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Visité la fuente de las añoranzas
y pedí un corazón
para los que odian sin razón.
Tiré varias monedas
clamando esperanza
para lo que sin casa quedan.
Aún no tenía respuesta,
así que varias veces supliqué
por inagotable alegría
a los que lloran sin saber por qué,
y entonces tuve al fin por réplica
de la serena agua encantada:
"no pides más que fantasía,
deja tus tercas energías
para tu alma agotada
que nada cada día desesperada
en aguas de promesas vacías"
Aunque no escrito para enaltecer a la poesía directamente, hoy publico este poemita con el fin de siempre mantener esta expresión literaria alta en el firmamento artístico, porque ahí es, de hecho, adonde pertenece.