnología, como fuente de diversión.
Y hablando de tecnología, qué fácil es comunicarse hoy en día, incluso es más fácil comunicarse con el que está lejos y no conoces que con las personas que tienes a tu lado, paradojas de la vida.
Recuerdo acompañar a una tía, varias tardes a la semana, a un centro de comunicaciones telefónicas, eran centros para llamadas de larga distancia e iba a comunicarse con su novio que vivía en otra ciudad por razones de estudios. Pensando en esto llega una sonrisa a mi rostro recordando los telegramas, una tarea que requería de mucha atención para decir con pocas palabras lo que realmente querías comunicar, jajajaja, realmente era bonito.
Mucho ha cambiado los medios para comunicarnos, el teléfono monedero prácticamente no existe, los telégrafos y el correo forman parte de una vieja época. Indudablemente que la de hoy en día, la era del teléfono celular nos ha hecho la vida más cómoda y qué decir de internet, esto nos cambió la vida, con sus pros y contras, no deja de ser una maravillosa creación humana.
Esta es mi participación a la propuesta número catorce de @ericvancewalton, Memoir Monday #14 (6/10 -6/16) donde semana a semana nos sumergimos en el mar de nuestras memorias para dejar salir a flote lo vivido.
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Fuente de imágenes: Archivo personal.
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