En una pequeña ciudad olvidada por el tiempo, había un cine antiguo llamado "El Gran Avenida". A pesar de su glorioso pasado, ahora permanecía vacío, sus asientos cubiertos de polvo y la pantalla desgastada por los años.
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La historia cuenta que en "El Gran Avenida" se proyectaban no solo películas, sino sueños y esperanzas. Pero con la llegada de las nuevas tecnologías, la gente dejó de visitarlo. El cine, que una vez estuvo lleno de risas y llantos, ahora era el hogar del silencio.
Sin embargo, una noche, algo mágico ocurrió. El proyector se encendió solo y comenzó a mostrar una película nunca antes vista. Era una historia sobre el propio cine, su historia y las alegrías que había brindado. Los espíritus de los antiguos espectadores aparecieron en sus asientos, sonriendo y disfrutando del espectáculo.
Al final de la película, un mensaje apareció en la pantalla: "No olviden su magia". Al día siguiente, los habitantes de la ciudad, movidos por la nostalgia y el misterioso mensaje, comenzaron a restaurar "El Gran Avenida". Poco a poco, el cine volvió a llenarse, no solo de personas, sino de la magia que siempre lo había caracterizado. Y así, "El Gran Avenida" recuperó su alma, demostrando que incluso los lugares olvidados tienen historias que contar y sueños que proyectar.
Foto tomada con mi smartphone Samsung Galaxy S22 Ultra.