En Buenos Aires, entre el bullicio y el ajetreo de la ciudad, vivía un hombre llamado José. Tenía una pasión peculiar que lo diferenciaba de los demás: amaba recorrer las calles con su cámara en mano, en busca de los famosos "autos clavo". Eran esos vehículos olvidados y difíciles de vender que, por alguna razón u otra, nadie parecía querer.

José era un fotógrafo aficionado y veía en estos autos algo especial, una belleza oculta que merecía ser descubierta y apreciada. Todas las tardes, después de su trabajo en una oficina de contabilidad, se lanzaba a las calles en su bicicleta, buscando nuevos "clavos" para capturar con su lente.
Un día, mientras exploraba un barrio antiguo de la ciudad, José se topó con un auto que lo dejó sin palabras. Era un viejo convertible rojo, cubierto de polvo pero con líneas elegantes que aún brillaban bajo la capa de abandono. Decidió llamarlo "Rubí". José sacó su cámara y comenzó a fotografiar cada ángulo, capturando la esencia olvidada del auto.
A medida que pasaban los días, José seguía encontrando más "clavos" y su colección de fotografías crecía. Empezó a compartir sus imágenes en redes sociales y, sorprendentemente, su trabajo comenzó a llamar la atención. Las personas comenzaron a ver esos autos de manera diferente, no solo como vehículos difíciles de vender, sino como piezas de historia y arte.
Un periodista local se interesó por la historia de José y decidió hacerle una entrevista. El artículo se publicó en un periódico de la ciudad, destacando la pasión de José y sus increíbles fotos. Pronto, su trabajo llegó a oídos de coleccionistas de autos antiguos que estaban dispuestos a darle una segunda oportunidad a estos "clavos".
Un día, José recibió una llamada de un coleccionista que estaba interesado en comprar el convertible rojo "Rubí". No solo compró el auto, sino que también quiso conocer a José y saber más sobre su trabajo. Gracias a su pasión y dedicación, José había logrado transformar la percepción de los "autos clavo" en la ciudad, mostrándole a todos que incluso lo olvidado puede tener una belleza sorprendente.
De esta manera, los "autos clavo" encontraron un nuevo valor y un nuevo hogar, y José continuó su misión, cámara en mano, capturando la magia oculta en las calles de Buenos Aires.
Foto(s) tomada(s) con mi smartphone Samsung Galaxy S22 Ultra.